En la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de septiembre se celebró en la basílica del Valle de los Caídos una Vigilia Eucarística nocturna para, según afirman representantes de DeArco, el grupo convocante, "rezar ante el Santísimo Sacramento para rogar Su protección y ayuda" para la comunidad benedictina, "además de pedir perdón al Señor por todas las ofensas que le hacemos cada día y por la conversión de todas las almas".
La idea nació de un grupo de seis jóvenes universitarias "unidas para defender los valores católicos y la Fe, cuando ésta se ve ofendida o perseguida de una manera directa". El miércoles anterior hicieron público un cartel en el que se invitaba a unirse a ese momento de oración, y en poco más de dos horas estaba cubierto el cupo de quienes podían asistir, dadas las limitaciones de aforo impuestas por las autoridades a consecuencia de la pandemia.
"El objetivo del encuentro", explican desde DeArco, es "acompañar de un modo solemne y muy especial a la Orden Benedictina, que en estos momentos vive en la incertidumbre de no saber qué pasará con ellos y con la Cruz del Valle de los Caídos".
Como es conocido, el Gobierno español ha mostrado su determinación de expulsar a la comunidad, vinculada a la basílica desde su fundación en 1958. La vicepresidenta del ejecutivo, Carmen Calvo, afirmó también que se está "reflexionando" sobre la posibilidad de destruir la Cruz que preside la basílica y el valle, la más grande del mundo.
Al acto del pasado sábado acudieron 80 personas, el máximo permitido, quedando cientos en lista de espera. Se mantuvieron las distancias de seguridad, llevando en todo momento mascarilla y con dispensadores de gel repartidos por el recinto.
Para garantizar el orden y la seguridad contaron con la ayuda de un grupo de voluntarios jóvenes, que colaboraron de principio a fin con estas tareas, además de cumplir con la limpieza y desinfección del lugar una vez acabó el encuentro.
El acto comenzó con una Misa de apertura a las 22:30 h, que celebraron los monjes, y, unidos a ellos, el coro de la Escolanía, que también participó en los cantos. Posteriormente se expuso el Santísimo en la Custodia y allí estuvo presente toda la noche.
Hubo tiempo para rezar en silencio, para rezar cantando y para rezar en alto oraciones dirigidas por los voluntarios, tales como el Ángelus a las 00:00 h, el Rosario meditado, el Vía Crucis, etc. Durante los ratos de silencio también se podía salir al exterior a tomar un poco el aire, y quien quisiera dormir podía hacerlo en una zona que se habilitó para el descanso. Al igual que el comienzo, la Adoración finalizó con una Misa a las 7:00 h de la mañana, poco antes del amanecer.
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