Amado Padre,te doy gracias por la familia que me diste,
por las hermanas de comunidad que tanto valoro,
porque por tu gracia ha sido creada.
Gracias por el amor que derramaste en nosotros,
que nos hace valorarnos mutuamente y apreciar
a cada miembro de la familia con el amor que proviene de ti.
Eres nuestro Padre, y así como Tú y el Hijo son uno,
te pido por nuestras familias, por nuestras comunidades
de la Orden de Predicadores, para que también seamos uno.
Que sigamos unidos con nuestros hermanos
como cuando éramos niños nos unía todo,
felices de tener cerca a los padres,
siempre dispuestos a escucharnos,
apoyando todas nuestras iniciativas.
¡Bendito sea Dios, nuestro Padre!
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