sábado, 27 de mayo de 2023

Sábado de la 7ª semana de Pascua

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (28,16-20.30-31):

Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo vivir por su cuenta en una casa, con un soldado que lo vigilase.

Tres días después, convocó a los judíos principales; cuando se reunieron, les dijo: «Hermanos, estoy aquí preso sin haber hecho nada contra el pueblo ni las tradiciones de nuestros padres; en Jerusalén me entregaron a los romanos. Me interrogaron y querían ponerme en libertad, porque no encontraban nada que mereciera la muerte; pero, como los judíos se oponían, tuve que apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo. Por este motivo he querido veros y hablar con vosotros; pues por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas.» Vivió allí dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudían, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos.

Palabra de Dios

Salmo  10,R/. Los buenos verán tu rostro, Señor

Santo Evangelio según san Juan (21,20-25):

En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?» Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y éste ¿qué?»Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»

Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

Palabra del Señor

Compartimos:

Llegamos al final de los Hechos. El texto no habla del martirio de Pablo. Lo presenta en Roma, en una especie de arresto domiciliario. Allí va a transcurrir un par de años recibiendo a todos los que acudían, predicándoles el Reino de Dios y enseñando la vida del Señor Jesucristo con toda libertad, sin que nadie lo molestase. 

Llegamos también al final del evangelio de Juan. Se hace una referencia a la enigmática figura del discípulo amado, sobre el que se han hecho tantas conjeturas que no merece la pena perdernos en ellas. En el texto de hoy se vincula esta figura al discípulo que se recostó en el pecho de Jesús en la última cena y –lo que ahora importa más– al que testimonia la verdad de lo contenido en el evangelio. Lo escrito no es más que un símbolo porque si se escribieran una por una (todas las cosas que hizo Jesús) no cabrían ni en todo el mundo. No hay pruebas de que el redactor de esta afirmación fuera andaluz.

Mañana celebraremos la solemnidad de Pentecostés con la que termina el tiempo pascual. Os invitamos a echar un vistazo a los cincuenta días transcurridos:

¿Cómo ha sido la Pascua de este año 2014? ¿Hemos experimentado alguna victoria “en tanta guerra”?

¿En qué caminos se nos ha hecho más visible la presencia del Resucitado?

¿Hemos metido nuestros dedos en algunas heridas para comprobar que efectivamente era Él?

¿Con qué animo nos disponemos a celebrar la irrupción del Espíritu y a seguir caminando en la vida ordinaria?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.