sábado, 17 de mayo de 2025

Sábado de la IV Semana de Pascua

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,44-52):

EL sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra del Señor. Al ver el gentío, los judíos se llenaron de envidia y respondían con blasfemias a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía:

«Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el confín de la tierra”».

Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y creyeron los que estaban destinados a la vida eterna.

La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio.

Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo.

Palabra de Dios


Salmo 97,R/. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios


Santo Evangelio según san Juan (14,7-14):

«Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».

Felipe le dice:

«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».

Jesús le replica:

«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.

En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Palabra del Señor

Compartimos:

“Respondían con insultos a las palabras de Pablo”, leemos en la secuencia de los Hechos de los Apóstoles de hoy. ¿Se amedrentaron Pablo y Bernabé por ese contratiempo? No. Sin contemplaciones siguieron anunciando a tiempo y destiempo la Palabra hasta que los expulsaron del territorio y se fueron a Iconio donde quedaron llenos de alegría y Espíritu Santo.


¡Vaya una fuerza y vitalidad la de estos discípulos! Está claro que la fuerza de la Resurrección de Cristo está con ellos y que la Palabra está muy viva en su corazón. Esta Palabra de vida eterna no sólo se escucha, sino que se lleva a la práctica. Entra por tus oídos y quiere llegar a tu corazón para poner en marcha tu voluntad y tus afectos.


Tuvieron la experiencia que hoy nos anuncia Jesús en el Evangelio: “Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre.” […] “El que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores”. Es lo que hicieron Pablo y Bernabé y otros muchos hombres y mujeres que han vividos llenos del Espíritu Santo para anunciar la Palabra de Dios.


Para este día te propongo que ores recordando las PALABRAS de Jesús que ya están en tu corazón grabadas a fuego, aquellas que te has atrevido a poner en práctica. Hazlo despacio, no es un ejercicio de memoria, sino de mirar a tu interior con paz y sinceridad de la mano de Jesús, nunca solo. Y si adviertes que tu corazón es pobre en Palabras, pídele a Él que lo haga receptivo, como el de María que supo muy bien acoger la Palabra y la hizo Carne, vida. Que Ella sea tu guía en la oración de hoy.

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