Después de que el Ejército obligara a dimitir a Omar al Bashir el pasado viernes, y de necesitar ocho horas para anunciar un Consejo Militar de Transición presidido por el vicepresidente y Ministro de Defensa Ahmed Awad Ibn Auf, apenas 24 horas después Auf dimitía, de nuevo por la presión de la calle.
Jartum apuntan que la clave sobre la futura transición está en el papel que jugará el movimiento islamista, y en la capacidad de la sociedad civil para mantener el pulso a un régimen que ya no les infravalora.
Los acontecimientos siguen muy convulsos en todo el país, concentrándose en la capital tanto las manifestaciones y sentadas que no han cesado ante la sede de las Fuerzas Armadas, como los anuncios y llamamientos del Consejo de Transición Militar (CTM). Fuentes consultadas apuntan que la situación es tan extrema que ha habido rumores intensos durante la mañana sobre un posible contragolpe de estado orquestado por el Partidos del Congreso Nacional (NCP, en sus siglas en inglés).
Los primeros pasos del CTM se han centrado en la retirada de la escena política pública de figuras del régimen de Omar el Bashir como Salah Gosh (ex jefe de los Servicios Secretos, que ha sido reemplazado por el pro islamista General Abubakr al-Dambalawi), Mohamed Atta, Mustafa Osman Ismail y el líder durante 24 horas del propio CTM, Awad Ibn Auf.
También se ha excluido al antiguo partido en el poder, NCP del diálogo del actual período transicional, y se ha anunciado que tanto el futuro primer ministro como su gabinete serán civiles elegidos por los partidos políticos y los movimientos sociales. Por otro lado, se ha ordenado la liberación de los soldados que fueron detenidos durante las protestas y de los detenidos políticos (incluidos Ibn Galba y Bouchi), y se ha asegurado las reservas de necesidades básicas hasta junio de 2019. El CTM ha pedido a la gente que regrese a su vida normal, asegurando que no serán dispersados por la fuerza, y que les den la oportunidad de llevar a cabo lo que les han exigido de forma contundente en la calle.
El Banco Central de Sudán ha congelado las cuentas del gobierno y del antiguo partido en el poder, lo que incluye tanto a la presidencia como a los responsables locales. También se ha nombrado a un nuevo responsable de la empresa de telecomunicaciones sudanesa Zain: Osama Kahn, que será el que lidere la transformación digital de sus servicios.
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