Vengo en lágrimas deshecho
A pedirte, Cristo mío,
Que rompas mi duro pecho
Y colmes tú su vacío.
Vengo débil y maltrecho,
Harto ya de mi extravío,
Mas, si mi fuerza sospecho,
En tu Corazón confío.
Recordando en esta hora
Tu piedad y compasión
Por aquella pecadora,
Más allá de mi razón
Y mi conciencia deudora,
Confío en tu Corazón,
Puerta de todo perdón,
De amor, de fe y de esperanza,
Que dejó abierta la lanza.
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