lunes, 26 de mayo de 2025

Lunes de la VI Semana de Pascua

Primera Lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,11-15):

Nos hicimos a la mar en Tróade y pusimos rumbo hacia Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis y de allí para Filipos, primera ciudad del distrito de Macedonia y colonia romana. Allí nos detuvimos unos días.

El sábado salimos de la ciudad y fuimos a un sitio junto al río, donde pensábamos que había un lugar de oración; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo.

Se bautizó con toda su familia y nos invitó:

«Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa».

Y nos obligó a aceptar.

Palabra de Dios


Salmo 149,R/. El Señor ama a su pueblo


Santo Evangelio según san Juan (15,26–16,4a):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.

Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.

Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».

Palabra del Señor

Compartimos:

Tanto si se toman las lecturas de la sexta semana de Pascua como las de la Memoria de Felipe Neri, se encuentran algunos contrastes interesantes entre el dolor y la alegría, un futuro algo incierto y la esperanza. Todo es posible, y en el tiempo de Dios, todo es real. En la lectura del lunes en tiempo de Pascua hay una predicción oscura y un poco aterradora: “algunos creerán que están dando culto a Dios cuando os matan”. O estarán, al menos, pensando que le hacen un bien a la sociedad y a la cultura en que viven. En los tiempos que vivimos de persecución religiosa a nivel local y mundial, esto parece tener cumplimiento cierto. Y aquí viene un contraste más fuerte: esa creencia de quienes persiguen pensando hacer lo mejor para la sociedad y eliminando el mal que ven en el cristianismo, choca con la fe a la que se nos invita en la lectura en la conmemoración de san Felipe Neri. “Que todos sean uno para que el mundo crea.” Que el mundo crea en Cristo, no en la destrucción de todo lo cristiano.


¿Acaso se deberá la persecución a la falta de unidad? ¿Cómo, o en qué puede creer el mundo si quienes dicen profesar la Verdad de Cristo están divididos y enfrentados? ¿Cómo se podría convencer a quienes piensan que persiguiendo están haciendo un bien, si los cristianos mismos se cancelan mutuamente al no pensar lo mismo?


Quizá una buena clave para la unidad, la reconciliación y que el mundo pueda creer nos la dé la lectura de Filipenses en el día de san Felipe Neri: “Aprecien todo lo que es verdadero y noble, cuanto hay de justo y puro, todo lo que es amable y honroso, todo lo que sea virtud y merezca elogio.”  Si miramos a todas esas cosas, es difícil la ira y la división. Si practicamos todas esas cosas, será difícil que quienes se sientan justificados en su persecución encuentren una buena excusa. Y entonces será posible, no solo que se aleje el temor a la persecución, sino que el mundo crea. Alégrense, dice el mismo pasaje de Filipenses. “Que vuestra benevolencia sea conocida de todos.”  Frente a todo lo que desee destruirlo: alegría, bondad, belleza, virtud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.