martes, 7 de abril de 2020

El confinamiento como oportunidad para nuestra fe

 En esta cuarentena a la que todos nos vemos forzados surgen numerosas iniciativas para hacer más llevadero el día a día y muchas veces con la única intención de que el tiempo pase más rápido o de que el aburrimiento no nos consuma.

  Este confinamiento, y todavía más en plena Cuaresma, también puede ser un buen momento para seguir cuidando y alimentando nuestra fe. Si es verdad, que ya no es posible hacerlo de forma presencial en la parroquia con el grupo de fe habitual. Pero los medios actuales y los numerosos recursos que tenemos a nuestra disposición nos permiten seguir conectados, cultivar nuestra interioridad y ayudar a que otros la cultiven. Para ello hemos elaborado una pequeña guía que recoge algunas propuestas sobre como seguir cuidando la fe junto a tu grupo o comunidad.

Mantener la rutina
  Seguro que una de las recomendaciones que más has escuchado es la de mantener una cierta rutina diaria y semanal que te ayude a conservar un cierto nivel de actividad. Por eso y gracias a las tecnologías actuales no hay excusa para seguir manteniendo las reuniones habituales con tu comunidad o tu grupo de fe, o incluso con tu grupo de catequesis. Quizás haya que reajustar horarios, duraciones y temporalidad, pero con un poco de voluntad y una buena planificación seguro que es posible seguir manteniendo una rutina e incluso verse a pesar del confinamiento.

Cuida la oración personal y comunitaria
  Seguir poniendo en presencia de Dios en este tiempo de cuarentena, lo que vivimos, lo que pasa en nuestro entorno y lo que compartimos como humanidad es fundamental. Sin duda todos nos encontramos algo desorientados y sin un horizonte demasiado claro sobre el final de esta situación. Por ello esta es una gran ocasión para buscar esa presencia de Dios que nos ilumine y nos siga dando esperanza.

  Identifica la forma en la que te sientes más cómodo orando y casi seguro que puedes seguir haciéndolo de la misma forma. Puedes seguir participando en la misa diaria, ayudarte con la Biblia que tienes en casa, con el evangelio del día online, con materiales específicos para grupos de jóvenes y catequesis, con una sencilla propuesta de ejercicios espirituales a distancia, desde el vaciamiento interior que nos propone la Escuela del silencio, siguiendo la oración diaria de laudes o del rosario, con alguna oración comunitaria especial o acompañando al Papa Francisco en sus intenciones, incluso con los numerosos materiales de oración y espirituales que se comparten estos días en las redes sociales y a través de WhatsApp.

Un tiempo para la formación y la reflexión
  Aprovecha para formarte y profundizar en los temas que te interesan, seguro que hay muchos para los que nunca hay tiempo y ahora tienes tu oportunidad de dedicarles tiempo a nivel personal o como grupo. Podéis aprovechar los numerosos recursos online existentes, los vídeos sobre diversos temas de formación en los que profundizar, o apoyaros en un buen libro de alguna editorial de confianza, como EDIBESA o San Esteban Editorial, o en la amplía oferta de plataformas de formación online que existen.

  También es un buen momento para poder reflexionar sobre los temas que nos llaman la atención de la fe aprovechando las charlas cuaresmales online, con alguna meditación que nos inspire, con los comentarios habituales de nuestros blogs de cabecera, o con alguno nuevo y específico para este tiempo especial de cuarentena.

Y no nos olvidemos de compartir
  Sin duda todos estamos muy pendientes del teléfono fijo y móvil en estos días e incluso habremos recuperado el hábito de hablar más a menudo, tanto con nuestra gente cercana, como con los que hacía más tiempo que no hablábamos.

  Esta facilidad que nos da la tecnología también nos permite organizar una reunión con nuestro grupo de fe o de catequesis para seguir en contacto y poder mantener el ritmo de reuniones que sea posible. Para grupos reducidos de hasta 4 personas whatsapp permite hacer videollamadas grupales. Para una reunión online de más personas existen varias alternativas sencillas tanto para conectarse a través del móvil, como de la tablet o el ordenador: Skype, Google Hangouts o Zoom. Es siempre preferible utilizar la que sea más habitual, acordar una hora de inicio y probarla antes. Con la opción de compartir pantalla, de la que disponen, podéis compartir textos, imágenes, vídeo y audio tanto para la reflexión como para la oración.

  Esta forma de mantenerse en contacto facilita la relación y el cuidado de las personas que pasen por un momento más delicado o que necesiten de mayor atención por nuestra parte. También facilita el acercarse a las personas que están viviendo el confinamiento en soledad.

 Siempre hay espacio para la solidaridad
  Otra forma de compartir es unirse a alguna de las numerosas campañas solidarias que se están poniendo en marcha a través de iniciativas que buscan diversos tipos de voluntariados de proximidad (por teléfono, en tu bloque, etc), escribir cartas a los pacientes en los hospitales, dar apoyo a nuestros mayores, o la colaboración en la elaboración de mascarillas y viseras.

  Sin duda estamos viviendo un tiempo diferente y especial que dejará su impronta en nuestra historia personal y comunitaria. Te invitamos a aprovechar esta posibilidad para profundizar en lo que nos hace humanos, en nuestra relación con los otros y con Dios, y a desprenderte de lo superficial, que se nos había adherido como algo aparentemente irrenunciable. El confinamiento no es un encierro que nos limita, como todo tiempo, lo es de oportunidades y con apertura a la esperanza.

D. José Alberto de Blas, OP

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