Te proponemos tomarte el tiempo de Adviento como un momento para dejarse encontrar por Dios. Sí, es verdad, el Adviento es un camino... pero en el que sabemos que Dios ya ha dado el primer paso y que correrá a nuestro encuentro en cuanto vea de nosotros un tímido balanceo de nuestro cuerpo.
¡Déjate descolocar por Dios!
NO TEMER Y DEJAR A DIOS SER DIOS EN TU VIDA
¡Imposible! ¡No puedo! ¡No soy capaz! ¿Tendré fuerzas? ¿Llegaré o me quedaré por el camino? ¿Seré yo? ¿Por qué a mí?
Todos, en algún momento de la vida, pronunciamos palabras similares, porque ante situaciones difíciles o que nos plantean un paso de calidad siempre surgen las dudas y los miedos nos asaltan. ¡Tranquilo! No eres ni serás el primero. También le pasó a Moisés cuando Dios le planteó poner voz a todo un pueblo oprimido y sometido. Lo mismo le sucedió a Abrahán, que veía, ya en su vejez, el final de su poca fructífera vida y a Zacarías, incapaz de asumir que Dios se había fijado en él. José también dudó, y le asaltaron dudas parecidas a las de María… No siempre es fácil asumir que para Dios nada hay imposible cuando se confía en Él.
Este año te proponemos dar un paso de confianza y mirar al presente y al futuro con ojos de esperanza. Cansados de un mundo que siempre canta las peores acciones, te invitamos a decir que sí a Dios, a asumir el reto que supone dejar a Dios actuar en tu vida, a aceptar que Él puede hacer posible lo que a ti te parece imposible si de verdad le dejas ser, en ti, todo.
Deja atrás los miedos. Que no te paralicen los temores. Reza, sueña, arriesga, no cierres tus puertas, abre tu vida, sal al mundo, ve a los más pobres... atrévete… Y NO TEMAS LO IMPOSIBLE.
MM. DOMINICAS DE TORREDONJIMENO
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