María, madre del amor hermoso,
dulce muchacha de Nazareth,
Tú que proclamaste la grandeza del Señor
y diciendo que “sí”, te hiciste madre de nuestro Salvador
y madre nuestra: atiende hoy las necesidades que tenemos.
fíjate especialmente en aquellas mujeres
que enfrentan este momento solas, sin apoyo o sin cariño.
Que puedan sentir el amor del Padre
y que descubran que cada niño
que viene al mundo es una bendición.
Que sepan que la decisión heroica
de acoger y nutrir al hijo les es tenida en cuenta.
¡Nuestra Señora de la Dulce Espera,
danos tu consuelo y valor! ¡Amén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.