jueves, 13 de diciembre de 2018

La Santa Sede ha concedido un Año Jubilar al monasterio de la Santa Faz de Alicante

siempre que el 17 de marzo coincida en domingo. «En esta tierra alicantina, desde hace 530 años veneramos e invocamos el rostro misericordioso de la Santa Faz de Jesús, intentando ser instrumentos de misericordia. Por eso pedimos a la Santa Faz que modele la identidad de nuestras gentes, haciendo que nuestra diócesis tenga rostro de misericordia», ha afirmado el monseñor Jesús Murgui, obispo de Orihuela-Alicante, con motivo de esta noticia.

Cada 17 de marzo se conmemora el milagro de la lágrima, que se remonta al siglo XV, cuando el párroco de San Juan sacó en romería un cuadro, que hasta entonces había guardado en el fondo de un arcón, para pedir a Dios lluvia en un tiempo de sequía. Cuando la procesión alcanzaba el barranco de la Lloixa, el sacerdote, Pedro Mena, vio cómo brotaba una lágrima del lienzo.

La concesión de la Santa Sede coincide con el Año Jubilar de la Santa Faz de la Misericordia, abierto en Alicante con el comienzo del Adviento y que culminará en la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2019. La Santa Faz se convierte así en el décimo Año Jubilar con carácter regular que hay en el mundo, junto a los históricos de Roma, Jerusalén, Santiago y Santo Toribio de Liébana, o los más recientes de Caravaca de la Cruz y el Año Jubilar Teresiano de Ávila.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE SANTA MISA POR AMÉRICA LATINA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

«Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora» (Lc 1,46-48). Así comienza el canto del Magníficat y, a través de él, María se vuelve la primera «pedagoga del evangelio» (CELAM, Puebla, 290): nos recuerda las promesas hechas a nuestros padres y nos invita a cantar la misericordia del Señor.

María nos enseña que, en el arte de la misión y de la esperanza, no son necesarias tantas palabras ni programas, su método es muy simple: caminó y cantó.

María Caminó
Así nos la presenta el evangelio después del anuncio del Ángel. Presurosa —pero no ansiosa— caminó hacia la casa de Isabel para acompañarla en la última etapa del embarazo; presurosa caminó hacia Jesús cuando faltó vino en la boda; y ya con los cabellos grises por el pasar de los años, caminó hasta el Gólgota para estar al pie de la cruz: en ese umbral de oscuridad y dolor, no se borró ni se fue, caminó para estar allí.

Caminó al Tepeyac para acompañar a Juan Diego y sigue caminando el Continente cuando, por medio de una imagen o estampita, de una vela o de una medalla, de un rosario o Ave María, entra en una casa, en la celda de una cárcel, en la sala de un hospital, en un asilo de ancianos, en una escuela, en una clínica de rehabilitación ... para decir: «¿No estoy aquí yo, que soy tu madre?» (Nican Mopohua, 119). Ella más que nadie sabía de cercanías. Es mujer que camina con delicadeza y ternura de madre, se hace hospedar en la vida familiar, desata uno que otro nudo de los tantos entuertos que logramos generar, y nos enseña a permanecer de pie en medio de las tormentas.

En la escuela de María aprendemos a estar en camino para llegar allí donde tenemos que estar: al pie y de pie entre tantas vidas que han perdido o le han robado la esperanza.

En la escuela de María aprendemos a caminar el barrio y la ciudad no con zapatillas de soluciones mágicas, respuestas instantáneas y efectos inmediatos; no a fuerza de promesas fantásticas de un seudo-progreso que, poco a poco, lo único que logra es usurpar identidades culturales y familiares, y vaciar de ese tejido vital que ha sostenido a nuestros pueblos, y esto con la intención pretenciosa de establecer un pensamiento único y uniforme.

En la escuela de María aprendemos a caminar la ciudad y nos nutrimos el corazón con la riqueza multicultural que habita el Continente; cuando somos capaces de escuchar ese corazón recóndito que palpita en nuestros pueblos y que custodia —como un fueguito bajo aparentes cenizas— el sentido de Dios y su trascendencia, la sacralidad de la vida, el respeto por la creación, los lazos de solidaridad, la alegría del arte del buen vivir y la capacidad de ser feliz y hacer fiesta sin condiciones, ahí llegamos a entender lo que es la América profunda (cf. Encuentro con el Comité Directivo del CELAM, Colombia, 7 septiembre 2017).

María caminó y María cantó

María camina llevando la alegría de quien canta las maravillas que Dios ha hecho con la pequeñez de su servidora. A su paso, como buena Madre, suscita el canto dando voz a tantos que de una u otra forma sentían que no podían cantar. Le da la palabra a Juan —que salta en el seno de su madre—, le da la palabra a Isabel —que comienza a bendecir —, al anciano Simeón —y lo hace profetizar y soñar —, enseña al Verbo a balbucear sus primeras palabras.

En la escuela de María aprendemos que su vida está marcada no por el protagonismo sino por la capacidad de hacer que los otros sean protagonistas. Brinda coraje, enseña a hablar y sobre todo anima a vivir la audacia de la fe y la esperanza. De esta manera ella se vuelve trasparencia del rostro del Señor que muestra su poder invitando a participar y convoca en la construcción de su templo vivo. Así lo hizo con el indiecito Juan Diego y con tantos otros a quienes, sacando del anonimato, les dio voz, les hizo conocer su rostro e historia y los hizo protagonistas de esta, nuestra historia de salvación. El Señor no busca el aplauso egoísta o la admiración mundana. Su gloria está en hacer a sus hijos protagonistas de la creación. Con corazón de madre, ella busca levantar y dignificar a todos aquellos que, por distintas razones y circunstancias, fueron inmersos en el abandono y el olvido.

En la escuela de María aprendemos el protagonismo que no necesita humillar, maltratar, desprestigiar o burlarse de los otros para sentirse valioso o importante; que no recurre a la violencia física o psicológica para sentirse seguro o protegido. Es el protagonismo que no le tiene miedo a la ternura y la caricia, y que sabe que su mejor rostro es el servicio. En su escuela aprendemos auténtico protagonismo, dignificar a todo el que está caído y hacerlo con la fuerza omnipotente del amor divino, que es la fuerza irresistible de su promesa de misericordia.

En María, el Señor desmiente la tentación de dar protagonismo a la fuerza de la intimidación y del poder, al grito del más fuerte o del hacerse valer en base a la mentira y a la manipulación. Con María, el Señor custodia a los creyentes para que no se les endurezca el corazón y puedan conocer constantemente la renovada y renovadora fuerza de la solidaridad, capaz de escuchar el latir de Dios en el corazón de los hombres y mujeres de nuestros pueblos.

María, «pedagoga del evangelio», caminó y cantó nuestro Continente y, así, la Guadalupana no es solamente recordada como indígena, española, hispana o afroamericana. Simplemente es latinoamericana: Madre de una tierra fecunda y generosa en la que todos, de una u otra manera, nos podemos encontrar desempeñando un papel protagónico en la construcción del Templo santo de la familia de Dios.

Hijo y hermano latinoamericano, sin miedo, canta y camina como lo hizo tu Madre.

Un marine veterano de Afganistán justifica por qué el Rosario es la mejor arma para nuestros tiempos

Matthew Bosnick tiene 29 años y vive en Monroe (Carolina del Norte) con su esposa Lindsey y su hija, que pronto serán dos porque están esperando otra niña. Cuando estuvo en los marines, Matthew fue desplegado en Afganistán. Actualmente es bombero y acaba de abrir un negocio con el que dar salida a una de sus habilidades: la fabricación de muebles. Es miembro de la parroquia de San Lucas y de su Hermandad del Rosario. Recientemente explicó en Those Catholic Men su experiencia con el Rosario como "arma definitiva para estos tiempos".

"El rosario es el arma para estos tiempos", San Pío de Pietrelcina

Soy un católico de 29 años con una esposa, una hija de once meses y un hijo en camino. Supongo que usted, como yo, ve el mundo en el que vivimos y está realmente preocupado por la familia de la que es responsable. Si bien es cierto que vivimos en una época de increíbles avances médicos y tecnológicos, los "avances" y el "progreso" también han traído oscuridad y confusión: la oscuridad de la muerte y la confusión de la verdad relativa.

Se han escrito innumerables libros y artículos para diagnosticar las razones de esta decadencia, que San Juan Pablo II apodó "la cultura de la muerte". La razón de los "-ismos" con los que describimos el malestar cultural -relativismo, nihilismo, hedonismo, modernismo-, es el intento de Satanás de oscurecer y ocultar el mensaje del evangelio: que Jesucristo, el hijo de Dios, sufrió, murió y resucitó de entre los muertos para salvarnos de nuestros pecados y permitirnos volver al Padre. Es fácil para nosotros, los laicos, esperar que la jerarquía de la Iglesia y nuestros líderes políticos "arreglen" la cultura. Pero nosotros tenemos un arma para luchar contra la oscuridad y la confusión, y este arma es el rosario de la Santísima Virgen María.

Crecí en una familia católica y fui a una escuela católica, por lo que siempre he sido consciente de la importancia que tiene el rosario como oración. Pero no lo recé de manera regular hasta el bautismo de mi hija, Madeline, un momento de conversión no sólo para ella, sino también para mí. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: "Esta segunda conversión es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia" (1428) y la compara con San Pedro, que tras negar a Jesús tres veces, fue provocado hasta las lágrimas "por la mirada de infinita misericordia de Jesús", arrepintiéndose y afirmando su amor por el Señor (1429).

Antes del bautismo de Madeline, buscaba el significado y la respuesta en fuentes seculares: leí el popular libro de Jordan Peterson, Doce reglas para la vida, y las Meditaciones de Marco Aurelio, por ejemplo. Pero después de su bautismo, en una ocasión en que había ido a ver a mis padres, encontré un ejemplar del libro del arzobispo Charles Chaput, Extranjeros en tierra extraña. Monseñor Chaput describe de manera ejemplar todo lo que hay de injusto e incorrecto en nuestra cultura y expone la solución para corregirlo: vivir una vida católica siguiendo el ejemplo de Jesús. Este libro me hizo reflexionar sobre mi vida de oración, y me di cuenta de que era débil e inconstante. Necesitaba, entre otras cosas, una estructura y decidí empezar a rezar el rosario cada día.

¿Qué tiene que ver el rosario con los problemas de nuestra cultura? El rosario, como nuestra Santísima Madre, que concibió y alumbró a nuestro Señor, es una oración que nos lleva a Jesús. Toda la devoción mariana, como la misma María, es una glorificación y una alabanza a su Hijo. Estamos llamados a llevar la Buena Nueva de Jesús a toda la gente, y el rosario es la oración centrada en Jesús. Incluye meditar sobre su Encarnación, vida, muerte y Resurrección, y estos hechos son el significado y la respuesta a todo, y la respuesta que el mundo necesita. Los jóvenes buscan el significado y el objetivo en todo tipo de ideologías. Pero los católicos sabemos que el mundo necesita a la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, cuya misión es hacer discípulos a todos los pueblos (Mt 28, 19) y cuyo objetivo es la salvación de las almas. El rosario nos ayuda a centrarnos en esta misión.

¿Por qué el rosario es un arma? Nosotros, la Iglesia en la tierra, somos la Iglesia militante. Los católicos podemos darnos cuenta de ello. Necesitamos un objetivo y queremos actuar. Nos enfrentamos a diario a una batalla espiritual. La Virgen le dio el rosario a santo Domingo para que luchara contra la herejía albigense. La Liga Santa derrotó a los turcos en Lepanto gracias al rosario. María es llamada, a menudo, la Nueva Eva y se la retrata aplastando la cabeza de la serpiente. Pedirle que interceda por nosotros es una oración poderosa para nuestra batalla contra la tentación y el pecado.

El rosario nos ayuda a buscar una vida inmersa en la Iglesia y los sacramentos. Y este es el objetivo más poderoso: la Santísima Virgen María nos lleva hacia su Hijo, que vive en el Espíritu Santo en la Iglesia. Esto es lo que hace la intercesión de María, y ella lo demuestra cuando se puso en camino "de prisa" para contarle la buena nueva de la Anunciación a su prima Isabel (Lc 1, 39). La intercesión de María hizo posible el primer milagro de Jesús, cuando convirtió el agua en vino en las Bodas de Caná. Ella trajo al Señor al mundo y nos lleva a nosotros a Él. Cuando hacemos del rosario una oración constante en nuestra vida diaria de oración, la oración de María por nosotros hace que nos dirijamos a su Hijo con frecuencia y recibamos su gracia en el Sacramento de la Reconciliación, que le adoremos en la misa y le recibamos en la Eucaristía, y le adoremos en el Santísimo Sacramento. Meditar sobre los misterios de las escrituras del rosario nos lleva al Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad.

Los tiempos cambian, pero algo permanece constante: que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 6). Cuando estaba en Atenas, San Pablo predicó a los estoicos y los epicúreos la buena nueva de Jesús y la Resurrección. Estos se preguntaron: "¿Qué querrá decir este charlatán?" (Hechos 17, 18). Si le llamaron "charlatán", es que Pablo repitió el mensaje en varias ocasiones. El evangelio es la verdad y no cambia nunca. Y por esta razón, y porque el rosario es una meditación constante y repetitiva del evangelio, es el arma perfecta para nuestros tiempos.

martes, 11 de diciembre de 2018

Consenso en la crítica al señalar los fallos de la nueva película Robin Hood, anticatólica y absurda

John Mulderig, crítico de cine en el Catholic News Service de los obispos norteamericanos, es contundente contra la nueva película Robin Hood, dirigida por Otto Bathurst para la factoría Lionsgate: es simplemente anticatólica.

"Alguien responsable de 'Robin Hood', probablemente uno o dos de sus guionistas, Ben Chandler y David James Kelly, tiene 'problemas de mamá' respecto a la Santa Madre Iglesia. Como resultado, un anticatolicismo rabioso permea esta versión de la leyenda clásica, que por lo demás es boba", describe el crítico.

Ya es bastante absurdo mostrar a los ingleses que iban a luchar a la Tercera Cruzada como levas forzadas por sorteo (en realidad eran soldados-peregrinos, que acudían a hacer fortuna, o acompañando a su señor, o como una opción para expiar pecados y también delitos). También es un poco absurdo sustituir al Pequeño John por un moro negro llamado Yahya. Y Lady Marian no está claro si ama a Robin, o a otro candidato, y se limita a hacer lo que le piden los guionistas sin más sentido.

Pequeño John es un moro negro que se llama Yahya

Pero un momento de absurdo emblemático se da cuando Robin decide practicar el tiro con arco ¡disparando contra imágenes de santos en una iglesia! ¿Se hizo iconoclasta en Oriente? ¿Le fastidian los santos?

Un cardenal malo, genérico, sin nombre ni nada

Aunque en las historias clásicas de Robin Hood nunca salía un cardenal, aquí incorporan uno -tan genérico que no tiene ni nombre- para dar voz y rostro malvado a la Iglesia. Nos predica que el miedo es "el arma más poderosa de Dios" y que "por eso la Iglesia inventó el infierno". "Ah, es por eso", se mofa el crítico del CNS.

¿Y fray Tuk? El fraile "guerrillero" dice generalidades sobre los valores del Evangelio, parece que sin entender que "es todo" un engaño, como le explicará el cardenal.

Cuero ajustado, bufandas y gorros hipster y efectos cocooning, como dicen en la prensa de tendencias de moda 

Para que no falte nada en el cóctel típico y esperable, el Sheriff de Nottingham se crió en un orfanato católico donde fue maltratado y abusado sexualmente por clérigos y nobles. "Por un momento, parece que el guión intenta crear un villano bidimensional, con algo de empatía, pero enseguida desiste y opta por más acción repetitiva", lamenta el crítico de FlickeringMyth.com.

En la web de cine Consequence of Sound también lo señalan burlonamente: "Robin Hood ayudará a las familias del mundo entero estas navidades a darse cuenta de que la Iglesia Católica inventó el infierno como una táctica de miedo". La web añade que "no hay nada memorable en este Robin Hood, incluso cuando te ríes de él, y ese puede ser uno de los peores destinos para una película". Esta web considera que el actor que interpreta al cardenal sabe que el filme es pésimo y colabora activamente en lograr risas del público.

Cuero ajustado y violencia de videojuego

Las risas, insisten los críticos, no es porque la película tenga humor -que no lo pretende- sino porque es tan mala y absurda que el público se lo toma en broma. Los proscritos de Sherwood (y los pobres en general) van vestido con cuero ajustado que hace pensar en "Assassin's Creed" y el combate es de videojuego ("Call of Duty en Arabia con arcos y flechas"), pero sin llegar a enganchar.

La crítica del CNS remata la tarea con dureza: "La imagen del catolicismo que ofrece el director Otto Bathurst es cronológicamente desabrida y podría ser 'hip' actualizar este material antiguo si no fuera no solo anticomplaciente sino grotesca y moralmente obscena. La película contiene mucho ánimo anticatólico, mucha violencia dura, a veces gore, incluyendo tortura, sensualidad no gráfica...". En fin, no es una opción para ver en familia en Navidad.

lunes, 10 de diciembre de 2018

ALBERGUE SAN MARTÍN

Primer día de abril. 09:00 horas. La campaña municipal contra el frío 2015-2016 ha tocado a su fin. La entrada al Albergue San Martín de Porres está llena de personas que a partir de hoy tendrán que dormir en la calle. Aunque el frío no se ha acabado, y ahora toca el mes de las lluvias, como dice el sabio refranero popular. Cientos de personas acuden al centro de los dominicos en busca de un techo. 50 años lleva trabajando la Fundación San Martín de Porres por los últimos. No solo aportándoles una cama y comida caliente, sino preparando a estas personas para que puedan insertarse en el mercado laboral y recuperar su autonomía. Una atención integral a la que solo los servicios sociales no pueden hacer frente y necesitan de instituciones como esta para devolver la dignidad perdida a quienes por diferentes causas han acabado durmiendo a la intemperie.

  “Tenemos 62 plazas en el albergue, 54 en pisos y 17 nuevos pisos en marcha”, explica el fraile Antonio Rodríguez, director del centro desde hace 20 años. De hecho, este primer día de mes también trae una ‘Buena Nueva’, Antonio entregará a una madre soltera las llaves de su nueva casa. Y esto siempre es una buena noticia, porque han sufrido de primera mano el drama de los continuos desahucios de los últimos años. “Los perfiles han cambiado, pero la mayoría de los usuarios son varones. Son personas que no necesitan una atención puntual, sino un acompañamiento, porque no solo tienen problemas económicos, también dificultades para reinsertarse”, indica el dominico. Es por esto que en 2007 apostaron firmemente por un servicio completo de empleo, que se divide en tres programas: prelaboral, orientación y Empleo con Apoyo. En total, 350 personas se sirven de ellos en la actualidad.

reportaje albergue san martin porres madridVarias personas hacen cola para solicitar la admisión al albergue
  “Durante la crisis nos desbordamos. Era una vergüenza tenerle que decir a la gente que iba a estar ocho o nueve meses en lista de espera para poder dormir en el albergue”, dice David Ugalde, trabajador social del centro. En los cinco años que lleva en San Martín de Porres, se han vivido épocas muy complicadas por el azote de la crisis, sin embargo, ahora consiguen acoger a quienes les necesitan en un mes o mes y medio como tarde. Tan bueno es el trabajo que realiza el centro, vertebrado por la Fundación, que cada seis meses vienen representantes de asuntos sociales del Gobierno de Corea del Sur para tomar su modo de acción como ejemplo. También lo han hecho diplomáticos mexicanos, cuentan desde la Fundación. De hecho, las cifras hablan por sí solas: su tasa de inserción laboral es un 300% superior a la de la media de este tipo de centros en la Comunidad de Madrid.

DEVOLVER LA DIGNIDAD
  Sandra González es la educadora social encargada del taller prelaboral, en el que ofrece formación previa para la búsqueda de empleo y trabaja en la motivación de los futuros trabajadores: “Intentamos mejorar su comunicación, las relaciones personales, la flexibilidad y la confianza en sus posibilidades”. Por su parte, Paloma Solís es la pre- paradora laboral. A su cargo está el programa de orientación e intermediación, dirigido a personas sin hogar del albergue que no tienen la autonomía suficiente para buscar un empleo por ellos mismos. También el programa Empleo con Apoyo: “Les ayudamos a mantener el empleo una vez lo han conseguido, porque detectamos que solían perder muy rápido el trabajo y no sabíamos el motivo real”, explica. La empresa permite que una persona externa acompañe al trabajador para que mejore su rendimiento y el trato con los compañeros; de hecho, cuando las empresas detectan un conflicto les llaman a ellos para que ayuden al empleado a resolverlo. Este programa consiguió empleo a 110 personas en 2015. De media, en tres o seis meses ya acceden a un puesto y se les acompaña por un total de un año. Además, el servicio cuenta con una bolsa de empleo y desarrollan otros programas con entidades bancarias.

  Para mejorar la formación de los usuarios del servicio de empleo, se imparten diversos talleres. Emily, por ejemplo, es una joven californiana que da clases de inglés. Ella disfruta de una beca en España desde septiembre y contactó con el centro porque “quería hacer algo para ayudar a gente que no tiene tantas oportunidades”. Una media de cinco alumnos aprenden inglés básico con la joven judía. Y es que en San Martín de Porres caben todas las confesiones. Los usuarios saben que es un centro de la Familia Dominica, pero no tienen que ir a misa para compensar todo lo que reciben, ni mucho menos: “Los que acuden a misa es porque quieren. Varios de ellos lo hacen, pero también hay muchos inmigrantes musulmanes. Y ojalá tuviéramos un sitio apropiado para que ellos también pudieran rezar”, dice Antonio Rodríguez, que lleva más de dos décadas dedicado a los marginados.

“Gracias a los dominicos conseguí trabajo”

  Ha pasado por todos los recursos de San Martín de Porres. el 1 de agosto de 2012, Luis (56 años) cruzó la puerta para quedarse en el albergue: “estuve primero en una habitación de seis personas, luego en otra de dos y, después, estuve en pisos de la fundación”. Ahora tiene una habitación alquilada en San Blas, junto a su hermano. Luis salió de prisión en 2008, estaba en Segovia y tomó rumbo hacia Madrid. Antes de llegar al centro de los dominicos estuvo viviendo de alquiler, puesto que realizó un curso de jardinería por el que cobraba, pero cuando este acabó se vio en la calle. “Los dominicos me han ayudado mucho. Trabajé para Urbaser en Madrid Río tres meses. Me ayudaron ellos a conseguir el empleo. Me vino Dios a ver, porque era el tiempo que me faltaba para cotizar y poder optar a la paga de mayores de 55 años. Ahora ya no busco empleo porque nadie va a contratar a una persona de mi edad”, explica. Ahora, pese a que ya no es usuario del albergue, acude cada mañana al centro de día: “Aquí puedo mirar el correo electrónico y hacer manualidades, así no estoy sin hacer nada”. Además, “ellos me ayudan a gestionar mi dinero para poder llegar a fin de mes”, recalca.

domingo, 9 de diciembre de 2018

ÁNGELUS DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

El domingo pasado, la liturgia nos invitó a vivir el tiempo de Adviento y la espera del Señor con la actitud de vigilancia y también de la oración: " vigilar " y " besugo ". Hoy, el segundo domingo de Adviento, se nos muestra cómo dar sustancia a esta expectativa : al emprender un viaje de conversión , cómo concretar esta expectativa. Como guía para este viaje, el Evangelio nos presenta la figura de Juan el Bautista, quien "viajó por toda la región del Jordán, predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados" ( Lc.3.3). Para describir la misión del Bautista, el evangelista Lucas recoge la antigua profecía de Isaías, que dice: "Voz de uno que clama en el desierto: ¡Prepare el camino del Señor, alinee sus caminos! Cada barranco será llenado, cada montaña y cada colina serán bajadas "(versículos 4-5).

Para preparar el camino para el Señor que viene, es necesario tener en cuenta las demandas de conversión a las que el Bautista invita. ¿Cuáles son estas necesidades para una conversión? En primer lugar, estamos llamados a reclamar las depresiones producidas por la frialdad y la indiferencia, abriéndonos a otros con los mismos sentimientos de Jesús, es decir, con esa cordialidad y atención fraterna que asume la responsabilidad de las necesidades de nuestro prójimo. Reclamar las depresiones producidas por el frío. No puedes tener una relación de amor, de caridad, de fraternidad con otros si hay "agujeros", ya que no puedes ir por un camino con muchos agujeros. Esto requiere cambiar la actitud. Y todo esto, hazlo incluso con especial cuidado para los más necesitados. Entonces necesitamos reducir tanta dureza causada por el orgullo y el orgullo. Cuanta gente, Quizás sin darse cuenta, es excelente, es duro, no tiene esa relación de cordialidad. Necesitamos superar esto haciendo gestos concretos de reconciliación con nuestros hermanos, pidiendo el perdón de nuestras faltas. No es fácil de reconciliar. Siempre pensamos: "¿Quién da el primer paso?". El Señor nos ayuda en esto, si tenemos buena voluntad. De hecho, la conversión está completa si lleva a reconocer con humildad nuestros errores, nuestras infidelidades y nuestros incumplimientos.

El creyente es el que, al estar cerca de su hermano, como Juan el Bautista abre caminos en el desierto, es decir, indica perspectivas de esperanza incluso en esos contextos existenciales impermeables, marcados por el fracaso y la derrota. No podemos ceder ante situaciones negativas de cierre y rechazo; No debemos permitirnos ser sometidos a la mentalidad del mundo, porque el centro de nuestra vida es Jesús y su palabra de luz, de amor, de consuelo. Es el El Bautista invitó a la gente de su tiempo a la conversión con fuerza, vigor y severidad. Sin embargo, sabía cómo escuchar, sabía cómo realizar gestos de ternura, gestos de perdón hacia la multitud de hombres y mujeres que acudían a él para confesar sus pecados y ser bautizados con el bautismo de penitencia.

El testimonio de Juan el Bautista nos ayuda a avanzar en nuestro testimonio de vida. La pureza de su proclamación, su coraje para proclamar la verdad, logró despertar las expectativas y esperanzas del Mesías que había estado inactivo durante mucho tiempo. Incluso hoy, los discípulos de Jesús están llamados a ser sus testigos humildes pero valientes para reavivar la esperanza, para hacer entender que, a pesar de todo, el reino de Dios continúa siendo construido día a día con el poder del Espíritu Santo. Pensamos, cada uno de nosotros: ¿cómo puedo cambiar algo de mi actitud, para preparar el camino para el Señor?

Que la Virgen María nos ayude a preparar el camino del Señor día tras día, comenzando con nosotros mismos; y difundirse a nuestro alrededor, con tenaz paciencia, semillas de paz, justicia y fraternidad.

Despues del angelus

Queridos hermanos y hermanas,

Les saludo con afecto a todos ustedes, peregrinos de Roma, de Italia y de varias partes del mundo.

En particular, saludo a los muchos jóvenes de la diócesis de Orvieto-Todi. ¡Gracias y buen viaje de Adviento!

Saludo a los fieles de Trapani, Caltagirone y Bronte, y al cresimandi del oratorio de Almè (Bergamo).

Un cordial saludo de buen domingo a todos. Y por favor no olvides orar por mí. Buen almuerzo y adiós!

BEATO PIER GIORGIO FRASSATI, OP.

“Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando...”

“Cada día comprendo mejor la gracia de ser católico. Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando... Incluso a través de cada desilusión tenemos que recordar que somos los únicos que poseemos la verdad”.

Quizá sean pocos los que se atrevan a escribir hoy día, con grandes letras, el párrafo anterior. Escribirlo no sólo con las palabras, sino, sobre todo, con la vida. Como lo hizo un joven decidido e intrépido que se llamaba Pier Giorgio Frassati.

Pier Giorgio había nacido el 6 de abril de 1901 de una rica familia de Turín. Su padre, Alfredo, era el fundador del periódico La Stampa, en el que se divulgaban ideas liberales, no ciertamente favorables a la Iglesia. Alfredo llegó a ser embajador de Italia ante Alemania, lo cual permitió a la familia el vivir y establecer amistades en el mundo alemán.

Pier Giorgio recibió en casa una educación correcta, pero sin una fe vivida. Al iniciar la adolescencia sintió una fuerte necesidad de zambullirse en el Evangelio, de ser un cristiano al cien por ciento. Por eso fue miembro de un gran número de asociaciones católicas: tenía un gran anhelo de conocer más su fe, de crecer en la vida de oración, de vivir en un sincero compromiso por los demás, sea en la asistencia social, sea en el enseñar y dar testimonio de sus convicciones cristianas.

Cuando llega a la Universidad, percibe un ambiente hostil contra todo lo que huela a católico. Pier Giorgio no duda en promover actividades espirituales entre los universitarios. A veces a riesgo de más de algún choque violento con grupos intolerantes (esos que presumían de “liberales”, de “libertadores comunistas”, o de “patriotas” en las filas del fascismo).

En el panel de anuncios de la universidad de Turín pone un día, entre las muchas hojas y folletos que hablan de fiestas y diversiones, un cartel para invitar a los estudiantes a la adoración nocturna. Los “anticlericales” deciden intervenir para arrancar la “provocación” de Pier Giorgio. Al llegar, se encuentran allí delante al joven, que defiende enérgicamente su derecho a expresar las propias convicciones. Al final el panel queda completamente destruido, y el anuncio de Pier Giorgio acaba hecho pedazos...

Además del trabajo con los jóvenes universitarios, Pier Giorgio quiere dedicarse a los más necesitados, a los pobres, a los enfermos. Encuentra también tiempo para acompañar a un sacerdote dominico que da catequesis a los niños de un barrio obrero para defenderle ante los insultos y agresiones de algunos comunistas amenazadores, y no pocas veces se llega a los golpes...

Cuando el fascismo llega a su apogeo, Pier Giorgio intuye el carácter anticatólico (y antihumano) de la nueva ideología, y no duda en enfrentarse con los nuevos enemigos. Se irrita especialmente cuando ve cómo algunos católicos muestran su simpatía hacia los fascistas. Su fama de enemigo del nuevo poder llega a ser conocida. Hasta tal punto, que un domingo, cuando Pier Giorgio come en casa con su madre, un escuadrón de fascistas entra para destrozarlo todo. Nuestro joven aparece en el vestíbulo de ingreso, arranca un bastón a uno de los agresores y, con el bastón en mano, pone en fuga a los fascistas.

Es una vida apasionante: compromiso social, compromiso político, compromiso militante en numerosas organizaciones católicas, especialmente en los grupos de universitarios católicos. Compromiso, como dijimos, entre los más necesitados.

A muchos impresiona ver al hijo de los Frassati por las calles con un carro con los bártulos de gente pobre que busca una casa, o mientras visita a los hijos de los obreros para darles catequesis. En su familia lo tienen por loco. Casi siempre llega tarde, muchas veces sin dinero. No duda en prescindir del tranvía para dar lo ahorrado a quien pueda necesitar una limosna.

Un día invita a uno de sus amigos a un mayor compromiso de caridad, a visitar y atender a los pobres. El amigo le dice que tiene miedo, que no se atreve a entrar en casas miserables, donde todo es suciedad, donde las enfermedades contagiosas dominan por doquier. Pier Giorgio le responde con sencillez y convicción: visitar a los pobres es ¡visitar a Jesús!

Entre los pobres la providencia tenía prevista la llegada de la hora definitiva. Un día de finales de junio de 1925, el peligro se hace realidad. Pier Giorgio contrae, después de una de sus visitas, una poliomielitis fulminante.

Empieza a sentir fuertes dolores de cabeza y pierde el apetito. En su casa, sin embargo, no le hacen mucho caso, pues apenas tiene 24 años y es un joven robusto. Además, la abuela se encuentra muy grave, y todos están volcados sobre ella.

Pier Giorgio siente cómo el mal va avanzando, sin que se le atienda debidamente. Sólo cuando ya se encuentra en una situación dramática, sus padres se dan cuenta y reaccionan. Demasiado tarde. Desesperados, piden un suero especial al instituto Pasteur de París, pero ya no queda nada por hacer.

Con la humildad y el desapego con el cual había vivido se enfrentaba ahora, en plena juventud, a la muerte. O, mejor, al encuentro con aquel Jesús que tanto había amado, por el cual había luchado en la universidad y en la calle, entre los pobres o entre jóvenes de clase media poco activos en su fe.

Por eso no resultó extraño su último gesto. Pidió a su hermana Luciana que tomase de su habitación una caja con inyecciones, y escribió encima de ella la dirección de la persona a la cual había que llevar la medicina.

La muerte llega el 4 de julio de 1925. Los funerales se tienen dos días después. Son una explosión de cariño y afecto hacia un joven que había vivido para los demás. Son también el momento en el cual los padres de Pier Giorgio descubren realmente quién era su hijo, cuánta gente lo quería, lo mucho que había hecho, sencillamente, sin aspavientos, en las largas horas que pasaba fuera de casa.

“Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando...”. La vida de Pier Giorgio fue, realmente, vida. Porque amó su fe, y porque su fe le llevó a amar y a servir a Jesús en sus hermanos.

Pier Giorgio Frassati fue declarado beato por Juan Pablo II el 20 de mayo de 1990. Sobre su personalidad, Benedicto XVI comentaba:

"Joven como vosotros, vivió con gran compromiso su formación cristiana y dio su testimonio de fe, sencillo y eficaz. Fue un muchacho fascinado por la belleza del Evangelio de las Bienaventuranzas, que experimentó toda la alegría de ser amigo de Cristo, de seguirle, de sentirse de manera viva parte de la Iglesia" (a los jóvenes, Turín 2 de mayo de 2010).