Creo, sí, creo en la vida eterna escondida en este `minuto a minuto cotidiano. En la
Eternidad presente en lo
que tengo a la mano.
En la dicha sin límites
que alumbra ya en las experiencias buenas de la vida presente.
Este blog quiere transmitir el don de la gracia, el regalo que Dios me ha concedido en mi vocación de Orante-contemplativa en la Iglesia y en el mundo, de manera que puedo decir con San Pablo: Sierva de Cristo Jesús, enviada por vocación, escogida para el Evangelio de Dios (…) por quien recibimos la gracia (cf. Rm 1,1.5). La vida contemplativa nos capacita para estar en el corazón de las cosas, en las raíces profundas del ser humano.
Creo, sí, creo en la vida eterna escondida en este `minuto a minuto cotidiano. En la
Eternidad presente en lo
que tengo a la mano.
En la dicha sin límites
que alumbra ya en las experiencias buenas de la vida presente.
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