Este miércoles los sudafricanos han acudido a las urnas 25 años después de los comicios con los que se dio por finalizado el apartheid. En 1994, la victoria de Nelson Mandela fue abrumadora. Ahora todo hace indicar que Cyril Ramaphosa revalidará una victoria, aunque menos clara que aquella.
Según los datos avanzados este jueves por la Comisión Electoral sudafricana, con el 75% de los votos escrutados, el CNA obtendría la mayoría absoluta, con casi el 57% de los sufragios. La segunda formación sería la Alianza Democrática, con cerca del 21% de los votos, mientras que casi un 10% de los sudafricanos se habrían decantado por los Luchadores por la Libertad Económica.
Estos 25 años han sido un monólogo del Congreso Nacional Africano, aunque la corrupción y la mala gestión han debilitado una relación que comenzó siendo idílica. Ahora, como telón de fondo, el país deberá hacer frente a tres grandes retos: la corrupción, el desempleo y la redistribución de la tierra.
Ofrecemos a continuación algunas claves que ayudarán a comprender los comicios, cuyos resultados definitivos pueden conocerse este sábado:
El descenso del CNA, 5 puntos porcentuales, mantendrá la mayoría absoluta en el Parlamento. Podría perder hasta 1.600.000 votos en relación a los sufragios de 2014. Esta caída se debe principalmente a la corrupción, al bajo crecimiento económico del país, a un alto desempleo y a una inconsistente reducción de la pobreza y la desigualdad en el país.
El candidato a la Presidencia del CNA, Cyril Ramaphosa, al igual que le aconteció a Nelson Mandela, es más popular que su propio partido.
Zuma, el anterior presidente, consiguió hacerse con el control del aparato del partido a través de su Comité Ejecutivo nacional (NEC, siglas en inglés), donde todavía sus partidarios ostentan posiciones estratégicas. El reto de Ramaphosa será cómo liderar un partido en el que partidarios de Zuma todavía tienen poder en los órganos del CNA.
Es la primera vez en la historia del CNA que ha concurrido a las elecciones sin el apoyo incondicional de los sindicatos.
En estos 25 años, el CNA no ha alcanzado una reducción suficiente de la desigualdad ni de la pobreza (49,2% de la población vive bajo el umbral de la pobreza). Los servicios públicos son deficientes, pero se sigue votando al CNA, el partido que trajo la democracia al país tras el apartheid.
La Alianza Democrática (AD), con el 21% de los votos, se estanca, y podría perder hasta 620.000 electores respecto a las anteriores presidenciales. Esta formación es considerada todavía como un partido de blancos con algunas caras negras. La AD mantiene, sin embargo, la mayoría absoluta en la provincia de Ciudad del Cabo, donde ya gobernaba.
Los Luchadores por la Libertad Económica, el partido de Julius Malema, han crecido mucho menos de lo esperado. No han logrado la confianza de un electorado que parece que no busca cambios radicales en el país. Estos resultados para Malema se podrían deber, en parte, a una baja participación de los jóvenes, que se sienten desencantados ante la falta de oportunidades laborales.
48 partidos políticos han concurrido a las elecciones, 19 más que en las anteriores. 26,8 millones de votantes se registraron en 22.925 colegios electorales. Ha participado el 65% de los votantes registrados, aunque 10 millones de ciudadanos con derecho a voto no se registraron para votar.
Las elecciones se han celebrado en un clima de serenidad y eso supone un gran triunfo para la estabilidad democrática del país. Sin embargo, algunos partidos minoritarios han denunciado a la Comisión Electoral que ha habido electores que han votado dos veces.
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