Dos cosas hemos aprendido,
de la pandemia:
que todo está interconectado
y que, pues,
nos salvamos o nos hundimos
juntos.
Mientras celebramos la Fiesta
de la fraternidad universal,
hay quien cultiva violencia.
pero hay también
-tú y yo entre ellos-
quienes dejan emerger
la chispa de bondad
que todo el mundo
lleva en su corazón,
y escogen la compasión
como camino de vida.
Que no te canses de ser
tú misma, tú mismo,
porque -lo sabes muy bien-
nos salvamos o nos hundimos
juntos.
¡Feliz navidad!
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