Hacia 1426. Temple sobre tabla, 87 x 59 cm.
La Virgen de la granada es una obra extraordinaria pintada en uno de los momentos decisivos de la historia del arte europeo: la Florencia de principios del siglo XV, por uno de sus actores principales: Guido di Pietro (Mugello, 1390-Roma, 1455), más conocido como Beato Angelico o Fra Angelico. Se trata además de una de las poquísimas obras maestras del período que quedaban en manos privadas, pues desde que la pintura del Quattrocento italiano empezó a suscitar el interés de críticos y aficionados a principios del siglo XIX, se convirtió en codiciado objeto de deseo de museos y coleccionistas. Estas circunstancias, añadidas a su buen estado de conservación, otorgan a la Virgen de la granada una importancia excepcional.
Guido di Pietro da Mugello debió formarse con Lorenzo Monaco (activo entre 1390 y 1423), el principal pintor iluminador en Florencia, y la primera actividad artística de Angélico fue de hecho como iluminador. En 1418 era ya maestro independiente y, entre esa fecha y 1422, ingresó en el convento dominico de San Domenico en Fiesole. La mayoría de su producción desde entonces estará ligada a los dominicos, empezando por el convento en Fiesole, para el que pintó, entre otras, la Anunciación del Museo del Prado (P00015). Esta obra delata el impacto en Angelico de las innovaciones volumétricas y de perspectiva de Massaccio. También lo hace La Virgen de la granada, que la historiografía data a continuación de la Anunciación del Prado, y en la que resuenan nítidos los ecos del altar de Sant’Anna Metterza de Masaccio para San Ambrosio (1423-24). La Virgen de la granada forma parte de una serie de Vírgenes con Niño que Fra Angelico pintó en la década de 1420 y que delatan su progresivo dominio de la anatomía, la luz y el espacio, y entre las que figura también la Virgen de la humildad del Museo Thyssen. La Virgen de la granada toma su nombre del fruto que sostiene la Virgen y atrae la atención de su hijo, que la toca. En este contexto, la granada tiene un doble significado: en manos de la Virgen alude a su castidad; al tocarla el Niño Jesús, prefigura su muerte y resurrección. Esta iconografía disfrutó de gran predicamento en la Florencia del siglo XV, atrayendo a pintores como Sandro Botticelli o Leonardo da Vinci.
Se ignora para quién fue pintada La Virgen de la granada, pero sí se puede asegurar que se trató de un encargo excepcional dada la extraordinaria calidad de los materiales utilizados en su realización. Destaca sobremanera la abundancia de oro, no solo en áreas visibles como el paño de honor, sino también como base para el suelo con hierba donde se asientan las figuras. La Virgen de la granada abandonó Italia demasiado pronto para que los historiadores que empezaban a mostrar interés por Fra Angelico reparasen en ella. Tampoco ha ayudado a su conocimiento su pertenencia a una colección particular. Laurence Kanter, máximo especialista actual en el pintor, escribió de la Virgen de la granada que figura: “[…] entre las más bellas pinturas de toda la carrera de Fra Angelico” (Texto extractado de Falomir, M.: Museo Nacional del Prado, Memoria de Actividades 2016, pp. 28-30).
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