sábado, 31 de octubre de 2020

«Decidles a mis hijos que los quiero»: las últimas palabras de Simone, víctima del atentado de Niza

Poco a poco se van conociendo más datos sobre el atentado en la basílica de Niza del pasado jueves y en el que un terrorista mató a cuchilladas a tres personas, dos mujeres y al sacristán del templo católico.

Las autoridades han informado que una de ellas era una mujer de 60 años que fue degollada por el terrorista. Otra de las víctimas mortales fue Vincent Loquès, laico de 55 años, casado, padre de dos hijos y que trabajaba como sacristán de la basílica. Y por último, Simone Barreto, una mujer brasileña de 44 años y madre de tres hijos que rezaba en el templo.

Simone murió una hora y media después del ataque y pese a estar malherida logró salir de la basílica y llegar hasta un restaurante que hay junto a la basílica. “Díganle a mis hijos que los quiero”, fueron las últimas palabras que pronunció esta católica antes de fallecer, y que dijo a los trabajadores del establecimiento que la auxiliaban.

Brahim Jelloule, dueño del establecimiento que auxilió en primer lugar a esta madre brasileña ha relatado a France Info que “cruzó la calle, cubierta de sangre. Aún hablaba, decía que había alguien dentro (de la Iglesia)”. Mientras tanto, el hermano del dueño y un empleado del restaurante intentaron entrar en la basílica pero vieron al terrorista armado con un cuchillo.

La cadena BFMTV ha dado más datos sobre Simone Barreto. Trabajaba cuidando ancianos aunque su verdadera pasión era la cocina. Soñaba con abrir un restaurante de comida brasileña en Niza, ciudad en la que vivía desde hacía varios años.

El Gobierno brasileño publicó una nota oficial en la que repudió el ataque y manifestó: “En especial su solidaridad con los cristianos y las personas de otras confesiones que sufren persecución y violencia por sus creencias”.

Las autoridades también han dado más datos del terrorista. Se llama Brahim Aoussaoui, tunecino de 21 años que entró en Europa hace apenas un mes por Lampedusa. El alcalde de Niza, Christian Estrosi, informó que “el autor de los actos no ha dejado de repetir a Allahu Akhbar (Dios es grande) una y otra vez mientras estaba bajo cuidado médico”.

Tal y como recoge Infobae, Aoussaoui llegó a Lampedusa el 20 de septiembre. Allí fue puesto en cuarentena por las autoridades. Una parte la hizo en la isla y otra en el buque Rhapsody, hasta que el 8 de octubre llegó a Bari. Poco después fue liberado con una orden de salir del país y se introdujo ilegalmente en Francia.

Las autoridades creen que viajó a Francia en tren, entre el 9 y el 10 de octubre, logrando pasar los controles sin ser detectado. Los investigadores franceses informaron que permaneció hasta el jueves en París y tomó por la mañana un tren hacia Niza, donde cometió este brutal atentado.

1 de Noviembre: Todos los Santos

Evangelio (Mt 5,1-12a): En aquel tiempo, viendo Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos».

PALABRA DE DIOS

COMPARTIMOS:

Hoy celebramos la realidad de un misterio salvador expresado en el “credo” y que resulta muy consolador: «Creo en la comunión de los santos». Todos los santos, desde la Virgen María, que han pasado ya a la vida eterna, forman una unidad: son la Iglesia de los bienaventurados, a quienes Jesús felicita: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8). Al mismo tiempo, también están en comunión con nosotros. La fe y la esperanza no pueden unirnos porque ellos ya gozan de la eterna visión de Dios; pero nos une, en cambio el amor «que no pasa nunca» (1Cor 13,13); ese amor que nos une con ellos al mismo Padre, al mismo Cristo Redentor y al mismo Espíritu Santo. El amor que les hace solidarios y solícitos para con nosotros. Por tanto, no veneramos a los santos solamente por su ejemplaridad, sino sobre todo por la unidad en el Espíritu de toda la Iglesia, que se fortalece con la práctica del amor fraterno.

Por esta profunda unidad, hemos de sentirnos cerca de todos los santos que, anteriormente a nosotros, han creído y esperado lo mismo que nosotros creemos y esperamos y, sobre todo, han amado al Padre Dios y a sus hermanos los hombres, procurando imitar el amor de Cristo.

Los santos apóstoles, los santos mártires, los santos confesores que han existido a lo largo de la historia son, por tanto, nuestros hermanos e intercesores; en ellos se han cumplido estas palabras proféticas de Jesús: «Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos» (Mt 5,11-12). Los tesoros de su santidad son bienes de familia, con los que podemos contar. Éstos son los tesoros del cielo que Jesús invita a reunir (cf. Mt 6,20). Como afirma el Concilio Vaticano II, «su fraterna solicitud ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad» (Lumen gentium, 49). Esta solemnidad nos aporta una noticia reconfortante que nos invita a la alegría y a la fiesta.

viernes, 30 de octubre de 2020

«Un millón de niños rezando el Rosario» bate su récord pese al ataque que sufrido por los «hackers»

Los pasados 18 y 19 de octubre niños de 136 países de todos los continentes participaron en la iniciativa de “Un millón de niños rezando el Rosario” organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada, y que según aseguran este ha sido “un récord histórico de participación” desde que se iniciara en 2004. Todo ello, a pesar del ataque informático que sufrieron.

Polonia y México han sido los países donde más se difundió la iniciativa, seguidos de Eslovaquia, India y Filipinas. La idea central de la iniciativa era rezar por la paz y la unidad en el mundo. Esta fue la principal petición de los niños de Maiduguri, en el norte de Nigeria, duramente atacada por el Boko Haram.

Por ejemplo, 517 niños se unieron a la oración desde Armenia, país que en ese momento se encontraba en guerra. Desde Minsk, capital de Bielorrusia, donde se ha producido una gran violencia en los últimos meses también numerosos niños quisieron adherirse.

También desde la llanura del Nínive, en el norte de Irak, un gran grupo de niños se reunió frente a una estatua de la Virgen María en Telskuf para rezar el rosario por la paz en el mundo, por todos los que sufren y por el fin de la pandemia.

“Por la pandemia que está afectándonos, en muchos países no pudieron reunirse en grandes grupos, lo hicieron en familia, hemos visto videos preciosos de niños de Beirut, en el Líbano, o de Carúpano, en Venezuela, donde los niños rezan en sus casas”, cuenta el padre Martin Barta, asistente eclesiástico de ACN Internacional.


Cientos de colegios de toda España, Gran Bretaña o Eslovaquia apoyaron la iniciativa en Europa. En Corea del Sur, los niños del colegio diocesano de Seúl se unieron a las oraciones el día 22 porque no fue posible hacerlo antes por restricciones sanitarias gubernamentales.

Uno de los momentos más simbólicos de la campaña fue el rezo del rosario con los niños desde el Santuario de Fátima, en Portugal. La transmisión en directo por canales católicos permitió a miles de creyentes seguir esta iniciativa en todo el mundo.

“Nos han llegados cientos de testimonios de todo el mundo. Estamos muy contentos del resultado. El contador de la web donde se podían apuntar las familias y grupos participantes se quedó en 509.771. Pero sabemos de miles de personas que no pudieron inscribirse porque la página sufrió un ataque cibernético dos días antes de la fecha”, explican desde ACN internacional.

“Es difícil entender por qué alguien quiere evitar que los niños recen, por otra parte, nos demuestra que alguien teme el poder de esas oraciones ‘que pueden cambiar el mundo’, como decía el Padre Pío”.

El padre Martin Barta explica que “muchos reciben desde hace años el material de ACN por correo postal o por distribuidores en sus países, especialmente en África porque no tiene fácil acceso a internet. Era la primera vez que habíamos promovido una página para apuntarse. La iniciativa ha sido un éxito, tomó vida propia y hemos visto en las redes sociales que muchísimos recibieron la invitación de amigos, parroquias o por las diócesis”.

La campaña “Un millón de niños rezando el rosario” surgió en Caracas, Venezuela, hace quince años, cuando un grupo de niños rezaban la oración mariana y los presentes recordaron las palabras del padre Pío: “Si un millón de niños rezan el rosario, el mundo cambiará”.

TODOS LOS DIFUNTOS

La Conmemoración de Todos los fieles difuntos es un día feriado religioso dentro de algunas Iglesias cristianas, en memoria de los fallecidos. Se realiza el 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, en el caso católico, por quienes se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.

   Las principales iglesias, Iglesias Cristianas Ortodoxas Occidentales, Unión de Utrecht (Iglesias), Comunión de Porvoo, así como Comunión anglicana e Iglesia católica, acordaron tener el mismo calendario y días de celebraciones religiosas y santoral para facilitar las asistencia a sus feligreses a sus respectivas celebraciones.

  Para la Iglesia católica, se trata de una conmemoración, un recuerdo que la Iglesia hace en favor de todos los que han muerto en este mundo (fieles difuntos), pero aún no pueden gozar de la presencia de Dios, porque están purificando, en el purgatorio, los efectos que ocasionaron sus pecados.

  Este día, los creyentes ofrecen sus oraciones (llamadas sufragios), sacrificios y la misa para que los fieles difuntos de la iglesia purgante terminen esta etapa y lleguen a la presencia de Dios. Hay, pues, una gran diferencia en la fiesta del día primero y el ambiente de oración y sacrificio del día dos.

  Aunque la iglesia siempre ha orado por los difuntos, fue a partir del 2 de noviembre del año 998 cuando se creó un día especial para ellos. Esto fue instituido por el monje benedictino San Odilón de Francia. Su idea fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo entero.

jueves, 29 de octubre de 2020

Se lanzó al mar, rescató a 7 niños y exhausto murió: camina hacia los altares por una vía especial

El religioso andaluz Pedro Manuel Salado, misionero en EcuadorSe lanzó al mar, rescató a 7 niños y exhausto murió: camina hacia los altares por una vía especial

El hermano Pedro Manuel Salado con algunos de los niños de la escuela que dirigía en Ecuador

El hermano Pedro Manuel Salado con algunos de los niños de la escuela que dirigía en Ecuador

La playa de Castelnuovo, Atacames, en Ecuador, fue el lugar donde entregó su vida el hermano Pedro Manuel Salado el domingo 5 de febrero de 2012. Tenía que ser un día de diversión y tranquilidad con los niños del Hogar de Nazaret. Habían estado en misa. Él, gaditano, devoto de la Virgen del Carmen (llevaba su escapulario) había podido comulgar y rezar ante su imagen en la parroquia de Atacames.

"El mar se echó para atrás"... y se llevó a los niños

"El agua se metió para dentro, el mar se echó para atrás. Los niños más pequeños, con 8 y 9 años, se veían casi en alta mar, detrás de las boyas de seguridad. Así lo cuentan ellos", explica a Misión la Hermana Consuelo, del Hogar de Nazaret.

Al parecer, la causa fue un pequeño maremoto. "La agencia de geosísmica había dado algún aviso de riesgo sísmico, pero casi no se publicó, y en la playa no había bandera roja. De hecho, no había ni viento".

El sacerdote Manuel Jiménez cuenta que el hermano Pedro Manuel no era un gran nadador. "Nadaba normal. Le gustaba enseñar a nadar a los niños porque sabía que el mar era peligroso. Era precavido. Yo estuve con él algunas veces en la playa y me regañaba: 'Manuel, cuidado, que el agua es traicionera'. Pero en aquel momento se lanzó a rescatar a los chicos".

Exhausto y ahogándose, insistía en volver al agua

Pedro Manuel nadó para sacar a cada chaval. Primero recuperó a uno, después a otro, y a otro, y a otro, con gran esfuerzo. Un socorrista se acercó y un hombre le aportó una tabla de surf. Él volvía una y otra vez a meterse en el agua. Una ola le arrebató a los dos últimos niños. Él los persiguió y logró, ya agotado, colocarlos en la tabla. El socorrista se los llevó y volvió a por el religioso, que estaba exhausto y se ahogaba. Lo llevaron a la orilla. Le dijeron que había salvado a los 7 niños, que estaban todos bien. Y entonces murió.

En febrero de 2020 se inauguró este monumento en la playa de los hechos y acudieron 5 de los muchachos a los que salvó el Hno. Pedro Un nuevo tipo de santo: la entrega de vida

En 2017 el Papa Francisco anunció con el motu proprio ‘Maiorem hac dilectionem’ (2017) una nueva vía para canonizar santos: la de la entrega de la vida. Además de haber llevado a cabo una vida virtuosa en nivel heroico, el difunto deberá haber realizado una “oferta libre y voluntaria de la vida y la heroica aceptación ‘propter caritatem’ de una muerte segura y en el corto plazo”.

Esta es la vía por la que se ha iniciado el proceso de beatificación del hermano Pedro. ¿Sabía él que se enfrentaba a "una muerte segura" o simplemente no calculó bien sus fuerzas?

"Nuestro postulador ha hablado de esto con Roma", explica Manuel Jiménez. "Hay que pensar que él rescató a los 7 niños uno tras otro. Después de cada niño, notaba que estaba más y más agotado. Una hermana le advirtió: 'Pedro, no puedes con todo'. Pero él dijo: 'tengo que intentarlo, son mis niños'. Los dos últimos niños cuentan que él ya llego casi ahogándose. Él sabía que estaba agotado, que no podría más cuando fue a por los últimos. Era su forma de ser. Cuando me dijeron cómo murió, me dolió y lloré, pero no me extrañó, porque él era así”.

Siempre suave con los niños

La hermana Consuelo destaca que "papi Pedro", como le llamaban los niños en Ecuador, "tenía una cercanía especial con los niños más pequeños y con las personas discapacitadas, por su carácter agradable y su tono siempre suave. A veces incluso le decíamos “Pedro, que esos niños hacen contigo lo que quieren”. "Si un niño caía de la bicicleta, la mayoría de nosotros, incluso padres, diríamos desde lejos 'niño, venga, levántate'. Él era de los que irían corriendo a estar a su lado, a ayudarle", explica el padre Manuel. 

La hermana Consuelo destaca de Pedro su “humildad absoluta, de gran sencillez y transparencia. Si tenía dificultades, enseguida las comentaba con sus superiores. Era persona de oración, piadoso por naturaleza, de forma espontánea. Y fiel a las normas de oración de Hogar de Nazaret".

Impactado por Taizé de joven, rezaba mucho con la Biblia

El padre Manuel destaca que "usaba mucho la Biblia para rezar y meditar, además de los laudes y vísperas. Ya de joven tenía inquietudes espirituales, en su coro parroquial. Hizo un viaje de joven al monasterio ecuménico de Taizé, en Francia, y aquella oración le impactó y le centró en Dios. Cuando conoció Hogar de Nazaret se enganchó a servir a niños y pobres desde Dios”.

Desde 2002 era director del colegio Santa María de Nazaret en Quinindé, que atiende unos 500 niños, de los que 100 son muy pobres y están completamente becados, apadrinados desde España. Él se desvivía por los niños apadrinados y buscaba formas de ayudar a las familias. En 2018, en Córdoba, se inició la causa de beatificación, con el apoyo del vicariato de Esmeraldas (Ecuador).

Pedro cuenta ya con una estatua y una placa en Chiclana (Cádiz) y se le concedió la Medalla de oro de la Provincia. La estatua que recuerda al misionero en Chiclana (Cádiz)

"Hay gente que le reza todos los días. Tenemos un vídeo casero que hicieron dos hermanas sobre él, a los dos meses de morir, y sigo viendo a gente que llora cuando lo ven. Creo que Pedro enseña lo que la Iglesia hace: morir por los pobres", afirma convencido el padre Manuel.

1 de Noviembre, Día de Todos los Santos

La Iglesia primitiva acostumbraba a celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Frecuentemente, los grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de Diocleciano, el número de mártires llegó a ser tan grande, que no se podía separar un día para asignársela. Pero la Iglesia, creyendo que cada mártir debía ser venerado, señaló un día en común para todos.1​

En Oriente consta que ya se celebraba una fiesta en honor de todos los santos desde 359, como indican San Efrén en Carmina Nisibona, y San Atanasio en Epistulae Syriacae. La fecha estaba fijada en el 13 de mayo para las iglesias de Siria y el primer domingo después de Pentecostés para las de Antioquía, según San Juan Crisóstomo. Esta fecha, domingo de la octava de la Pascua de Pentecostés, continuó usándose entre las iglesias de rito bizantino como solemnidad de Todos los Santos.

El origen de esta fiesta en Roma, y con ello en la Iglesia occidental, se halla vinculado al templo del Panteón. Este edificio, que originalmente se dedicaba al culto de todos los dioses romanos, cayó en desuso como tal a fines del siglo IV. Hacia 608 Focas, emperador de Oriente lo donó al papa Bonifacio IV, quien hizo que se convirtiera en iglesia, dedicándola el 13 de mayo de 610 bajo la advocación de Santa María la Rotonda. En el siglo IX el papa Gregorio III trasladó gran número de cuerpos de mártires desde las catacumbas y volvió a consegrar la iglesia el 1 de noviembre de 835 denominándola Santa María ad Martyres.

Por otra parte, el papa Gregorio III (731-741) consagró una capilla en el Vaticano para dar culto a los santos que antes eran honrados en los cementerios y catacumbas que había quedado en desuso. Dicho oratorio se dedicó «al Salvador, a Santa María, a los Apóstoles, a los mártires, a los confesores y todas las almas justas», e hizo que un coro de monjes rezase todos los días un Oficio suplementario en honor de los santos cuyo natalicio fuese cada día.

De la combinación de estas tradiciones con la de las misas votivas en memoria de muchos o de todos los santos, surgió una tradición que ya para el siglo VIII estaba arraigada, si bien la fecha no era siempre la misma. El papa Gregorio VII la unificó en el primero de noviembre, fecha para las cosechas ya se habían recogido en el territorio romano, porque las celebraciones anteriormente eran el 13 de mayo -aniversario de la consagración de Santa María ad Martyres- fecha en la que los víveres eran escasos en Roma y las multitudes que peregrinaban para los actos eran ya muy considerables.

miércoles, 28 de octubre de 2020

El papa Francisco anuncia 13 nuevos cardenales, entre ellos Mons. José Advincula

Trece nuevos cardenales para la Iglesia, nueve de ellos menores de ochenta años y por lo tanto con derecho a participar en un futuro cónclave, a los que se añaden cuatro mayores de ochenta. Es el anuncio, como siempre por sorpresa, que el Papa Francisco hizo al final del Ángelus el domingo 25 de octubre, comunicando a los fieles en la Plaza de San Pedro y de todo el mundo la creación de los nuevos cardenales.  


  Uno de los 13 elegidos es Mons. Jose Fuerte Advincula, de 68 años y arzobispo de Capiz (Filipinas). Durante sus días de seminario en Manila, fue residente del Seminario Central de la UST, donde se unió a la Familia Dominicana a través de la Tercera Orden, ahora Fraternidades sacerdotales de Santo Domingo.

Jose Fuerte Advincula

  Nació en Dumalag, Capiz, el 30 de marzo de 1952. Tras completar sus estudios primarios en Dumalag, se trasladó a la escuela secundaria del seminario St. Pius X en la ciudad de Roxas, donde también se quedó para realizar sus estudios filosóficos. Después asistió a cursos de teología en la Universidad de los dominicos de Santo Tomas en Manila.

 Fue ordenado sacerdote de la arquidiócesis de Capiz el 14 de abril de 1976. Posteriormente fue nombrado director espiritual del Seminario San Pío X, ocupando también los cargos de profesor y decano de estudios. Posteriormente inició sus estudios, primero en Psicología en la Universidad De la Salle de Manila y luego en Derecho Canónico, tanto en la Universidad Santo Tomás de Manila como en el Angelicum de Roma, obteniendo la Licenciatura en Derecho Canónico. De regreso a su tierra natal, sirvió en el seminario de Vigan, Nueva Segovia y luego en el regional de Jaro. En 1995 fue nombrado Rector del Seminario San Pío X de Capiz, convirtiéndose también en Defensor del Vínculo, Promotor de Justicia y finalmente Vicario Judicial en Capiz. En 1999 se convierte en párroco de Santo Tomás de Vilanueva a Dao.

  Nombrado obispo de San Carlos el 15 de julio de 2001, recibió la consagración episcopal el 8 de septiembre siguiente. El 9 de noviembre de 2011 fue trasladado a la Sede Metropolitana de Capiz, en la isla Panay, en el archipiélago de Visayas (Filipinas Central). Fue miembro de la Comisión para la Doctrina de la Fe y la Comisión de Pueblos Indígenas.

Colegios, familias y profesores se rebelan contra el Gobierno y su imposición del IVA a la privada

En la Comunidad de Madrid un 29,9% de los alumnos (367.471) acuden a colegios concertados y un 15,9% a privados, aunque en la gran mayoría de los centros concertados tanto la educación infantil como el Bachillerato no reciben concierto.

Pese a estas cifras, el Gobierno quiere cobrar el IVA del 21% a los colegios privados, y a las etapas sin concierto de los concertados, así como a las enseñanzas no regladas. Esto supondría el cierre de muchos de estos colegios ante la imposibilidad de las familias de hacer frente a los costes. Otra consecuencia sería la saturación que experimentaría la red pública.

Una alianza contra esta imposición

Por ello, este martes representantes de los colegios privados de Madrid, bastantes de ellos católicos, trabajadores y familias han emitido una declaración conjunta para denunciar las maniobras del Gobierno.

De este modo, recuerdan que “la Educación tiene consideración en España, y en toda la Unión Europea, de servicio público esencial, y este es el motivo por el cual está exenta del pago del IVA. Esto es así en todos los demás países de la UE, y tanto para los centros públicos como para los gestionados por empresas privadas”.

firmantes

Por ello, denuncian que “la aplicación del IVA al sector de la educación privada en plena crisis económica derivada de la pandemia, supondría para las familias un encarecimiento insoportable de este servicio, lo que en la práctica podría llegar a suponer la desaparición del sector”.

Una de las consecuencias inmediatas –advierten centros, trabajadores y familias- sería el incremento del gasto público en una cuantía muy superior a lo que se recaudaría a través de este impuesto, como ya lo ha puesto de manifiesto en varios informes la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF).

Oposición con todos los medios legales al alcance

Por otro lado, insisten en que “esta medida supondría la pérdida de innumerables puestos de trabajo, pues como hemos expuesto, implicaría el cierre de la gran mayoría de los centros privados. Esto no solo se traduciría en una menor recaudación por IRPF de estos trabajadores, sino también en mayores costes en prestaciones por desempleo”.

“Las organizaciones firmantes manifestamos nuestra voluntad de oponernos firmemente a esta medida por todos los medios legales a nuestro alcance, para lo cual informaremos de nuestra posición a las fuerzas políticas, económicas y sociales, así como a los medios de comunicación y a la Opinión pública”, concluye la declaración conjunta.

Estos son los firmantes:

Federación de Ampas de Colegios Católicos de la Comunidad de Madrid (Educación y Familias), Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Centros Educativos de Madrid (COFAPA Madrid), Sindicato Independiente de Enseñanza (FSIE-Madrid), Federación de Enseñanza Sindicato USO Madrid (FEUSO-Madrid), Asociación de Centros de Enseñanza de Idiomas de Madrid (ACEDIM), Asociación de Centros de Educación Infantil de Madrid (ACEIM), Unión de Cooperativas del Trabajo Asociado de Madrid (UCETAM), Federación Autonómica de Centros de Enseñanza Privada de Madrid (FACEPM), Escuelas Católicas de Madrid (ECM), Asociación Nacional de Centros de Educación Especial (ACNEE), Asociación Madrileña de Empresas y Centros de Formación en Madrid (AMACFOR), Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada (ACADE), Plataforma Inclusiva Sí, Especial TAMBIÉN, Asociación Madrileña de Empresas Privadas de Enseñanza (CECE-Madrid), Asociación de Colegios Privados e Independientes (CICAE).

martes, 27 de octubre de 2020

El jurista John Finnis denuncia la creación de «crímenes de pensamiento» con estigmatización pública

John Finnis, australiano nacido en 1940, católico converso en 1962, es uno de los más reputados filósofos del Derecho en el ámbito anglosajón y uno de los grandes representantes de la vigencia de la ley ley natural como marco y criterio para la legislación ordinaria. Tras veintiún años como profesor en Oxford, ahora, ya emérito, mantiene una notable presencia pública.

Ha sido objeto de campañas mediáticas sistémicas por su negativa a someterse a la dictadura de la corrección política, lo que incluyó un intento de expulsión de la universidad por parte de algunos alumnos.

John Finnis es un reconocido exponente de la ley natural, un filósofo del Derecho conocido por su práctico desglose de los siete "bienes" básicos de la existencia humana: vida, conocimiento, habilidades, juego, amistad, sensatez práctica y religión. Es una idea brillante: si categorizas las cosas dándoles un número, sobre todo un número bonito y manejable, haces que sea mucho más fácil recordarlas. Cuando nos vemos resulta que las siete cosas podrían fácilmente ser ocho: ha añadido el matrimonio en la última edición. "Pero es demasiado tarde", dice. "Estoy atado al siete para toda la eternidad". Eso sí, el siete es un número místico y popular, por lo que seguramente sea lo mejor.

Nos vemos en un restaurante de Oxford, su primera salida en meses debido a la pandemia, y nos sentamos en la terraza. Ha tenido un confinamiento bastante agradable, con un hermoso jardín, pero es consciente que la decisión de suspender la vida normal para restringir la difusión del virus ha sido desastrosa para el trabajo y la economía. Lo que beneficia a los ancianos -tiene 80 años, pero podría pasar perfectamente por un septuagenario- puede perjudicar a los jóvenes. "El principio de la prevención... veremos a qué nos puede llevar con esta pandemia; los efectos colaterales son enormes", afirma.

Magisterio: más moral y menos cuestiones sociales discutibles

Es esta conciencia de que la gente con principios puede tener puntos de vista honestos y opuestos sobre un tema lo que le irrita cuando los obispos, o el Papa, hablan sobre las cuestiones sociales como si solo hubiera un punto de vista católico.

Recientemente ha escrito A Radical Critique of Catholic Social Teaching, el último capítulo de un nuevo libro sobre la Doctrina Social de la Iglesia (Catholic social teaching, publicado por Cambridge University Press), cuyo fin es socavar la credibilidad de todo el concepto de dicha enseñanza. Le digo que será explosivo y se ríe: "No, no lo será, porque forma parte de un libro que cuesta 131 euros; de hecho, la causa de que haya sido ignorado es el precio".

Así, para los que no podemos permitirnos comprar un ejemplar, la clave es que gran parte de lo que entendemos como Doctrina Social de la Iglesia es tendenciosa, por lo que los obispos harían mejor en centrarse en enseñar los principios morales católicos fundamentales y dejar la aplicación de aquélla a los laicos, que saben mejor de lo que se está hablando. Está especialmente irritado con las conferencias episcopales, que publican directrices interminables sobre, por ejemplo, la emigración o el calentamiento global, que son cuestiones de legítimo debate. Sobre el cambio climático piensa que "el Papa va más allá de sus posibilidades, puesto que se trata de un tema inmensamente difícil".

La mayoría de lo que los obispos pueda decir, y que sea de utilidad, sobre estos temas "ocupa pocas páginas", afirma. El gasto de energía en largas declaraciones políticas es "peor que perder el tiempo": "Es desviar la propia energía". En su opinión, la función de los obispos es predicar las normas morales, porque "es escandaloso que muchos católicos hayan abandonado en la vida pública estos principios, por lo que es urgente dárselos a conocer y que los respeten realmente".  Aclara que los mandatos negativos, como "no matarás", por ejemplo, son categóricos, sin excepciones, mientras que los positivos, como "amarás a tu prójimo como a ti mismo", tienen más matices.

De la guerra nuclear a la "homofobia"

Inusitadamente, Finnis sigue defendiendo con pasión la inmoralidad de las armas nucleares. "Es una cuestión del bien y el mal", dice: cualquier uso de las armas nucleares significa que uno "tiene la intención de matar a gente inocente". De hecho, la cuestión no es solo histórica. Sigue siendo parte de la política estadounidense la promesa de tomar represalias nucleares en respuesta a cualquier ataque nuclear, una política que se reafirma cada año. Finnis piensa que cualquier miembro del Congreso que vote en favor de esta política es "moralmente culpable".

Hablamos sobre Tony Abbott, ex primer ministro australiano que, desde que fue nombrado comisionado para el comercio del Reino Unido, ha estado en el punto de mira por supuestos puntos de vista misóginos y homófobos. ¿Significa esto, le pregunto, que es problemático para los católicos aceptar un cargo público?

"La acusación general de homofobia, si te la tomas en serio", dice Finnis, "parece querer decir que cualquier católico serio debe ser sacado de la vida pública porque se define como 'homofobia' cualquier expresión de desaprobación de ese tipo de acto sexual. Y aunque digas que lo que valoras es el acto, no la persona, cualquier tipo de condena del acto es, aparentemente, homofóbica".

Crímenes de pensamiento

¿Qué deben hacer los católicos entonces? ¿Retirarse a la vida privada? "Estamos hablando sobre la vida pública, la vida social, sobre enseñar a los estudiantes, etc.", dice. "Todo esto puede ser realizado siendo perfectamente profesional". En otras palabras, puedes tener reservas sobre la conducta de una persona y seguir trabajando perfectamente bien con ella. "Es lo que se ha estado haciendo durante cientos de años", dice. "Cuando -creo que equivocadamente- los actos homosexuales eran un crimen en este país (en Francia nunca lo fueron, solo contrarios a la moralidad pública), la gente sabía perfectamente que había personas que en su vida pública eran homosexuales, pero mantenían su conducta en privado". Ahora, los puntos de vista no conformes a la corriente dominante sobre los derechos de los homosexuales son, efectivamente, un crimen de pensamiento. "Si se sospecha que piensas que lo que están haciendo es malo... este tipo de pensamiento debe ser arrancado de raíz y rechazado públicamente".

Finnis se enfrentó a este tipo de hostilidad el año pasado, cuando los estudiantes de Derecho presentaron una petición exigiendo que abandonara la docencia en Oxford por sus puntos de vista sobre moral sexual.

"Todo fue muy raro, porque hacía tiempo que no enseñaba en Oxford, estaba ya retirado. Fue una extraña serie de desconexiones de la realidad". Tal vez lo más extraño fue que las citas que los autores de la petición le atribuyeron eran, en realidad, citas que él había cogido de Platón sobre la homosexualidad en un contexto muy diferente. Los autores de la petición no se molestaron en comprobar cuál había sido el filósofo que había hecho tales afirmaciones. "Se supone que los abogados deben leer las pruebas y citar la autoridad para cada propuesta que hacen", observa. Los estudiantes de Derecho de Oxford ni siquiera lo intentaron. 

Recuerda que todo ese episodio fue "muy desagradable". "Era difícil perjudicarme", añade. "Pero los profesores jóvenes captaron el mensaje". Es decir, no estar conforme con esta cuestión puede perjudicar a tu carrera. "Hoy en día", dice, "para convertirse en juez o entrar en el Colegio de Abogados tienes que responder a preguntas que pueden incluir esta. Se ha burocratizado mucho el modo como se realizan los nombramientos, se conceden las becas... tienes que hacer muchas afirmaciones sobre tu virtud, y en cualquier momento te pueden pedir que demuestres que estás  libre de esos pensamientos erróneos. Se crearán sistemas para que sea evidente que uno tiene esos puntos de vista inapropiados".

Razones de una conversión

John Finnis se convirtió al catolicismo en 1962. Antes era anglicano y, desde los 14 años, no creyente. ¿Qué hizo que se convirtiera al catolicismo? "Entender que Dios existe y que puede intervenir en la historia humana; y que tal vez hubo una revelación y que esa revelación llegó a su culmen con la vida de Jesús de Nazaret. Y que parte de lo que aprendes sobre lo que Él consideraba ser el objetivo de su revelación fue el establecimiento de una comunidad de creyentes. Fui uno de los miembros de un pequeño grupo de personas de la Universidad de Adelaida que se convirtió al mismo tiempo. [Para nosotros] la cuestión interesante era la existencia de Dios, la posibilidad de la revelación, la verdad de los Evangelios".

"Creo que ahora [convertirse] es mucho más difícil", dice, "dado el caos que reina en la Iglesia católica... en esa época podías confiar en cualquier obispo o sacerdote, porque todos sostenían las cosas sobra la fe". Hoy, "se parece mucho a la situación de la Iglesia anglicana, donde hay una caótica batalla campal: no en sí misma, sino en la medida en que funcionan las apariencias".

Muchos creen que Finnis es un católico conservador, aunque él no tiene ningún problema con el Concilio Vaticano II. Pasó tres semanas leyendo cada uno de los documentos del concilio en latín e inglés con el estudioso Germain Grisez, y no tiene ninguna duda sobre la sensatez de los mismos, especialmente con respecto a la Escritura.

Sí que cree que la Iglesia se ha equivocado de manera desastrosa en apoyar los estudios bíblicos modernos, que cuestionan la verdad de los Evangelios como relato de lo que realmente ocurrió. Por ejemplo, muchos estudiosos católicos comparten la suposición, de moda ahora, de que los evangelistas que escribieron sobre Cristo y su predicción de la caída del Templo, redactaron sus evangelios después de que esto sucediera, en el 70 d.C., en lugar de aceptar que Cristo profetizó lo que tenía que ocurrir. Para Finnis, la voluntad de los obispos de respaldar estos puntos de vista radicalmente escépticos ha socavado la fe de la gente común y causado "una increíble devastación en los seminarios católicos".

Además, cuando se habla de la falta de creencia en algunas cuestiones fundamentales, como el infierno o la necesidad del sacramento de la Confesión, "detrás de ello está el hecho de no tomarse en serio lo que, según los Evangelios, dice Nuestro Señor. Si te los tomas en serio, está claro que la apuesta es elevada. Es la razón por la que dedico mi tiempo a escribir sobre los Evangelios".

¿Cuál es, le pregunto, el rasgo que define su filosofía? "Que hay una diferencia entre verdad y error". La Historia, dice, "es una cuestión de pensamientos puestos en acción, y puedes comprender estos pensamientos si lo intentas de verdad. Vale la pena hacerlo"

domingo, 25 de octubre de 2020

El Rosario


Alegría, luz, dolor, gloria.

             Una madre que mira a su hijo.

             Una creyente que mira a su Dios.

             Rezar los creyentes para mirar como mira María. A su hijo. A Dios.

            Pararse –meditar, contemplar, profundizar- en cómo la vida de Cristo da sentido a cada realidad de la vida de los hombres, a sus momentos de felicidad, de tristeza, de búsqueda, de misterio, de dolor, de inmensidad.

             Ahondar en la vida de Cristo. Agradecer a María. Buscar al Padre. Dejarse en las manos del Espíritu.

             Mantras que en su repetición colocan la mente, el corazón, el espíritu, predisponiéndolos a mirar, captar, sentir, contemplar más allá.

             Dios te salve María.

             Padre Nuestro que estás en los cielos.

             Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu.

             Todo eso es -para mí- el Rosario que hoy la Iglesia conmemora.

             Pero es también una tradición y una herencia la de la Virgen del Rosario que me vincula a mi familia religiosa –la Orden de Predicadores, los dominicos- como parte de su identidad y su misión.

             Pero también a la identidad Española y Europea con Lepanto y la Santa Liga contra el turco. San Pío V. Don Juan de Austria. Alejandro Farnesio. Don Álvaro de Bazán. Cervantes. La más alta ocasión que vieron los siglos.

             Dios te salve María.

             Padre Nuestro que estás en los cielos.

             Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu.

             Acudir a una madre –Acordaos oh piadosísima Virgen María- buscando ayuda, protección, intercesión. Abrigarse bajo su manto. Es una necesidad para todos los creyentes.

             La oración de los sencillos y los humildes. Lo que se reza cuando no sabes –quizás ni puedes- rezar.

             La Virgen del Rosario

Vicente Niño Orti, OP

ÁNGELUS DEL PAPA FRANCISCO

Plaza de San Pedro

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En la página evangélica de hoy (cfr. Mt 22, 34-40), un doctor de la Ley pregunta a Jesús cuál es «el mandamiento mayor» (v. 36), es decir el mandamiento principal de toda la Ley divina. Jesús responde sencillamente: «“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”» (v. 37). Y a continuación añade: «El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (v. 39).

La respuesta de Jesús retoma y une dos preceptos fundamentales, que Dios ha dado a su pueblo mediante Moisés (cfr Dt 6, 5; Lv 19, 18). Y así supera la trampa que le han tendido para «ponerle a prueba» (v. 35). Su interlocutor, de hecho, trata de llevarlo a la disputa entre los expertos de la Ley sobre la jerarquía de las prescripciones. Pero Jesús establece dos fundamentos esenciales para los creyentes de todos los tiempos, dos fundamentos esenciales de nuestra vida. El primero es que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada. Hay gente que trata de cumplir los mandamientos de forma ansiosa o forzada, y Jesús nos hace entender que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada, sino que debe tener como principio el amor. El segundo fundamento es que el amor debe tender juntos e inseparablemente hacia Dios y hacia el prójimo. Esta es una de las principales novedades de la enseñanza de Jesús y nos hace entender que no es verdadero amor de Dios el que no se expresa en el amor al prójimo; y, de la misma manera, no es verdadero amor al prójimo el que no se deriva de la relación con Dios.

Jesús concluye su respuesta con estas palabras: «De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (v. 40). Esto significa que todos los preceptos que el Señor ha dado a su pueblo deben ser puestos en relación con el amor de Dios y del prójimo. De hecho, todos los mandamientos sirven para realizar, para expresar ese doble amor indivisible. El amor por Dios se expresa sobre todo en la oración, en particular en la adoración. Nosotros descuidamos mucho la adoración a Dios. Hacemos la oración de acción de gracias, la súplica para pedir alguna cosa…, pero descuidamos la adoración. Adorar a Dios es precisamente el núcleo de la oración. Y el amor por el prójimo, que se llama también caridad fraterna, está hecho de cercanía, de escucha, de compartir, de cuidado del otro. Y muchas veces nosotros descuidamos el escuchar al otro porque es aburrido o porque me quita tiempo, o de llevarlo, acompañarlo en sus dolores, en sus pruebas… ¡Pero siempre encontramos tiempo para chismorrear, siempre! No tenemos tiempo para consolar a los afligidos, pero mucho tiempo para chismorrear. ¡Estad atentos! Escribe el apóstol Juan: «Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve» (1 Jn 4, 20). Así se ve la unidad de estos dos mandamientos.

En el Evangelio de hoy, una vez más, Jesús nos ayuda a ir a la fuente viva y que brota del Amor. Y tal fuente es Dios mismo, para ser amado totalmente en una comunión que nada ni nadie puede romper. Comunión que es un don para invocar cada día, pero también compromiso personal para que nuestra vida no se deje esclavizar por los ídolos del mundo. Y la verificación de nuestro camino de conversión y de santidad está siempre en el amor al prójimo. Esta es la verificación: si yo digo “amo a Dios” y no amo al prójimo, no va bien. La verificación de que yo amo a Dios es que amo al prójimo. Mientras haya un hermano o una hermana a la que cerremos nuestro corazón, estaremos todavía lejos del ser discípulos como Jesús nos pide. Pero su divina misericordia no nos permite desanimarnos, es más nos llama a empezar de nuevo cada día para vivir coherentemente el Evangelio.

Que la intercesión de María Santísima nos abra el corazón para acoger el “mayor mandamiento”, el doble mandamiento del amor, que resume toda la ley de Dios y de la que depende nuestra salvación.

Después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

Sigo con particular preocupación las noticias que llegan desde Nigeria, sobre los enfrentamientos violentos sucedidos recientemente entre las fuerzas del orden y algunos jóvenes manifestantes. Recemos al Señor para que se evite siempre todo tipo de violencia, en la constante búsqueda de la armonía social a través de la promoción de la justicia y del bien común.

Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos venidos de diferentes países: familias, grupos parroquiales, asociaciones y fieles. En particular, saludo al grupo “Célula de evangelización” de la parroquia San Miguel Arcángel en Roma; y también a los chicos de la Inmaculada, ¡que son bastantes hoy!

El próximo 28 de noviembre, en la vigilia del primer domingo de adviento, celebraré un Consistorio para el nombramiento de trece nuevos cardenales. Estos son los nombres de los nuevos cardenales.

Mons. Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos;

Mons. Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos;

Mons. Antoine Kambanda, Arzobispo de Kigali, en Ruanda;

Mons. Wilton Gregory, Arzobispo de Washington;

Mons. José Advincula, Arzobispo de Cápiz, en Filipinas;

Mons. Celestino Aós Braco, Arzobispo de Santiago de Chile;

Mons. Cornelius Sim, Obispo titular de Puzia de Numidia y Vicario Apostólico de Brunéi, Kuala Lumpur;

Mons. Augusto Paolo Lojudice, Arzobispo de Siena-Colle Val d’Elsa-Montalcino;

Fray Mauro Gambetti, franciscano conventual, Custodio del Sacro Convento de Asís;

Junto a ellos uniré a los miembros del Colegio Cardenalicio:

Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, en México;

Mons. Silvano M. Tomasi, Arzobispo titular de Asolo, Nuncio Apostólico;

Fray Raniero Cantalamessa, capuchino, Predicador de la Casa Pontificia;

Mons. Enrico Feroci, párroco en Santa María del Divino Amore en Castel de Leva.

Recemos por los nuevos Cardenales, para que, confirmando su adhesión a Cristo, me ayuden en mi ministerio de Obispo de Roma, por el bien de todo el santo pueblo fiel de Dios.

A todos os deseo un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

Fray Cristo Manuel Acosta González toma el hábito de la Orden de Predicadores

El sábado, 10 de octubre, en el convento de Santo Tomás de Sevilla, se celebró la toma de hábito de fray Cristo Manuel Acosta González, novicio de la Provincia de Hispania. Fue un día de emoción tanto para él como para su familia y para todas las personas que pudieron estar a su lado acompañándole.

La celebración fue presidida por fray Emilio García, prior de la comunidad, al no poder asistir el prior provincial, fray Jesús Díaz, debido a la pandemia. En su homilía le dijo a fray Cristo que «El hábito que hoy vas a recibir te recordará cada día que has sido llamado por Dios para predicar la Palabra de Dios según el estilo de Domingo de Guzmán. En el noviciado vas a conocer ese estilo desde dentro: en la convivencia fraterna, en una forma de orar personal y comunitaria, en el acercamiento a nuestra tradición y a nuestra espiritualidad, y en una mirada incipiente, a la vez amorosa y crítica, al mundo que un día tendrás que evangelizar».

  Fue una celebración sencilla y emocionante, en la participaron familiares y amigos de fray Cristo, miembros de la familia dominicana (monjas, frailes, fraternidad laical y fraternidad sacerdotal) y fieles tanto de la iglesia de Santo Tomás como de la parroquia de San Jacinto. Para aquellos que no pudieron estar se retransmitió por las redes sociales.

Se «revestía para una nueva vida»

  En el momento de la vestición del hábito, el prior fue asistido por fray Óscar Jesús, maestro de novicios, y María, hermana de fray Cristo Manuel. Algunos de los asistentes manifestaron su alegría ante este gesto litúrgico en el que se «revestía para una nueva vida». Mientras era vestido con el hábito la comunidad entonó el Veni Creator Spiritus.

  Al final, y debido a la pandemia, no se pudo seguir compartiendo en el tradicional pincho, pero no impidió las felicitaciones… ni las fotos, que quedarán para el recuerdo.

sábado, 24 de octubre de 2020

La Santa Sede amplia las indulgencias plenarias a los difuntos a todo noviembre debido a la pandemia

Con la fiesta de todos los santos y de los difuntos, millones de personas acuden a los cementerios para visitar a sus seres queridos. Además, la Iglesia concede cada año para estos días indulgencia plenaria para poder ofrecer por las almas del purgatorio.

Sin embargo, ante la pandemia de coronavirus que azota el mundo, la Santa Sede ha decidido ampliar estas indulgencias a todo el mes de noviembre para así garantizar la seguridad y salud de los fieles.

A través de un decreto de la Penitenciaria Apostólica, el cardenal Piacenza explica que recibió numerosas peticiones de pastores de todo el mundo que pedían que este año debido al coronavirus se conmutaran las obras piadosas necesarias para obtener las indulgencias plenarias aplicables a las almas del purgatorio.

El decreto de Roma

Por ello, la Penitenciaria Apostólica ha decidido que la excepcionalidad de este año produzca también medidas extraordinarias. Se trata de las siguientes:

-La indulgencia plenaria para quienes visiten un cementerio y recen por los difuntos aunque sea solo mentalmente, normalmente establecida solo en los días del 1 al 8 de noviembre, puede transferirse a otros días del mismo mes hasta su finalización. Estos días, elegidos libremente por cada fiel también pueden separarse unos de otros.

- La indulgencia plenaria del 2 de noviembre, establecida con motivo de la conmemoración de todos los fieles difuntos para aquellos que visitan piadosamente una iglesia o un oratorio y rezan allí el "Padre Nuestro" y el "Credo", puede trasladarse no solo al domingo anterior o siguiente o en el día de la solemnidad de Todos los Santos, sino también a otro día del mes de noviembre, a elección de cada uno de los fieles.

Además, los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos graves no puedan salir de casa, por ejemplo por las restricciones impuestas por las autoridades, con el fin de evitar la aglomeración de numerosos fieles en lugares sagrados, podrán lograr la indulgencia si están unidos espiritualmente al resto de fieles y se comprometen a intentar cumplir cuanto antes con las tres condiciones (confesión sacramental, comunión y oración por el Santo Padre).

Por ello, les invitan a rezar frente una imagen de Jesús o de la Virgen oraciones por los difuntos como pueden ser laudes o vísperas del oficio por los muertos, el Rosario, la Coronilla de la Misericordia u otras oraciones ofrecidas por los difuntos. También se puede meditar pasajes del Evangelio y realizar una obra de misericordia ofreciendo a Dios los dolores y penas de su vida.

Domingo 30º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Lectura del libro del Éxodo (22,20-26): Así dice el Señor: «No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos. Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.» Palabra de Dios

Salmo 17 R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza

Segunda lectura, Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,5c-10):

Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Desde vuestra Iglesia, la palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,34-40): En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?» Él le dijo: «"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.» Palabra del Señor

Compartimos:

  • Ya es un primer paso acoger esa Palabra de Dios que nos advierte para que no dejemos entrar en nosotros al resentimiento, el odio, la revancha... porque nos daña principalmente a nosotros mismos. Pero saltar a amar a todos es bastante más complejo, porque el instinto natural sólo entiende de amigos; no fluye espontáneamenhte de nosotros la actitud y generosidad de amar a todos. Y casi diríamos "¡ni falta que hace!".  Con respecto a lo de conformarnos con amar sólo a los nuestros (aunque tampoco sobran a veces las dificultades), ya lo valoró Jesús en otro momento: si saludáis a los que os saludan, ¿qué merito tenéis? ¿Si amáis a los que os aman? ¿Qué merito tenéis? También lo hacen así los paganos (Lc 6, 32-33). ¿Qué hacéis de extraordinario? Y levanta el listón: «Amaos los unos a los otros, amad a los que os odian, rezad por los que os persiguen, si te piden medio, da entero»... Es decir: que como discípulos de Jesús tenemos que llegar más allá de ese espontáneo amar a los nuestros, a los que nos corresponden.

  •  Para asumir estos retos de Jesús hay que empezar, por aceptarnos a nosotros mismos, tal como somos y estamos. Y al mismo tiempo también, aceptar la misericordia de Dios, que al amarnos y comprendernos en nuestra miseria, nos posibilita tratar a los otros con la misma generosidad e  incondicionalidad. Sería tarea imposible pretender llevarnos bien con todos los demás sin aceptarnos a nosotros mismos y, sin haber experimentado el amor y el perdón de Dios.

 Por eso, antes que nada necesitamos amarnos como Dios nos ama, para poder después amar a los demás como a nosotros mismos. El amor a nosotros mismos no puede ser, sin más, el punto de referencia para tratar a los demás, porque descubrimos comportamientos de puro egoísmo, de inadaptación y falta de autoaceptación, la irritabilidad o el descontento personal, el tener una autoestima demasiado elevada o excesivamente baja, heridas sin cerrar... y todo esto nos causa daño a nosotros y lo acabamos reflejando en los demás. Si yo no estoy bien... será muy difícil tratar a los demás bien. Y si yo estoy mal conmigo mismo.... los otros experimentarán sin duda las consecuencias.

viernes, 23 de octubre de 2020

Asesinan a un sacerdote en Venezuela al tratar de socorrer a una mujer

El sacerdote José Manuel de Jesús Ferreira, párroco de la Iglesia San Juan Bautista, de San Carlos (Venezuela), fue asesinado este martes 20 de octubre de un disparo cuando trataba de auxiliar a una mujer que había sido asaltada. 

El homicidio se produjo inmediatamente después de celebrar Misa. Al concluir la celebración, se acercó a saludar a los pocos fieles que pudieron asistir –debido a la pandemia–. Entonces, fue cuando vio a una mujer que había sido asaltada. Al acercarse a ayudarla, recibió un disparo que le costó la vida.

La Conferencia Episcopal Venezolana ha condenado el hecho a través de un comunicado, en el que subraya que, «hasta el último momento, el padre José Manuel, hizo el bien».

Afable y tranquilo

El padre José Manuel nació en Caracas (Venezuela) el 25 de noviembre de 1980, hijo de inmigrantes portugueses. Ingresó a la Congregación de Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús en el año 2000. Fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 2009. Entre otras tareas, fue el responsable de la pastoral misionera de la diócesis de San Carlos.

Actualmente, era párroco en el Santuario Eucarístico San Juan, que data de la época colonial y en el que había comenzado su restauración. En el mismo, promovió diversas actividades sociales a favor de los más desfavorecidos

«Quienes lo conocieron recuerdan su espíritu carismático y dinámico, siempre interesado en desarrollar actividades innovadoras. De carácter afable y tranquilo, siempre estuvo disponible a la hora de ayudar a sus hermanos», destaca la agencia Fides.

Transmitir la fe a los hijos en una sociedad cada vez más hostil: una ayuda para padres y... abuelos

En una sociedad secularizada y en algunos aspectos ya abiertamente anticristiana e hipersexualizada la transmisión de la fe a los hijos cobra si cabe una importancia aún mayor. Los niños necesitan las armas de la fe para el mundo al que se enfrentarán, pero los padres en muchas ocasiones no son conscientes de la importancia de transmitirlas o simplemente no saben cómo hacerlo.

Para ayudar en esta problemática tan urgente en este momento de la historia se ha publicado el libro Transmite la fe a tus hijos (o nietos), de la editorial Biblioteca Online, donde se ofrecen claves para “educar hoy hijos cristianos”.

El libro ha sido preparado por el sacerdote Pedro de la Herrán, autor de numerosos textos de Enseñanza religiosa y Catequesis; por Pedro Chiesa, también sacerdote y profesor de Derecho de Familia; y por Gloria Galán, madre de familia, experta en catequesis y profesora de Religión.

De este modo, los autores explican que este libro se dirige principalmente a padres de familia jóvenes que desean acompañar a sus hijos durante la infancia (de 0 a 12 años) para ayudarles a vivir y a desarrollar la fe que recibieron en el Bautismo.

Además, insisten en que parten del convencimiento de que la primera comunidad educadora de la fe es la familia, y, en particular, la familia cristiana. Si los padres de familia cristianos no acompañan a sus hijos desde pequeños, con el ejemplo y la doctrina católica, en el crecimiento y fortalecimiento de la fe y de las vivencias cristianas, el futuro de esos hijos está casi asegurado: no serán fermento cristiano de la sociedad, sino que la sociedad con sus “valores laicistas” los engullirá vorazmente.

De hecho, no es un libro de apologética que tenga como fin convencer a padres no creyentes sino más bien los autores intentan llamar lo que ellos consideran un vacío de la “pedagogía cristiana familiar”.

La presión del ambiente social es tan fuerte que muchos padres de familia que se consideran cristianos necesitan conocer modos prácticos para transmitir a sus hijos la fe y la vida cristiana, de un modo adecuado a su desarrollo personal, psicológico y moral durante el largo y fundamental  período de la infancia. Una vez más se puede aplicar aquí, según los autores, el principio de que “nadie da lo que no tiene”.

El principal interés de este libro está en desarrollar una importante vertiente de la formación cristiana en la familia que se ha desarrollado muy poco en las últimas décadas. Hay abundante bibliografía de educación y orientación familiar y son numerosas las editoriales que cultivan estos temas. Sin embargo, afirman los autores, no es fácil encontrar un libro que oriente a los padres de familia a la hora de formar hijos cristianos en el propio hogar. Quizás porque durante mucho tiempo los padres de familia han confiado la formación cristiana de sus hijos, desde que son pequeños, a instituciones como un colegio confesional o la parroquia para la catequesis sacramental.

Por otra parte, hace unas décadas la vida de fe estaba bastante más arraigada en la vida familiar. Pero aquellos eran otros tiempos. Se respiraba la fe cristiana en el ambiente y el aprendizaje de la fe resultaba un proceso natural muy simple.  Hoy se precisa en este campo más determinación, convicciones firmes, y conocer un poco más de pedagogía para poder transmitir a los hijos valores y virtudes cristianos que están totalmente ausentes en el ambiente social, pero que son absolutamente necesarios para unos padres de familia que desean que sus hijos crezcan conociendo y viviendo a conciencia el Evangelio de Jesucristo.

Pero el libro no pretende quedarse únicamente con los padres, sino que está también dirigido a sacerdotes, párrocos, catequistas y laicos que trabajan con niños o matrimonios jóvenes. E incluso las numerosas ilustraciones del texto pretenden que también pueda ser compartido con los menores.

En el prólogo, monseñor Mario Iceta, recientemente nombrado arzobispo de Burgos y hasta ahora obispo de Bilbao, indica que “la fe crece, se afianza y profundiza cuando se testimonia y se transmite. El contexto de amor propio de la familia constituye el ethos adecuado para este testimonio de fe de los padres y de toda la familia ante los hijos”.

“En este contexto vivencial –agrega Iceta- acontece la presencia de Cristo y la familia se constituye verdaderamente como Iglesia doméstica, alimentada por el amor, la Palabra de Dios, la oración y la caridad, donde todos crecemos como hijos e hijas de Dios y hermanos en Cristo”.

Por ello, considera que este libro con su “lenguaje sencillo y claro, la presentación amable y atractiva y principalmente la calidad de su contenido contribuirá notablemente a ayudar a los padres, y como dice el título, también a los abuelos, a que el tesoro de la fe, con la gracia de Dios, prenda con fuerza en el corazón de las generaciones más jóvenes”.

jueves, 22 de octubre de 2020

En tiempos de epidemias y de mortandad (Libro de Oración Común, 1928)

 Poderosísimo y benigno Dios, en este tiempo de epidemia, acudimos a ti por socorro.

Líbranos, te suplicamos, del peligro que nos rodea; da fuerza y acierto a todos los que asisten a los enfermos; haz prosperar los medios que se usen para su curación; y concede que, percibiendo cuán frágil e incierta es nuestra vida, podamos aplicar nuestros corazones a la sabiduría celestial que conduce a la vida eterna; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Una joven Down logra que la Justicia británica cuestione el aborto de personas con discapacidad


La matanza de niños Down llega al Tribunal Supremo británico gracias a la perseverancia de una joven de 24 años. Lo comenta Caterina Giojelli en Tempi:

Heidi Crowter lo ha conseguido: después de meses de campaña y batallas legales, el Tribunal Supremo de Inglaterra y Gales se ocupará del histórico desafío lanzado por esta joven contra la matanza de discapacitados autorizada por la ley británica a través del aborto hasta el momento de nacer.

Tempi ya les había contado la historia de Crowter, la joven activista de 25 años con síndrome de Down: ha sido gracias a ella si la Asamblea de Irlanda del Norte aprobó en junio una moción para rechazar la legalización del aborto, solapadamente impuesta al país por el gobierno británico durante la parálisis institucional. Crowter consiguió entonces compactar el frente en favor de la vida y la Iglesia, empujando a los diputados, a los que les había dirigido una conmovedora carta, a tomar una postura clara frente a Westminster.

«Según la ley, yo no debería existir»

El desafío pasa ahora al Tribunal Supremo inglés, donde se ha acogido la petición de volver a estudiar judicialmente la ley vigente, según la cual se permite a los padres interrumpir el embarazo en cualquier momento cuando el feto presenta una trisomía. «La ley actual es injusta. Me hace sentir como si yo no tuviera que existir, como si hubiera debido morir. La política dice, fundamentalmente, que es normal que un niño con síndrome de Down sea asesinado incluso en el momento anterior a su nacimiento. Esta es, para mí, una cuestión de enorme importancia, porque yo tengo síndrome de Down, sé lo qué significa tenerlo; también mi marido lo tiene».

Ahora le tocará al gobierno demostrar que matar a niños con síndrome de Down no es discriminación.

En el Reino Unido, el aborto es legal hasta la semana 24, salvo cuando seguir con el embarazo es peligroso para la salud física o mental de la madre, o en los casos en los que el niño «sufre de anomalías físicas o mentales, o tiene una discapacidad grave». Según Máire Lea-Wilson,  madre de un bebé de 16 meses con síndrome de Down, que ha presentado la petición al Tribunal Supremo junto a Crowter, la discriminación es clara y la ley es obsoleta: «Vivimos en una sociedad que proclama dar importancia a las personas con discapacidad y que, de la equidad y la igualdad, ha hecho una bandera». Y sin embargo, cuando con mucho retraso, en la semana 34ª de gestación, a su Aiden le diagnosticaron trisomía 21, le ofrecieron tres veces la posibilidad de abortarlo. 

Aiden, que debía ser un infierno

Aiden nació dos semanas después y «durante ese periodo de gran vulnerabilidad, lo único que me repitieron es que mi hijo no sería capaz de vivir de manera independiente, tal vez ni siquiera sería capaz de caminar o hablar, estaría sometido a continuas operaciones quirúrgicas para corregir sus problemas intestinales y los probables defectos cardíacos congénitos, que tenía una probabilidad muy alta de morir en el útero y que nuestra vida, con él, sería un calvario».

Lea-Wilson no sabía mucho sobre el síndrome de Down, pero esta continuas peticiones de que se sometiera a un aborto le habían hecho pensar en una enfermedad infernal. En cambio, «Aiden es una delicia», la mujer está agradecida por su existencia y está feliz de que haya nacido. Lo que la asusta no es el síndrome de Down, sino la ley británica escrita para suprimir científicamente a los niños como el suyo. Según el abogado de ambas mujeres, el proceso podría empezar a principios de 2021.

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO

Aula Pablo VI

Catequesis - 11. La oración de los salmos. 2

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy tendremos que cambiar un poco la forma de realizar esta audiencia por causa del coronavirus. Vosotros estáis separados, también con la protección de la mascarilla y yo estoy aquí un poco distante y no puedo hacer lo que hago siempre, acercarme a vosotros, porque sucede que cada vez que yo me acerco, vosotros venís todos juntos y se pierde la distancia y está el peligro para vosotros del contagio. Siento hacer esto pero es por vuestra seguridad. En vez de ir cerca de vosotros y darnos la mano y saludar, nos saludamos desde lejos, pero sabed que yo estoy cerca de vosotros con el corazón. Espero que entendáis por qué hago esto. Por otro lado, mientras leían los lectores el pasaje evangélico, me ha llamado la atención ese niño o niña que lloraba. Yo veía a la madre que le acunaba y le amamantaba y he pensado: “así hace Dios con nosotros, como esa madre”. Con cuánta ternura trataba de mover al niño, de amamantar. Son imágenes bellísimas. Y cuando en la iglesia sucede esto, cuando un niño llora, se sabe que ahí está la ternura de una madre, como hoy, está la ternura de una madre que es el símbolo de la ternura de Dios con nosotros. No mandéis nunca callar a un niño que llora en la iglesia, nunca, porque es la voz que atrae la ternura de Dios. Gracias por tu testimonio.

Completamos hoy la catequesis sobre la oración de los Salmos. Ante todo notamos que en los Salmos aparece a menudo una figura negativa, la del “impío”, es decir aquel o aquella que vive como si Dios no existiera. Es la persona sin ninguna referencia al trascendente, sin ningún freno a su arrogancia, que no teme juicios sobre lo que piensa y lo que hace.

Por esta razón el Salterio presenta la oración como la realidad fundamental de la vida. La referencia al absoluto y al trascendente —que los maestros de ascética llaman el “sagrado temor de Dios”— es lo que nos hace plenamente humanos, es el límite que nos salva de nosotros mismos, impidiendo que nos abalancemos sobre esta vida de forma rapaz y voraz. La oración es la salvación del ser humano.

Cierto, existe también una oración falsa, una oración hecha solo para ser admirados por los otros. Ese o esos que van a misa solamente para demostrar que son católicos o para mostrar el último modelo que han comprado, o para hacer una buena figura social. Van a una oración falsa. Jesús ha advertido fuertemente sobre esto (cfr. Mt 6, 5-6; Lc 9, 14). Pero cuando el verdadero espíritu de la oración es acogido con sinceridad y desciende al corazón, entonces esta nos hace contemplar la realidad con los ojos mismos de Dios.

Cuando se reza, todo adquiere “espesor”. Esto es curioso en la oración, quizá empezamos en una cosa sutil pero en la oración esa cosa adquiere espesor, adquiere peso, como si Dios la tomara en sus manos y la transformase. El peor servicio que se puede prestar, a Dios y también al hombre, es rezar con cansancio, como si fuera un hábito. Rezar como los loros. No, se reza con el corazón. La oración es el centro de la vida. Si hay oración, también el hermano, la hermana, también el enemigo, se vuelve importante. Un antiguo dicho de los primeros monjes cristianos dice así: «Beato el monje que, después de Dios, considera a todos los hombres como Dios» (Evagrio Póntico, Tratado sobre la oración, n. 123). Quien adora a Dios, ama a sus hijos. Quien respeta a Dios, respeta a los seres humanos.

Por esto, la oración no es un calmante para aliviar las ansiedades de la vida; o, de todos modos, una oración de este tipo no es seguramente cristiana. Más bien la oración responsabiliza a cada uno de nosotros. Lo vemos claramente en el “Padre nuestro”, que Jesús ha enseñado a sus discípulos.

Para aprender esta forma de rezar, el Salterio es una gran escuela. Hemos visto cómo los salmos no usan siempre palabras refinadas y amables, y a menudo llevan marcadas las cicatrices de la existencia.  Sin embargo, todas estas oraciones han sido usadas primero en el Templo de Jerusalén y después en las sinagogas; también las más íntimas y personales. Así se expresa el Catecismo de la Iglesia Católica: «Las múltiples expresiones de oración de los Salmos se hacen realidad viva tanto en la liturgia del templo como en el corazón del hombre» (n. 2588). Y así la oración personal toma y se alimenta de la del pueblo de Israel, primero, y de la del pueblo de la Iglesia, después.

También los salmos en primera persona singular, que confían los pensamientos y los problemas más íntimos de un individuo, son patrimonio colectivo, hasta ser rezados por todos y para todos. La oración de los cristianos tiene esta “respiración”, esta “tensión” espiritual que mantiene unidos el templo y el mundo. La oración puede comenzar en la penumbra de una nave, pero luego termina su recorrido por las calles de la ciudad. Y viceversa, puede brotar durante las ocupaciones diarias y encontrar cumplimiento en la liturgia. Las puertas de las iglesias no son barreras, sino “membranas” permeables, listas para recoger el grito de todos.

En la oración del Salterio el mundo está siempre presente. Los salmos, por ejemplo, dan voz a la promesa divina de salvación de los más débiles: «Por la opresión de los humildes, por el gemido de los pobres, ahora me alzo yo, dice Yahveh: auxilio traigo a quien por él suspira» (12, 6). O advierten sobre el peligro de las riquezas mundanas, porque «el hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas se asemeja» (48, 21). O, también, abren el horizonte a la mirada de Dios sobre la historia: «Yahveh frustra el plan de las naciones, hace vanos los proyectos de los pueblos; mas el plan de Yahveh subsiste para siempre, los proyectos de su corazón por todas las edades» (33,10-11).

En resumen, donde está Dios, también debe estar el hombre. La Sagrada Escritura es categórica: «Nosotros amemos, porque él nos amó primero» (1Jn 4, 19). Él siempre va antes que nosotros. Él nos espera siempre porque nos ama primero, nos mira primero, nos entiende primero. Él nos espera siempre. «Si alguno dice “Amo a Dios”, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve» (1Jn 4, 20). Si tú rezas muchos rosarios al día pero luego chismorreas sobre los otros, y después tienes rencor dentro, tienes odio contra los otros, esto es puro artificio, no es verdad. «Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano» (1Jn 4, 21). La Escritura admite el caso de una persona que, incluso buscando sinceramente a Dios, nunca logra encontrarlo; pero afirma también que las lágrimas de los pobres no se pueden negar nunca, so pena de no encontrar a Dios. Dios no sostiene el “ateísmo” de quien niega la imagen divina que está impresa en todo ser humano. Ese ateísmo de todos los días: yo creo en Dios pero con los otros mantengo la distancia y me permito odiar a los otros. Esto es el ateísmo práctico. No reconocer la persona humana como imagen de Dios es un sacrilegio, es una abominación, es la peor ofensa que se puede llevar al templo y al altar.

Queridos hermanos y hermanas, que la oración de los salmos nos ayude a no caer en la tentación de la “impiedad”, es decir de vivir, y quizá también de rezar, como si Dios no existiera, y como si los pobres no existieran.

Saludos:

Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Pidamos al Señor que, a través de la oración de los salmos, nos veamos libres de la tentación de la impiedad, es decir: de vivir —e incluso rezar— como si Dios no existiera, como si el hermano no existiera. La oración es el antídoto a toda indiferencia. Que el Señor los bendiga.

Resumen leído por el Santo Padre en español

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy completamos nuestra catequesis sobre la oración en los salmos, con una figura que presentan a menudo: el impío. Es aquél que vive como si Dios no existiese y cerrado a la trascendencia. Por el contrario, los salmos nos muestran la oración como algo fundamental, que nos abre al absoluto, evitando que nos dejemos llevar por la voracidad predadora y poder así llegar a ser plenamente humanos.

Existe por desgracia una oración falsa, en la que se busca ser admirados, cubrir las propias necesidades o encontrar consuelo. Esa oración, en la que el hermano no está presente, que es egoísta, no es una oración cristiana. Como vemos en el Padrenuestro, el otro se hace importante y nosotros responsables. Por eso, hallamos en los salmos tanto oraciones íntimas, como comunitarias, de modo que la plegaria personal se alimenta de la litúrgica y viceversa. Ambas se convierten en patrimonio de todos.

En definitiva, donde está Dios debe estar el prójimo. Quien dice amar a Dios y no ama a su hermano es un mentiroso, y por eso los salmos nos los presentan continuamente, para que veamos en ellos la imagen que Dios ha impreso de sí mismo en cada uno de nosotros. Nos recuerdan que Dios escucha el grito de los pobres, nos amonestan sobre el peligro de poner nuestra confianza en las riquezas y abren nuestra mente a su diseño de salvación que está por encima de los planes de las naciones.