sábado, 5 de febrero de 2022

Sábado de la 4ª semana del Tiempo Ordinario

Lectura del primer libro de los Reyes (3,4-15):

En aquellos días, Salomón fue a Gabaón a ofrecer allí sacrificios, pues allí estaba la ermita principal. En aquel altar ofreció Salomón mil holocaustos. En Gabaón el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras.» Respondió Salomón: «Tú le hiciste una gran promesa a tu siervo, mi padre David, porque caminó en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón; y le has cumplido esa gran promesa, dándole un hijo que se siente en su trono: es lo que sucede hoy. Pues bien, Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»

Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Y te daré también lo que no has pedido: riquezas y fama, mayores que las de rey alguno.»

Palabra de Dios

Salmo 118,R/. Enséñame, Señor, tus leyes

Santo Evangelio según san Marcos (6,30-34):

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»

Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra del Señor

Compartimos:

Me temo que Salomón eligió mal. David había elegido mucho más sabiamente: David había elegido el amor. Al final de todo, vemos a David justificado y a Salomón pereciendo en su sabiduría.

La sabiduría sólo puede llevarte hasta cierto punto: es demasiado calculadora, demasiado cautelosa, demasiado prudente. Va a lo seguro, y sabiamente. Pero es el amor el que salta por encima de los imposibles, con una locura del corazón que la razón nunca podrá comprender.

La sabiduría te dice que Jesús y sus discípulos deberían haber descansado después de una labor tan dura. Jesús mismo sabe que sus discípulos necesitan descansar. Necesitan comer bien, dormir ocho horas, hacer yoga, ir a un chequeo médico cada seis meses. Al fin y al cabo, ¿no tienen por delante largos años de ministerio? Pero entonces Jesús ve a la multitud. Su corazón se hace cargo. Descansa.

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