sábado, 3 de agosto de 2019

El Capítulo termina sus sesiones plenarias y se traslada al convento del noviciado


Esta mañana hemos tenido las últimas sesiones de trabajo. Hemos aprobado el prólogo a las Actas. Si alguien sólo pudiera leer un solo documento de estas actas, le recomendaría que leyera el prólogo. Su título, “Sinergia vida y misión (hermanos juntos en misión)”, resume lo que ha sido el eje transversal de todas las comisiones y debates de la asamblea capitular. Vida y misión son dos dimensiones inseparables de nuestra única realidad, que es nuestra vida dominicana.

"Es preciso escuchar con atención y compasión a los demás, al mundo, a la vez que escuchamos a Dios"
El documento declara que “es preciso escuchar con atención y compasión a los demás, al mundo, a la vez que escuchamos a Dios y acogemos el don de la misión que se nos ha dado bajo la guía del Espíritu”. Y termina con una alusión al jubileo de la muerte de Santo Domingo, como ocasión propicia para centrar la celebración en la actualización creativa del proyecto fundacional de Santo Domingo. Por cierto, cada capítulo de las Actas tiene una lengua “original”, que es la oficial de este capítulo. El prólogo tiene como lengua oficial el español.

Tras la aprobación del prólogo, el Síndico de la Orden, ha presentado las cuentas de este Capítulo. Luego la asamblea ha acogido a nuestros estudiantes vietnamitas, que han recibido un merecido aplauso de agradecimiento por su gran ayuda.

Finalmente, el Maestro ha tomado la palabra, fundamentalmente para dar gracias. En primer lugar, a nuestro hermano fray Bruno, palabras acogidas con un prolongado aplauso. Luego ha ido mencionando a todas y todos aquellos que han hecho posible el Capítulo, desde el Secretario general a los laicos dominicos (que han trabajado mucho y no sólo en la cocina), pasando por los traductores y moderadores, para terminar dirigiéndose a los capitulares, dándoles las gracias por “la fraternidad de escucharnos unos a otros”.

El Maestro ha recordado los tres asuntos que mas tiempo han ocupado al plenario: los hermanos cooperadores,el número de frailes conveniente para que un convento funcione como tal, y el delicado asunto de los abusos. Luego ha querido dejar claro que quién determina el itinerario de la Orden es el Capítulo General y no el Maestro. El papel del Maestro es ser sirviente de la Orden, una Orden que es comunión, y no federación de Provincias. Somos una unidad en la comunión. El Maestro ha terminado pidiendo nuestra ayuda y apoyo, y ha declarado: “soy un novicio de Maestro, gracias a ustedes por haber sido mis mentores”.

Tras la intervención del Maestro se han presentado cuatro candidaturas para acoger el próximo Capítulo General. Las votaciones democráticas han determinado que el próximo Capítulo se celebre en la ciudad de México.

A continuación, en un voto que tenia mucho de simbólico y de festivo,el Capítulo ha votado el fin de las sesiones plenarias. Huelga decir que el sí ha salido por abrumadora mayoría. A continuación, hemos rezado el “Angelus”.

La última homilía escuchada en el Seminario de Xuan-Loc la ha predicado el Provincial de Irlanda, que nos ha invitado a vivir en un permanente año jubilar y a mantenernos firmes, como Juan Bautista, ante las dificultades. La oposición no le hizo cambiar de camino.También nosotros, ante los desafíos y dificultades de la vida, tenemos que ser fieles hasta el final.

A las siete de la tarde, cinco autobuses han trasladado a los Capitulares al Convento de San Martín de Porres de Bien-Hoa, sede del Noviciado de la Provincia Reina los mártires de Vietnam. Mañana, domingo por la mañana, tendrá lugar la solemne Eucaristía de clausura del Capítulo. No sé si antes, durante o después, se firmarán las actas. Pero seguro que se firmarán. Mañana, en mi crónica de despedida, les doy los nombres de los cinco firmantes.

Fr. Martín Gelabert

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