Versión Castellana del siglo XIV
La sesta manera de orar
Algunas vezes fue visto estar orando padre santo Domingo según que oy a aquel que lo vio con las mis oreias, que estando el bendito padre santo Domingo los braços tendidos e las palmas a semeiança de cruz mucho intenso, estando enfiesto sobre los sus pies cuanto él podía.
En esta manera oraba quando susçitó Dios por su oración el moço de Neapol en Roma, en Santo Sixto, en la sacristanía; e en la yglesia en la çelebración de la missa, quando fue levantado de la tierra en el ayre. Assy nos lo contó aquella devota e santa soror Çeçilia, que estaba present e lo vio con otra mucha gente. Assy commo Helías quando susçitó el fijo de la viuda, extendiose e púsose sobre el moço (1 R 17, 21). En esta manera oraba quando açerca de Tholossa libró los peregrinos de inglesa terra del peligro, quando hovieran de morir en el río, según que en otra manera es escripto. En esta manera oraba el muy noble dulce Iesú estando en la cruz, silicettendidos los brazos e las manos e las palmas e con valiente clamor e con lágrimas fue oydo por su reverençia (Hb 5, 7).
Este modo non lo frequentaba muchas vezes el varón siervo de Dios santo Domingo, salvo cuando conosçía por virtud de la oración e con spíritu divino que se fazía alguna cosa grande e maravillosa. E no dexaba a los frayres assy orar nin gelo conseiaba.
E quando susçitó aquel moço orando e stando levantado tendidos los braços e las manos en manera de cruz, non sabemos qué cosas dixo. Por ventura dixo aquellas palabras del propheta Helías: “O Sennor Dios mío, torne yo -te ruego- el ánima de este moço en las sus entranas” (1 R 17, 21), assy commo guardó su manera en orar. Mas los frayres e las sorores e los sennores cardenales e los otros que vieron el modo de oración non acostumbrado a ellos e maravilloso, non pararon mientes nin aprendieron las palabras que dixo. Después conveníales preguntar de ellas a santo Domingo, ca en este fecho mucho se demostró a ellos todos temeroso e reverendo, onroso.
Mas aquellas palabras que en el psalterio fazen mençión de este modo de orar pesadamente e gravemente e maduramente las deçía e con discreçión, e son éstas: Domine Deus salutis mee, in die clamavi ad te et nocte coram te, “Sennor, Dios de la mi salud, llamé a ty en el día e en la noche delante ty”. Fasta en este logar: Clamavi ad te Domine tota die, expandi ad te manus meas, “llamé a ti, Sennor, todo el día, tendí a ti las mis manos” (Sal 88, 2, 10). Item: Domine, exaudi orationem meam, auribus perçipe obsecrationem [“Señor, escucha mi oración, presta oídos a mi súplica”] etc., fasta do dize: Expandi manus meas ad te, anima mea sicut terra sine aqua tibi [“extendí mis manos hacia ti, mi alma te anhela como tierra sin agua”] (Sal 143, 1, 6-7).
Por estas palabras podiera qualquier devoto orador entender la doctrina de este padre en orando con este modo, quando se quisiesse mover a Dios maravillosamente por virtud de la oración, o mayormente quando sintiesse, con alguna spiración occulta de Dios, movimiento en sy a alguna singular graçia o por sy or por otro alguno, ensennado de la doctrina de David, del fuego de Helías, de la caridad de Iesu Cristo, de la devoción de santo Domingo, según que pareçe en esta figura.
El séptimo modo de orar
Fallábanlo muchas vezes orando, todo levantado al çielo, en manera de saeta electa lançada del arco tendido contra arriba derecha (Is 49, 2). Assy estaba levantadas las manos suso sobre la cabeça bien extendidas e aiuntadas en uno, o algún tanto las manos abiertas tendidas de ancho, assy commo para reçebir alguna cosa del çielo.
E creyen que le acreçentaba Dios la graçia e era arrabado en spíritu, e ganaba de Dios, por <la> Orden que començó, los dones de<l> Spíritu Santo, e quietos e delectables en los fechos de santidad a sy e a los f<r>ayres (Mt 5, 3-10). Porque con la muy alta pobreza cada uno se toviesse por bienaventurado, en amargoso luctu, en grave persecución, en mucha fambre e sed de iusticia, en triste misericordia, e fuessen devotos e delectosos en guardar los preceptos, en acabar e conplir los conseios santos del evangelio. Pareçía entonçe santo Domingo padre que entraba arrebatadamente en el logar santo de los santos e en el terçero cielo (2 Cor 12, 2), ca después de aquella oración, en corregir, en dispensar, en predicar manera de propheta tenía, según que en los miráculos fue arremenbrado.
Mas una cosa es aquí de poner para hedificación. Después de tal oración, el maestro Domingo demandó conseio de los frayres sobre algunas cosas que abía de fazer en Bolonia, según la su costumbre. Ca, según que dezía, alguna cosa es revelado a uno que non es a otro revelado entre los santos ombres, según que pareçe en los prophetas. E assy, estando en el conseio, vino el sacristán. Llamó uno de los que estaban en el conseio a la eglesia de las fenbras, pienso que a oyr confessiones. E llamolo loquamente, mas no lo llamó assy que lo oyesse el benedicto maestro santo Domingo. Llamolo assy:
-Una fermosa fenbra vos demanda, venid ayna.
Movido en el spíritu, santo Domingo affligíase en sy mesmo e fiziéronle reverençia los consegeros. Entonçe mandó venir al sacristán e díxole:
-¿Qué dexiste? Respondió él:
-Demandé el sacerdote a la eglesia.
E el padre dixo:
-Acúsate a ti mesmo e confiessa tu culpa, la qual vino fasta la tu boca. Cuydaste que era occulto. Dios, que fizo todas las cosas, fizo que non se me ascondiessen las tus palabras que tú cuydabas tener ascondidas.
E disçiplinolo ally muy fuerte e gran pieça, fasta que los que hy estaban fueron movidos a conpassión por los açotes. E díxole:
-Anda, fijo, aprendisti ya cómmo mires fincando el oio en la fenbra, porque non juzges del color. Ora tú que Dios te faga casto en los oios tuyos.
Assy conosçió la cosa occulta, así corregió al loco, ensennó al que abía castigado, assy commo había visto en la oración. E maravilláronse los frayres cómmo assy dixo que era de fazer. E dixo el santo maestro:
-La nuestra justiçia co<n>parada es a la justiçia divina assy commo suziedad al oro (Is 64, 6). Assy es que el santo padre non tardaba mucho en aquel modo de orar, mas tornábase en sy mesmo, assy commo sy viniesse de luenga tierra e assy como peregrino paresçía al mundo. E ligeramente se podía entender en el su gesto e en las costumbres.
Mas algunas veces, cuando oraba, claramente le oyan los frayres que dezía commo el propheta: Exaudi vocem deprecationis mee dum oro ad te et dum extollo manus meas al tu santo tenplo, “oy, Sennor, la voz de la mi oración cuando yo oro a ty e cuando alço las manos al tu santo tenplo” (Sal 28, 2). E ensennaba con palabra e con enxienplo a los frayres assy orar, diziendo: Ecce nunc benediçite dominum omnes servi domini, in nocte extollite manus vestras in sancta et benedicite dominum , “Ecce vos agora bendezid al Sennor, todos los siervos del Sennor, en las noches alçad las vuestras manos en el logar santo e bendezid al Sennor” (Sal 134, 1-2). E dezía aquel salmo: Domine clamavi ad te, exaudi me, intende voçi mee cum clamabero ad te, dirigatur oratio mea sicut inçensum in conspectu tuo, elevatio manuum mearum sacrifiçium vespertinum, “Sennor, llamé a ti, oyme, para mientes a la mi voz cuando clamare a ti, guiada sea la mi oración assy commo ençienso a la tu cara e el alçamiento de las mis manos commo sacrificio de la tarde” (Sal 141, 1-2).
E porque esto sea mejor entendido, esta figura lo ensenna:
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