Desde el primer momento la Iglesia Católica ucraniana, tanto la mayoritaria de rito bizantino como la más pequeña comunidad latina, ha sido consciente de la importancia que tiene en este tiempo para seguir dando esperanza a un pueblo angustiado y con miedo. Por ello, el arzobispo mayor de Kiev, líder de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, ha ordenado que los templos sigan abiertos estos días en el país pese a los ataques que se están produciendo.
Pese al riesgo para sus vidas muchas religiosas y sacerdotes han decidido quedarse. Un ejemplo son las benedictinas de Zytomyr, que siguen en su monasterio rezando por la paz aunque resguardadas en el sótano y sin luz.
También continúa en Ucrania el joven sacerdote español Pedro Zafra. Este cordobés llegó a Ucrania hace diez años y el pasado mes de junio fue ordenado sacerdote por la diócesis de Kiev-Zytomyr. En estos momentos es vicario de la parroquia de la Asunción de la Virgen María en el este de la ciudad de Kiev.
Zafra, lejos de huir, está siguiendo las indicaciones de su obispo que ha solicitado a sus sacerdotes que sigan administrando los sacramentos a todo aquel que lo solicite. “Esta es nuestra misión ahora”, confirma desde allí el joven religioso.
Ante esta situación, “lo único que podemos es perseverar en la oración y no caer en el pánico”, apunta el joven presbítero que junto a otros sacerdotes de la parroquia están rezando y mantienen la pastoral para todo aquel que quiera ir para hablar, rezar y confesarse: “es lo único que podemos hacer”, afirma.
Desde Kiev, Pedro Zafra hace un llamamiento a la oración por la paz porque “nuestra misión es anunciar el amor de Dios a todos, incluso el amor a los enemigos y de dar esperanza y consuelo al pueblo ucraniano”. El sacerdote proclamando que “Cristo ha resucitado y ha vencido a la muerte”.
La vuelta de un sacerdote ucraniano al frente
Si Pedro Zafra es un sacerdote español en Ucrania, Iurii Stasiuk es un sacerdote ucraniano párroco en la Archidiócesis de Barcelona. Tras pedir permiso al cardenal Omella y al obispo Gordo el religioso ha decidido regresar a Ucrania para ayudar a su pueblo.
Mientras cientos de miles de ucranianos intentan abandonar el país y hay colas de hasta 30 kilómetros para traspasar la frontera y llegar a un lugar seguro, el padre Stasiuk ya está cruzando a Ucrania desde Polonia.
Su objetivo es atender espiritualmente a todo ucraniano que lo necesite, pero también médicamente pues tiene un curso de paramédico. De este modo, el sacerdote no estará en el país en un lugar alejado del frente sino que convivirá con las explosiones y los sonidos de disparos.
Tal y como informa La Vanguardia, no es la primera vez que Iurii Stasiuk regresa a Ucrania para ayudar a su pueblo. Ya lo ha hecho en varias ocasiones en estos años de guerra intermitente en el este, incluso aprovechando las vacaciones de verano.
Otro sacerdote, con quien compartió estudios, recordaba ayer que “ha estado otras cuatro ocasiones, pero esta vez el riesgo es mucho mayor. Rogamos por él y por la paz en Ucrania, en cierta manera es una presencia de nuestra diócesis en este grave conflicto”.
Stasiuk, que acababa de ser nombrado rector de la parroquia ucraniana de Santa Mónica de Barcelona, ejerce tanto para los fieles greco-católicos de ritos bizantino –hasta hace poco, en Sant Feliu de Guíxols– como para los fieles de rito latino y atiende también en el hospital de Sant Rafael de Barcelona.
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