miércoles, 7 de julio de 2021

Somalilandia, el ejemplo

Les ha costado 16 años ajustar el procedimiento de las elecciones parlamentarias, pero el resultado ha sido impoluto. Cerca de 1,3 de los cuatro millones de ciudadanos de Somalilandia se registró para decidir quién ocuparía los 82 escaños del Parlamento y los 249 asientos municipales de las seis regiones del territorio, excluyendo las zonas de -Buuhoodle, Boocame y Badhan, en disputa con la vecina Somalia.

Los somalilandeses acudieron el 31 de mayo a las urnas, en una jornada tranquila y sin incidentes, tras una campaña electoral de solo seis días, marcada por la pandemia, en la que se hizo un reparto equilibrado de los momentos en los que cada partido podía difundir su programa, y después de dos días más para la reflexión. Una semana después, la Comisión Electoral Nacional de Somalilandia anunciaba los resultados. Mohamed Abullahi Irro, candidato del Partido Nacional de Somalilandia (WADANI), obtuvo la victoria con 31 escaños, desbancando al Partido Paz, Unidad y Desarrollo (Kulmiye), que obtuvo un asiento menos, al que pertenece el actual presidente, Muse Bihi Abdi. La tercera formación en discordia,  el Partido Justicia y Bienestar (UCID) logró 21 escaños, pero ha entrado en un Gobierno de coalición con WADANI.

Tanto la votación como el anuncio de los resultados y el de la coalición se produjeron en un marco de normalidad democrática y respeto por la alternancia, muy lejos de las prácticas de los países del Cuerno de África. Este factor ha sido destacado por los analistas, que apuntan a Somalilandia como un ejemplo a seguir por otros países de la zona, excepto por un detalle: su independencia de Somalia no ha sido reconocida por la ONU, la Liga de los Países Árabes ni la Unión -Africana.

«Somalilandia tiene un Gobierno e instituciones que funcionan, su propia moneda, su pasaporte y sus Fuerzas Armadas. Sin embargo, su deseo de un Estado reconocido sigue sin realizarse, a pesar de la estabilidad política y la gobernanza democrática de que goza, lo que la diferencia de sus vecinos», explica Roble Rusiseti en la web Africaye. Tras 30 años de independencia declarada unilateralmente y 20 de democracia multipartidista, Somalilandia tiene un sistema político que se nutre de elementos modernos y tradicionales como la Guurti o Cámara Alta de Ancianos, que asegura el apoyo de las estructuras de poder basadas en clanes. 

Las elecciones de mayo se realizaron por sufragio universal directo, algo que no ocurre en Somalia desde hace 50 años. A pesar de la pobreza y el elevado desempleo, han logrado preservar la seguridad, aunque su futuro depende de la paz y estabilidad de Mogadiscio. Este territorio semidesértico, que decidió aislarse tras el genocidio somalí contra el pueblo isaaq (1987-89), actúa y demuestra que es un Estado de facto.


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