jueves, 12 de octubre de 2017

Catedral-basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza

La Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza es un importante templo barroco de España.

Según la tradición, se trata del primer templo mariano de la Cristiandad, puesto que en él se conserva y venera el pilar —en realidad, una columna de jaspe— que, según la tradición, fue puesto por la Virgen María quien, viviendo aún en Jerusalén, se habría aparecido en carne mortal al apóstol Santiago el día 2 de enero del año 40. Documentalmente no hay pruebas de lo consignado en la tradición, cuyos pormenores datan de 1297 —en una bula del papa Bonifacio VIII— y 1299 —una declaración de los Jurados de Zaragoza—, donde por primera vez se atestigua la advocación de «Santa María del Pilar», tras emprender en 1293 el obispo Hugo de Mataplana una rehabilitación del edificio que amenazaba ruina, gracias a las donaciones propiciadas por la mencionada bula papal.1​

La historia documentada del templo se remonta al siglo IX, cuando según la Historia del traslado de San Vicente de Aimoino, se atestigua la existencia de una iglesia mozárabe en Saraqusta dedicada a Santa María, en el mismo lugar en el que actualmente se encuentra la basílica barroca. En torno a este templo se articulaba una de las comunidades de cristianos de la ciudad.2​3​

Arquitectónicamente, el templo se articula en tres naves, de igual altura, cubiertas con bóvedas de cañón, en las que se intercalan cúpulas y bóvedas de plato, que descansan sobre robustos pilares. El exterior es de ladrillo, siguiendo la tradición de construcción en ladrillo aragonesa, y el interior revocado en estuco. La nave central se halla dividida por la presencia del altar mayor bajo la cúpula central, con el gran retablo mayor de la Asunción, perteneciente a la iglesia anterior, realizado por el escultor Damián Forment en el siglo XVI. Bajo las otras dos cúpulas elípticas de la nave central, se dispuso la Santa Capilla de la Virgen del Pilar, y el coro y órgano, que también procedían de la iglesia gótica predecesora. Actualmente se encuentran desplazados al tramo de los pies del templo, para dotar de mayor espacio a los fieles que ocupan la nave desde el altar mayor.

El Pilar ostenta el rango de catedral desde la Bula de Unión de 1676, compartiendo desde entonces la sede del arzobispo de Zaragoza con la vecina Catedral del Salvador, llamada La Seo. En 1948, el papa Pío XII le concedió el título de Basílica menor.

La basílica del Pilar, junto con los santuarios de Torreciudad, Montserrat, Meritxell y Lourdes conforman la Ruta mariana, itinerario guiado por la espiritualidad y devoción mariana, poseedor de una gran riqueza patrimonial, gastronómica y natural. Es además desde 2007, uno de los 12 Tesoros de España.
Según la leyenda cristiana María se habría aparecido en Zaragoza «en carne mortal» sobre una columna —llamada popularmente «el Pilar»— en el año 40. A partir de esta creencia, la tradición religiosa habla de la presencia de una capilla mandada construir por la Virgen para alojar la columna que dejó en testimonio de su venida, y que fue levantada por Santiago el Mayor y los siete primeros convertidos de la ciudad del Ebro.

Tímpano de la iglesia románica.
No hay constatación arqueológica ni documental de esta primera capilla, pero sí las hay de la existencia de una iglesia en Saraqusta, «madre de las iglesias de la ciudad», dedicada a Santa María Virgen en el siglo IX en el lugar donde actualmente se erige la Basílica, en torno al que se articulaba una de las comunidades de mozárabes de la ciudad, según transmite el monje franco de la abadía de Saint-Germain-des-Prés Aimoino.2​3​

Tras la conquista de Zaragoza por el rey Alfonso I de Aragón en 1118, el templo se encontraba en estado ruinoso, y el obispo Pedro de Librana hubo de acondicionar la iglesia para el culto cristiano.5​

Tiempo después, comenzó en ese mismo lugar la construcción una iglesia románica, cuyas obras no finalizaron hasta el siglo XIII. De esta época data la antigua capilla del Pilar, situada en el interior de una sala en un claustro anejo al templo principal. La capilla del Pilar está documentada por Diego de Espés en 1240 y era un recinto de culto independiente. Una bula del papa Bonifacio VIII de 1297 confirma que ya se veneraba el pilar —o columna— vinculado a la advocación de Santa María, uniéndose ambos cultos en el de Santa María del Pilar.

Iglesia mudéjar del Pilar en 1647, según detalle de la Vista de Zaragoza de Martínez del Mazo.
En 1293 la iglesia ya se encontraba muy deteriorada y poco más tarde se emprende la construcción de un nuevo edificio gótico-mudéjar, que se extendió hasta 1515, e incluía la realización del coro con su sillería labrada y el retablo del altar mayor, encargado a Damián Forment.

Del estado de ese templo nos da una idea un croquis de la planta que se halla en el Archivo del Pilar, una vista de Antonio van den Wyngaerde de 1563 y la Vista de Zaragoza de Juan Bautista Martínez del Mazo de 1647, así como una descripción notarial del acta del edificio levantada el 2 de octubre de 1668. La capilla antigua permaneció en pie hasta la reforma del templo del siglo XVIII.

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