La presidenta de CONFER, Mariña Ríos, inauguró este lunes la Asamblea General de esta institución, que analiza el modo de acercarse a la juventud de hoy, en sintonía con el próximo sínodo de obispos
La Asamblea General de CONFER está reunida desde este lunes para abordar la relación entre la vida consagrada y los jóvenes de hoy en el marco del próximo sínodo de obispos, que abordará la cuestión de la juventud en la Iglesia. Y a esto se refirió, precisamente, el nuncio del Papa en España, Renzo Fratini, en la apertura de la asamblea, durante la que dijo que «la aportación de la vida consagrada en este campo es necesaria e importante» y añadió que el futuro de las congregaciones depende, en gran medida, de la llamada que reciban esos jóvenes a los que acompañan.
Se refirió Fratini al discernimiento y a la escucha, pero también al testimonio que indique dónde está Jesús. «Que vuestro acompañamiento como religiosos y religiosas no se canse de ayudar a los jóvenes para vivir así en vuestra vida la vocación al amor, invitándoles a escuchar la voz de Dios que resuena en el corazón de cada uno a través del soplo vital del Espíritu Santo», concluyó.
Por su parte, el obispo de Málaga y presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada, Jesús Catalá, estructuró su intervención en torno a tres palabras, dirigidas especialmente a la vida consagrada. Felicidades, gracias y ánimo.
«Felicidades –apuntó–, porque somos y sois unos mimados del Señor, porque Dios nos ha regalado esta vocación y nos permite dedicar a ella nuestra vida. Gracias, porque vuestra presencia es importantísima en la Iglesia, porque encarnáis el carisma de vuestros fundadores y sois presencia espiritual, gratuita, de Cristo. Y ánimo, porque son tiempos recios, en los que vivimos un desierto vocacional a todos los niveles, y porque, como Jesús, debemos dejar atrás el modelo de acompañamiento grupal con los jóvenes, basado en hacer modelos de clonación, para pasar al sistema de acompañamiento personal. Se trata de dedicar horas a la acogida y al acompañamiento».
Finalmente, la presidenta de Confer, Mariña Ríos explicó que esta asamblea quiere seguir siendo un espacio, dentro de la vida consagrada, donde se planteen interrogantes sobre cómo acompañar a los jóvenes y pedirles que sean ellos los que ayuden a cómo anunciar la Buena Noticia. «A través de los jóvenes, podemos escuchar la voz de Dios», apuntó.
La palabra que más repitió durante su intervención fue la de acompañar. En este sentido, afirmó que el sínodo «nos hace una llamada concreta a hacer camino con los jóvenes, un camino nuevo desde donde están. Escuchando sus aspiraciones podremos entrever vías futuras para la vida consagrada».
Este proceso, continuó la religiosa, es de crecimiento para los jóvenes, pero también para los propios religiosos implicados, pues «las dudas y cuestionamientos que los jóvenes nos plantean nos hacen crecer en la fe». Eso sí, los religiosos tienen que «hacerse aptos» para acompañar y esto pasa, dijo, por la coherencia. «Espero que esta asamblea nos ayude a ser referencias cercanas, creíbles y coherentes», concluyó.
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