Señor, este domingo, día dedicado a ti, a la familia,
a la alegría de ser personas creyentes,
he participado en la Eucaristía para comer tu Cuerpo y Sangre,
para escucharte con serenidad y silencio,
dedicando tiempo para estar junto a ti y suplicarte por este
mundo tuyo, que a todos se nos ha ido de las manos.
Hemos descando del trabajo de la semana tan apretado...
Padre entra en nuestras almas danos tu amor poderoso
para romper barreras o poder saltarlas sin dificultad.
Mira nuestros problemas, el poder de los hijos de las
tinieblas que arrasan con toda la raíz humana,
creando tinieblas y llanto.
Danos a todos esperanza y confianza porque Tú vencerás,
y tu gloria ensalzará.
Amén
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