Clara Colmenero (Jaén, 1999) estudia matemáticas en la UMA y participó en el pre-sínodo, encuentro preparatorio con el Papa para el Sínodo de los jóvenes de octubre, en representación de la Institución Teresiana, de la que es antigua alumna.
¿Qué sabor le ha dejado la experiencia?
Un sabor muy dulce. Algo parecido al encuentro con familiares lejanos con los que descubres que tienes muchas cosas en común. Me ha enriquecido a nivel cultural, conociendo personas de todo el mundo; a nivel personal, compartiendo con personas generosas, acogedoras, que combaten con realidades duras como el narcotráfico y la persecución y que son verdaderos luchadores; y también a nivel de fe, porque he aprendido a respetar muchísimo.
El problema de los jóvenes en España es que tenemos mucho miedo a expresar que somos cristianos para evitar que nos juzguen. En el pre-sínodo había católicos, ortodoxos, protestantes, hindúes, musulmanes, ateos, agnósticos... Todo el mundo se respetaba y podías expresarte libremente. Tampoco había "malos rollos", nadie se sentía ofendido por nadie. Sólo éramos jóvenes que íbamos a compartir nuestra experiencia.
¿Qué momento ha sido el más impactante?
Todos, desde un rato de charla hasta conocer personalmente al Papa. Recuerdo una conversación con una chica colombiana en la que me contaba la dureza del país, cómo había crecido entre armas y había visto morir a su mejor amiga acribillada. Tú ves la serie "Narcos" en la tele, y no te das cuenta de que es una realidad que vive una chica de 21 años...
¿Cómo ha sido la participación de los jóvenes?
Tuvimos muchísima relevancia. Trabajábamos por grupos reducidos, donde nos expresábamos libremente acerca de los desafíos actuales, la fe, la vocación, la Iglesia... No nos hemos quedado callados. Luego compartíamos actividades lúdicas, en las que también estaban los cardenales, como uno más.
Ante el Papa, jóvenes de diferentes continentes y creencias expusieron sus realidades, inquietudes y demandas. El documento final refleja todo eso. Los jóvenes anhelamos una Iglesia que sea auténtica. Del Papa me impresionó su fuerza. Lo quieres desde el primer momento. Nos dijo que no podíamos ser simples espectadores, sino que debíamos implicarnos. Ha sido una gran oportunidad para los que estábamos allí, y también para los que se unieron a través de internet. ¡Los españoles éramos los más numerosos por la red!
¿Qué le gustaría decir al Papa y a los cardenales que se reunirán en octubre?
Que piensen en los jóvenes que hay detrás del documento que resultó de este encuentro, también de los que buscan a la Iglesia y no la pueden encontrar porque nadie ha apostado por ellos. Les doy las gracias por esta oportunidad y les pido que apuesten por nosotros.
¿Qué frutos espera?
Un documento revolucionario, que demuestre que la Iglesia no es aburrida, y medidas para que tengamos un papel más relevante. La Iglesia somos todos.
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