Hoy por la noche, después de cenar, hemos podido disfrutar un magnífico espectáculo. Una minoría étnica, que vive en las montañas, y son feligreses de una de las parroquias que los dominicos atendemos en Vietnam, nos ha ofrecido un recital de música y baile, junto con representaciones propias de su cultura. Y así han representado cómo se teje la tela de sus vestidos, se muele el arroz, cazan o pescan, hacen cestos o cultivan la tierra. Sus instrumentos musicales eran todos de bambú. Han comenzado tocando un tambor que llama a Dios a unirse con los humanos. Uno de los números de baile ha terminado mostrando unos círculos en los que se felicitaba a la Orden por su Capítulo.
En el coloquio fraterno de hoy por la tarde se ha pedido un voto indicativo sobre si convenía solicitar la continuación de la causa de canonización de fray Bartolomé de Las Casas, el gran defensor de los indios. Tras exponer los pros, pero también las posibles dificultades de esta causa, el Capítulo ha votado que se pidiera la continuación de su causa, que estaría más asociada a la justicia que a la piedad. Esta podría una de las aportaciones de la Orden a la santidad. La comisión de predicación tendrá en cuenta ese voto a la hora de presentar el texto que deberá votar el pleno del Capítulo.
En el coloquio de esta tarde se ha presentado, en segundo lugar, el trabajo que hace la Orden en las Naciones Unidas, sobre todo en la sede de Ginebra, aunque también en las de Nueva York, Viena y Nairobi. Una de las últimas acciones del delgado ante la ONU ha sido pedir a estados europeos y africanos que presionaran para parar las poco conocidas matanzas que se dan en algún país africano. El Provincial de Suiza ha dicho que las puertas del convento de Ginebra están abiertas por si hubiera que acoger a algún fraile que reforzase el trabajo que allí realiza fray Michael Christopher Deeb, o por si hubiera algún estudiante interesado en especializarse en derechos humanos.
Una orden en salida
En la vibrante homilía de esta mañana, el vice Provincial de Bolivia, Yinmy Caballero nos ha invitado a ser una orden en salida. Salir a todos los lugares para esparcir la buena semilla. El sembrador sale con esperanza. Por eso, esparce la semilla en todo tipo de tierras, porque para Dios nada está absolutamente perdido. Y la semilla sembrada nunca queda infecunda.
El resto del día, las comisiones han estado dando los últimos toques a sus documentos. Este es un trabajo poco noticiable, pero es intenso, a veces pesado, en ocasiones apasionante. Las comisiones discuten sobre los asuntos fundamentales que interesan a la Orden, sobre los que la Orden espera una palabra orientativa, y que luego serán hechos públicos en las actas. Mañana, jueves, acaba el plazo para entregarlos. El viernes está anunciada la presentación y votación por el plenario de uno de los documentos, en concreto el de solidaridad.
Fr. Martín Gelabert, O.P.
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