jueves, 4 de enero de 2018

«Obispos, curas y laicos no evangelizan porque no están evangelizados»

El mexicano Pepe Prado está titulado en Teología y en Sagrada Escritura, pero se dio cuenta de que no sabía nada cuando de verdad tuvo un encuentro personal con Cristo. Después escribió 49 libros acerca de la evangelización y fundó las escuelas de evangelización San Andrés (evangelizacion.com), de las que hay ya 200 en 60 países de todo el mundo. «En España no hay muchas, no sé por qué, quizá porque hace tiempo evangelizaron, y ahora les parece que no lo necesitan…». A finales de enero estará en Valencia invitado por la Comunidad Bernabé para mostrar la metodología de sus escuelas. Su lema: Que corra la Palabra de Dios
Normalmente, las personas que están dedicadas a la evangelización han experimentado una segunda conversión. ¿Cómo fue la suya?

Mi segunda conversión fue pasar de creerme justo a creerme hijo de Dios, de creerme justo por mis obras a saberme justificado por la gracia de Dios. Eso fue en 1971, y fueron unos momentos muy especiales y muy fuertes. Después, de manera automática, comencé a evangelizar.

¿Automáticamente?

Sí, automáticamente. El evangelizado evangeliza. Si no, es que no fue evangelizado. Es inmediato: pasar de ser un converso a ser un evangelizador y llevar a Dios a los demás.

¿Y después?

Tuve otra conversión, esta vez más pastoral: pasé de evangelizar a formar evangelizadores. Fundé la escuela de evangelización San Andrés, y para eso cambié mi mentalidad con el objeto de formar evangelizadores. Debemos entender que no habrá una nueva evangelización si no hay nuevos evangelizadores.

¿Evangelizar es algo que se pueda enseñar?

Lo primero es ser testigo de lo que has experimentado y vivido: el encuentro con Él, que es una gracia de Dios. Luego hay un segundo paso más pragmático, el de cómo evangelizar. No es catequizar, porque eso es lo que hemos hecho siempre. Se trata del primer anuncio, de favorecer el encuentro personal con Jesucristo a través del poder del Espíritu Santo. Es una pena que eso se lo hayamos dejado a los evangélicos, y por eso se llevan a tanta gente en Latinoamérica…

Es un fenómeno mundial, que también afecta a Europa. La Iglesia no puede centrarse en catequizar, en dar doctrina, liturgia, derecho canónico…. Todo eso es bueno, pero es la segunda parte del partido de fútbol. La primera parte es el encuentro con Jesús.

¿Y por qué no se mueve más el partido? ¿Por qué no se nota la inquietud por evangelizar? Ya nadie habla de Evangelii gaudium, por ejemplo…

Porque no están evangelizados, y estoy hablando de obispos, curas y laicos. El que no evangeliza es porque no está evangelizado. Se lo dije al Papa Francisco: solo tienen que evangelizar los que están verdaderamente evangelizados. Si no, estamos haciendo propaganda o doctrina. Muchos dan la doctrina de Jesús pero no dan a Jesús. El que está evangelizado no puede dejar de evangelizar. ¡No puede! «Ay de mí si no evangelizara», decía san Pablo. El fuego te quema; y si no te quema, es que no lo tienes.

Entonces, ¿cómo prender este fuego a quien no lo tiene?

Llevándolo a un encuentro personal con Jesús. Como me pasó a mí, que sabía doctrina, Biblia y filosofía, pero no conocía de verdad a Jesús. Hasta que tuve un encuentro real con Él. Muchos fueron catequizados en su día, pero no están evangelizados. Saben oraciones y muchas otras cosas, pero no conocen a Jesús. Antes solo se bautizaba a los evangelizados, eso se ha perdido. Lo necesitan también obispos y sacerdotes: un encuentro personal con Jesús resucitado. Yo tengo un libro que se llama Id y evangelizad a los bautizados, pero un sacerdote me propuso escribir otro: Id y evangelizad a los ordenados. Sabemos bien el qué, pero poco el cómo. Nosotros lo hemos aprendido y lo compartimos en nuestras escuelas.

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