Celebración en agradecimiento por los amigos y bienhechores difuntos de la Orden de Predicadores, por la amistad y ayuda preciosas de tantas personas que nos acompañan en nuestra tarea evangélica con su amistad y con sus bienes
La pobreza evangélica querida por nuestro Padre santo Domingo como salvaguarda de la predicación de la Orden, hace que debamos contar con la amistad y ayuda preciosas de tantas personas que nos acompañan en nuestra tarea evangélica con su amistad y con sus bienes. A todos ellos queremos recordar con agradecimiento en este aniversario, mediante esta celebración en la que reunimos a nuestros amigos y bienhechores difuntos, que por diversos motivos estuvieron unidos con la Orden.
Ofrecemos las preces y la oración de vísperas de ester día, tomados del Breviario de la Orden de Predicadores:
Preces:
Roguemos con fervor a Dios, Padre de la misericordia, que nos ha unido en su siervo Domingo en nuestra santa vocación, en favor de nuestros hermanos y bienhechores, diciendo:
Dios, refugio nuestro, escúchanos.
Tú, Señor, has querido que tu siervo Domingo experimentase la dulzura de la unión contigo y con sus frailes en la vida apostólica,
- confírmanos en nuestra vocación, para que reinando la caridad entre nosotros, nos impulse a la comunión y a la caridad con todos los creyentes en Cristo.
Tú que dijiste: « Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura»,
- haz que por nuestra oración y ministerio sean fortalecidos los hombres para que puedan buscar la luz de la verdad y renacer a la vida nueva con Cristo.
Tú que llamas a todos los miembros de la Familia dominicana a dar testimonio del Evangelio y los congregas para la edificación de tu pueblo,
- guárdalos a todos en tu santo amor y dirígelos a la luz de tu verdad.
Tú que dijiste « Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré»,
- fortalece el corazón de los que se asocian a nuestra oración y de cuantos nos han pedido rezar por ellos.
Tú Señor, estás lleno de misericordia para con los que te invocan de corazón,
- imploramos suplicantes tu perdón por los frailes y hermanas, y por nuestros allegados, amigos y bienhechores difuntos.
Acordándonos de nuestra santa e inmaculada Señora, la gloriosa Madre de Dios y siempre Virgen María, de santo Domingo y de todos los santos de nuestra Orden y pidiéndoles su protección, encomendemos a Dios nuestra vida y la de los demás: Padre nuestro.
Oración
Oh Dios, que infundiste los dones de la caridad mediante la gracia del Espíritu Santo en los corazones de tus fieles, concede a estos hijos tuyos, para los que imploramos tu clemencia, la salud de alma y cuerpo para que te amen con todas sus fuerzas y cumplan con amor entero lo que te agrada. Por Jesucristo nuestro Señor.
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