Los días 24 al 27 de febrero tuvo lugar el XIII encuentro de La Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo.
Se reunieron en Madrid y participaron todos los miembros de la fraternidad más otros dos sacerdotes interesados en conocerla. En total 19 personas. Esta vez el tema de reflexión fue la pastoral de la salud y el acompañamiento en el dolor, especialmente al final de la vida.
La primera jornada comenzó con un tiempo de retiro y oración. Un hermano de la fraternidad, don Juan Manuel, presbítero de la Diócesis de Sevilla, planteó una reflexión sobre la espiritualidad de la corporeidad. Cómo en la experiencia de Dios no se debe descuidar el hecho de que somos seres humanos, dotados de corporeidad. Eso significa que la presencia y relación con el Señor también tiene un aspecto sensorial, previo a la expresión verbal. Es un aspecto fundamental para poder valorar y agradecer el misterio de la Encarnación. Es fundamental también en el ejercicio del ministerio, particularmente en el acompañamiento pastoral a las personas que sufren. Un enfoque diferente. Sorprendente, pero muy acertado. Dio pie para un intenso diálogo sobre la propia vivencia de la fe.
encuentro fraternidad sacerdotal feb 2019
A mediodía, el señor cardenal arzobispo de Madrid, don Carlos Osoro, se hizo presente. Una visita muy cordial que superó con creces la mera cortesía. Pudo conocer a los miembros de la Fraternidad, por cierto, uno de la diócesis de Madrid, y conocer su identidad como sacerdotes plenamente diocesanos y el carisma específico. Entendió perfectamente la sintonía carismática con Santo Domingo de Guzmán de sacerdotes que en sus diócesis de incardinación viven la pasión por la predicación de Jesucristo. Cada uno pudo contar a don Carlos su experiencia y proceso personal, así como las tareas pastorales que desarrolla en su Iglesia particular. El Cardenal también compartió su experiencia y algunas urgencias que detecta, especialmente en el campo de la pastoral de la salud. La mañana concluyó con una sentida eucaristía presidida por don Carlos y vivida intensamente por todos. La comida y la sobremesa completaron esta experiencia de comunión eclesial tan fuerte.
Por la tarde, don Tomás Sanz Sánchez, diácono permanente que colabora como asistente espiritual en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital La Paz de Madrid, aportó su testimonio. El proyecto que desarrolla ayudó mucho a pensar cómo acompañar de modo más adecuado a las personas en los procesos del dolor, especialmente en las situaciones terminales. Concluyó la jornada retomando el tema de la mañana y celebrando las vísperas. Aún hubo tiempo, después de cenar, para celebrar capítulo de la Fraternidad. Se comentó el encuentro habido con el Maestro de la Orden el 16 de enero en Madrid y las perspectivas de futuro que, por su inspiración, se han abierto para la Fraternidad, tanto en lo que a su configuración se refiere como a la misión a desarrollar.
La muerte digna
La segunda jornada fue más de testimonios, pero desde una profunda reflexión. Los sacerdotes de la Fraternidad que son capellanes de hospital expusieron sus experiencias, dificultades y modo de pensar. Vicente Martínez, sacerdote de Valencia y médico, trató ampliamente del complejo problema de “la muerte digna” con todas sus aristas, dando algunas pistas de comprensión del asunto. Se concluía que la presencia de la Iglesia en los hospitales es importantísima y que los obispos debieran tomarse más en serio esta acción pastoral, entre otras cosas nombrando personas adecuadas para este servicio tan esencial.
Este mismo día se trató de la relación con el resto de las ramas de la Familia Dominicana. Para ello se compartió un tiempo informativo con la coordinadora del Secretariado de la Familia Dominicana de España, la Hna. Marcela Zamora.
Por la tarde se celebró un encuentro y la eucaristía con las monjas dominicas, contemplativas, de Santo Domingo el Real de Madrid, fundado por el propio Santo Domingo hará 800 años en diciembre. Al final de la misa, los hermanos veneraron la pila bautismal de Santo Domingo que allí se conserva. El día acabó con la votación para la profesión en la Fraternidad de Don Juan Jacinto, sacerdote de la diócesis de Asidonia-Jerez, y don Juan Antonio, sacerdote de la diócesis de Cádiz. También se aceptó el inicio de noviciado de don Juan Manuel, diócesis de Sevilla.
El sacerdote de la diócesis de Cádiz-Ceuta, don Juan Manuel Alonso Romero, pidió entrar en la Fraternidad. En el transcurso de la eucaristía del día fue admitido al proceso de incorporación. También se sortearon los compañeros de oración.
Concluyó el XIII Encuentro, con la intervención, siempre luminadora, del promotor, fray Francisco Rodríguez Fasio O.P.
El próximo encuentro será en Caleruega (Burgos) a principios de junio.
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