Primera Lectura
Lectura del libro de Isaías (55,10-11):
Esto dice el Señor:
«Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que cumplirá mi deseo
y llevará a cabo mi encargo».
Palabra de Dios
Salmo 33,R/. El Señor libra de sus angustias a los justos
Santo Evangelio según san Mateo (6,7-15):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».
Palabra del Señor
Compartimos:
“Es cosa para alabar mucho al Señor cuán subida en perfección es esta oración evangélica, bien como ordenada de tan buen Maestro, y así podemos, hijas, cada una tomarla a su propósito. Espántame ver que en tan pocas palabras está toda la contemplación y perfección encerrada, que parece no hemos menester otro libro sino estudiar en éste. Porque hasta aquí nos ha enseñado el Señor todo el modo de oración y de alta contemplación, desde los principiantes a la oración mental y de quietud y unión, que a ser yo para saberlo decir, se podía hacer un gran libro de oración sobre tan verdadero fundamento.” (Sta. Teresa de Jesús. Camino 27,1)
No solo un gran libro sino millares y comentarios y glosas y las luminosas veintiseis páginas del Catecismo de la Iglesia Católica y hasta la aceptable entrada de Wikipedia… Así las cosas ¿Qué comentario podría hacerse desde esta página?
Invito a los lectores a hacer su propio comentario, su propia experiencia de orar con el Padrenuestro tal como lo recogió Mateo: apenas cinco renglones con siete peticiones esenciales. En el Padrenuestro está todo el compendio de la fe, la esperanza y la caridad. Todo lo que creemos, esperamos y amamos. Un solo Señor, y Padre a quien nos dirigimos todos como hermanos, hijos de un mismo Padre, una esperanza puesta en el Reino y en la santidad que alcanzaremos como hijos de Dios, unas relaciones humanas de hermandad, de compartir el pan cotidiano y de perdonar para poder ser perdonados… Y la aspiración y el deseo de que se cumpla la voluntad de Quien nos ha creado para su gloria y nuestra felicidad.
Está bien conocer algunas “técnicas” para prepararnos para orar. Cómo disponernos, centrar la atención, buscar el momento adecuado… Pero a lo mejor basta con una predisposición a renovar cada día el asombro, y la acción de gracias que brotan de la confianza en Jesucristo, de su belleza, bondad y verdad. Él es nuestra alegría. Podemos rezar con la oración que nos enseñó en momentos felices y en las penas, con angustia o con entusiasmo, dichosos o tristes… Lo sintamos o no Él está. Está siempre.
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