Concede, Señor, la felicidad de la gloria eterna
a nuestros difuntos, a quienes has llamado de este
mundo cuando el vigor de la juventud embellecía
su vida corporal; muestra para con él (ella) tu
misericordia y acógelo(a) entre tus santos en el
canto eterno de tu alabanza.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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