sábado, 13 de julio de 2019

La emoción de una elección: Fr. Gerard Timoner, nuevo maestro de la Orden de Predicadores


Me dan ganas de comenzar diciendo a la Familia Dominicana, y a las amigas y amigos de la Orden de Predicadores: “os anuncio una gran alegría, tenemos nuevo maestro, el filipino Gerard Timoner”. Probablemente, los lectores ya están al tanto de esta noticia y han leído la información que esta misma mañana hemos publicado en nuestra página. Se trata del 88 sucesor de Santo Domingo. No hay que olvidar que nuestra Orden tiene 800 años. Gerard Timoner (un apellido muy catalán, por cierto) es el tercero de estos Maestros que no es europeo. Los anteriores fueron Antonio Monroy de México (1677-1686) y Carlos Azpiroz, de Argentina. Quizás el Espíritu nos ha traído a Vietnam para que eligiéramos a un Maestro asiático, que pueda dar nuevos aires a la Orden.

 La elección ha comenzado con la misa del Espíritu Santo que, como ya ocurrió en el anterior capítulo electivo de Roma hace nueve años, ha sido presidida por el exmaestro fray Timothy Radcliffe. En su homilía, basada en el pasaje del evangelio de Juan (20,19-23), que cuenta que los discípulos estaban en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos, fray Timothy se ha preguntado cuáles son nuestros miedos: ¿miedo al fracaso, a dejar nuestros hogares, a escuchar preguntas difíciles para las que no tenemos respuesta, a que nuestras provincias no puedan sobrevivir? Algunos frailes mayores tienen miedo a los frailes jóvenes y a sus sueños, ha añadido. Por eso pedimos el Espíritu Santo, para que nos libere de nuestros miedos y nos llene de coraje para afrontar nuestra misión.

Fray Timothy se ha referido después al futuro maestro, diciendo que su papel es apoyar a los hermanos que se atreven a arriesgarse, a los que el Espíritu llama a una misión valiente. El nuevo maestro debe apoyar a los hermanos en formación, no desanimarles. A veces queremos superiores que solucionen problemas. Pero la misión del maestro no es solucionar problemas, sino animar a los hermanos. Si buscamos esa provincia ideal en la que ningún hermano tenga problemas, entonces no tendremos provincias porque no habrá hermanos. Tomás el discípulo que no estaba con los otros cuando se les apareció el Señor, puede ser imagen del hermano con problemas (¡a saber por qué motivo estaría fuera!, ¡seguro que la criticaban por no estar con el grupo, encerrado en la casa!). Precisamente este discípulo problemático es el primero que confesó la divinidad.

  Fray Timothy ha terminado notando que los discípulos se alegraron al ver al Señor. Los dominicos necesitamos un maestro que fomente la alegría, porque sin alegría no seremos buenos predicadores.

  Inmediatamente después de la misa hemos pasado a la sala de plenos, donde ha tenido lugar la elección, tras las oraciones preceptivas. Una elección relativamente rápida. Como el elegido no es capitular hemos tenido que ir a buscarlo. Por suerte, estaba en Vietnam en calidad de invitado, por ser socio para Asia del anterior Maestro. Ha sorprendido un poco ver que tardaba en llegar. Cuando ha entrado, ha sido recibido con un fuerte aplauso. El presidente del Capítulo, fray Bruno Cadoré, le ha preguntado si aceptaba la elección. Tras responder que sí, con la ayuda de Dios, fray Bruno ha dejado la presidencia y se ha postrado en venia delante del nuevo Maestro. El Capítulo ha vuelto a aplaudir.

  Tras los abrazos de rigor, hemos comenzado la procesión hacia la iglesia del seminario (en el que estamos hospedados) donde el Maestro ha hecho la profesión de fe y ha tomado posesión. En la crónica anterior, en la que se comunica la elección y se ofrecen algunos datos biográficos, hay un vídeo con esta procesión. Todavía me emociono al verla.

  Sólo voy a añadir una cosa a lo que en esta anterior crónica se dice sobre las palabras de fray Gerad después de la toma de posesión. El Maestro ha dicho que cuando le han llamado, para que se presentara al Capítulo, y le han comunicado el motivo, ha dudado mucho. Y ha estado a punto de decir que no aceptaba. Entonces los hermanos que han ido a buscarle le han acompañado hasta una capilla y han rezado con él. En esta oración con los hermanos encontró fuerzas para decir que sí. Así se comprende el motivo de la tardanza en entrar. Menos mal que los que han ido a buscarle han tenido la buena idea de llevarle en andas a la capilla.

Fr. Martín Gelabert

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