Mantenerse despiertos.Mantenerse de pie. Ante Ti, Señor, mantenerme despierto.
Despierto frente a las trampas del ego. Despierto frente a las justificaciones mezquinas.
Despierto frente a los miedos poco razonables. Despierto junto a los que cultivan el cuidado. Despierto junto a los que ofrecen misericordia.
Despierto junto a los que siembran esperanza. Ante Ti, Señor, mantenerme en pie.
En pie con la dignidad humilde de los hijos de Dios. En pie con la fe de quien se sabe en buenas manos. En pie con la autenticidad de saberse habitado por tu amor.
En pie junto a los que ansían vida auténtica. En pie junto a los que no pueden más con su vida.
En pie junto a los que llaman a Dios, sea cual sea su lengua. Ante Ti, Señor, despierto, en pie.
Herido.
Pero no aniquilado en las batallas contra las estupideces de uno mismo.
No es fácil vivir y vivirse en los escombros hostiles de la cultura que vivimos. Sanado.
Pero con cicatrices que pudieran supurar amargura aún. No es fácil reconocer las sombras de la propia biografía.
Derribado. Pero con suficientes cimientos para seguir algo erguido.
No es fácil mantener las referencias, los mapas, las convicciones. Levantado. Pero tembloroso, minusválido, dolorido.
No es fácil la perseverancia entre abrojos y soledades.Rodeado de ruidos. Incansables, contumaces, abrasivos.
¿Dónde, dónde encontrar silencio, el necesario silencio de santidad?
Ante Ti, Señor, despierto, en pie.
Resistente. Esperanzado.
Porque creo saber que mereces la pena. Ante Ti, Señor, despierto, en pie.
Resistir anhelando vida en abundancia, crea la nueva cultura que tanto necesitamos.
Resistir cuidándose y cuidando la vida alimenta nueva cultura que tanto anhelamos.
Resistir creando momentos, situaciones y espacios de santidad, anuncia la nueva cultura que siempre, siempre, siempre
ha estado incipiente en los bienaventurados de toda lengua, cultura,situación.
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