Señor, estamos viviendo una experiencia de dolor crucificarte y sólo tú eres un Dios libertador, no nos abandones en nuestros esfuerzos de cada día por librarnos de tantas esclavitudes que se acomodan en nuestro pensar y en nuestras formas de vivir.
Tú que nos enseñas que a Dios no podemos desafiarlo ni podemos prescindir de Él, sino ponernos confiadamente en sus manos de Padre.
Limpia la herrumbre que nos arruina, el óxido mortal de una andadura sin amor, sin principios, tan enmarañados con el velo de la vida que nos destruye como seres humanos.
"El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la Luz de tu Verdad" (Jn 8,18)
Si tú soportaste la muerte sin ceder, ayúdanos a caminar desde ahora en la luz de tu misericordia.
El covdid-19 nos ha devuelto a la vida, que el hombre de hoy necesita y será la fuerza que nos levante de una vida vacía, superficial a una rerrección de hombres y mujeres que serán fiel reflejo de tu Luz divina.
Danos la esperanza de ver este nuevo amanecer de una vida transcendente que nos abre caminos de encuentros, de alegría, de una nueva fraternidad, de servicio, de compromiso, de oración y sueños, de confianza, dando sentido y eficacia al dolor, a la muerte, a la vida pascual que se acerca para disfrutar del don divino de sentirnos hijos del Dios Altísimo.
Creemos en tu amor y te damos gracias por tu entrega hasta morir y resucitar por nosotros ¡Bendito y alabado seas por toda la eternidad!
Sor María Pilar, OP
TORREDONJIMENO-(Jaén)
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