El día de hoy, casi sin un momento de respiro, ha estado dedicado a reuniones de comisiones, grupos lingüísticos y grupos regionales. Las comisiones preparan los documentos que luego aprueba la asamblea, y que terminan siendo las Actas del Capítulo. En estas actas, además de una serie de reflexiones y consideraciones sobre el tema en cuestión (por ejemplo, la formación, el estudio, la predicación, la vida común), que afrontan los retos que hoy se nos plantean, se hacen recomendaciones y también ordenaciones. Se trata de dos niveles diferentes de “mandar”: no es lo mismo exhortar o recomendar, que pedir que se cumpla una cosa. Y todo ello al servicio de la unidad de la Orden y buscando el modo de ayudar y animar a los hermanos a que realicen su vocación: anunciar el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, en contextos cada vez más difíciles: secularidad, indiferencia, pluralismo cultural y religioso, pobreza.
Cada fraile de la Orden puede enviar una petición al Capítulo
Las comisiones han comenzado por analizar el informe del Maestro de la Orden y las reacciones que en la asamblea plenaria hubo a ese informe. También han visto las observaciones que sobre su tema han enviado desde las provincias. Y finalmente, han visto la lista de peticiones que se han enviado al Capítulo. Cada fraile de la Orden puede enviar una petición al Capítulo. Todas son analizadas, aunque no todas sean aceptadas. Por ejemplo: se ha pedido que el Capítulo restaure el título de Predicador general. Las comisiones han elegido además a un secretario que será el encargado de redactar el documento que la comisión presentará para su aprobación al pleno del Capítulo. Su trabajo continuará a lo largo de las próximas tres semanas.
capitulo general vietnam 10 de julio
Los grupos lingüísticos (cuatro en inglés, dos en francés y dos en español) y regionales (que son los frailes distribuidos de otra manera, por regiones: Asia-Pacífico, África, América del Norte y del Sur, Europa del Este, Europa Centro y Europa Sur) han entrado de lleno en los nombres para candidatos a Maestro de la Orden. Ha comenzado así un ejercicio de democracia “dominicana”, que encontrará su culminación con la elección del sábado. Cada grupo, tras un diálogo fraterno, ha presentado varios candidatos. En un segundo momento se analizará cuáles son los candidatos nominados por más de un grupo. Y así (junto con otros detalles de procedimiento) se hará una criba hasta encontrar cinco candidatos “oficiales”, que se presentarán a la asamblea para que dialogue sobre ellos antes de proceder a la elección, el próximo sábado.
La eucaristía de esta mañana ha estado presidida por el Provincial de Inglaterra. El predicador ha sido uno de los dos concelebrantes, el definidor de la provincia de Teutonia, fray Philip Elton Köning. El Capítulo celebra la liturgia con toda solemnidad. En el altar, además de dos concelebrantes, hay dos diáconos y dos acólitos. Los tres cantores principales se van turnado según lenguas. Las estolas y la casulla del celebrante principal llevan signos de la Orden. Los responsables de la preparación han editado tres estupendos libros: un cantoral (selección de cantos en las tres lenguas), un ordinario de la misa en los tres idiomas oficiales, y un ordo con los laudes, las vísperas y la eucaristía de cada uno de los días del capítulo. Este “ordo” va alternando los tres idiomas, pero cada día las lecturas de la Misa están en los tres, aunque el lector las lee en la lengua del día.
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El predicador de esta mañana se ha preguntado por qué Jesús, que anuncia un evangelio universal y sin fronteras, dice a sus discípulos que no vayan a tierra de paganos, que no entren en Samaría, sino que se dirijan a las ovejas perdidas de la casa de Israel. ¿Por qué dirigirse primero a los de dentro, a los del pueblo, y no a los de fuera? Jesús señala una realidad que debe escuchar el que quiera predicar. Antes de ir a los de fuera, necesita escuchar a los de dentro y experimentar de manera concreta, con los suyos, el valor y la eficacia del evangelio. Nuestras familias y comunidades, a veces, son lugares de frustración. Debemos abandonar la tentación de pensar que “con este hermano no hay nada que hacer”.
Fr. Martín Gelabert, O.P.
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