Se consideraba un buen hermano y respetaron su elección de permanecer como un humilde dominico al servicio de los pobres más pobres. Por su gran espiritualidad los superiores de la orden le dan sus votos perpetuos. El dejó los estudios de medicina y peluquería y se dedicó a su vocación de cuidar a los necesitados y especialmente a los enfermos.
Tenía gran fama por ser un enfermero que no sólo cuidaba bien sino que por medio de su buen cuidado y sus oraciones muchos de sus pacientes se sanaban.
El era muy amigo de santa Rosa de Lima y juntos oraban y ayunaban para que los que estaban enfermos pudieran recibir milagros de sanación. También se dice que san Martín se abstenía de comer carne como parte de su decisión de vivir una vida austera imitando a su Dueño Absoluto.
San Martín de Porres es una inspiración no sólo por sus prácticas espirituales sino que, como Cristo, vivió una vida con muchos obstáculos supo vencerlos con la gracia de su AMIGO JESÚS.
San Martin hijo de madre soltera, mulato, sufrió
la discriminación que el aprovechó para darle un sentido santificador para sí y para los demás.
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