Catequesis sobre las bienaventuranzas: 6. Bienaventurados los misericordiosos
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy tratamos la bienaventuranza que dice: «Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5,7). En esta bienaventuranza coinciden la causa y el fruto de la misma. Aquellos que ejercitan la misericordia serán “misericordiosos”. Este tema del perdón recíproco está presente en toda la enseñanza del Señor, de modo particular, en la oración del Padre Nuestro en la que pedimos: «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden».
Hay dos elementos que no se pueden separar: el perdón recibido y el perdón que se da. El hecho de la reciprocidad de la misericordia indica que tenemos que cambiar de perspectiva; no podemos denegar el perdón a quien nos ha ofendido, por muy difícil que sea, porque necesitamos recordar que sólo “perdonando a los demás, somos perdonados por Dios”.
Del Señor aprendemos a ser misericordiosos, pues Él nos precede y nos perdona antes; y al experimentar su perdón en nosotros, somos capaces de perdonar. La misericordia está al centro del cristianismo, y es la meta de todo camino espiritual; es uno de los frutos más bellos de la caridad, que nos hace libres y felices.
Saludos:
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española, que siguen esta catequesis a través de los medios de comunicación. Pidamos al Señor que, en este momento particularmente difícil para todos, podamos redescubrir dentro de nosotros su Presencia que nos ama y nos sostiene, y de ese modo ser portadores de su ternura a cuantos nos rodean, con obras de cercanía y de bien. Que Dios los bendiga.
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