jueves, 16 de febrero de 2023

Jueves de la 6ª semana del Tiempo Ordinario

Lectura del libro del Génesis (9,1-13):

Dios bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles: «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo os temerán y os respetarán; todos los reptiles del suelo y todos los peces del mar están a vuestra disposición. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento: os lo entrego todo, lo mismo que los vegetales. Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre, que es vuestra vida; se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano. Quien derrame la sangre de un hombre, por otro hombre será su sangre derramada; porque a imagen de Dios hizo él al hombre.Vosotros sed fecundos y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla». Dios dijo a Noé y a sus hijos: «Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra». Y Dios añadió:«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra».

Palabra de Dios

Salmo 101,16-18.19-21.29.22-23 R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra

Santo Evangelio según san Marcos (8,27-33):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos le contestaron: «Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?». Tomando la palabra Pedro le dijo: «Tú eres el Mesías». Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días». Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro: «Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor

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Pedro respondió acertadamente: "Tú eres el Mesías". Pero ni él ni sus compañeros sabían cabalmente qué quería decir eso de ser el Mesías; por ello Jesús se esfuerza en enseñarles "con toda claridad" de qué se trata su mesianismo (Mc 8,32).  Pedro sabía que Jesús era “el Cristo”, lo cual implicaba reconocer que Jesús tenía un poder sobrenatural, un sentido de misión divina y una unión especial con Dios. Posiblemente hasta allí llegaba el entendimiento del apóstol, pero aún no se imaginaba que todo terminaría en la cruz.

Jesús clarifica a Pedro, y al resto de los discípulos, que su mesianismo es diferente al que esperaban. El mesianismo de Jesús estará marcado por el sufrimiento hasta la muerte en cruz. Esta idea de mesianismo que plantea se sale de la lógica de aquel momento histórico. Esa claridad sobre el camino del dolor como vía de redención ofusca los ojos de Pedro el entusiasta, quien, como si se tratara de un acto de caridad, reprende a Jesús a solas. Jesús corrige en público a Pedro seguramente porque entendía que, aunque Pedro hubiera tomado la iniciativa, sus ideas no eran sólo suyas sino que las compartían un poco todos.

Jesús hoy, lanza la misma pregunta a cada uno de los bautizados. Nosotros que nos hacemos llamar los “nuevos discípulos” de Jesús estamos invitados a responder con nuestra propia vida, con nuestra forma de actuar, con nuestra manera de intervenir en el mundo, a la pregunta ¿Quién es Jesús para nosotros?  Sólo cuando seamos libres de las ideas extrañas de Dios que tenemos en nuestra cabeza y aceptemos con corazón sincero el Dios que nos revelo Jesús, podremos decir que somos verdaderos seguidores de Jesús de Nazaret y pro seguidores de su causa hasta la muerte.

Gracias a Cristo, la cruz ha venido a ser la fuente de la cual emana todo tipo de gracias y bendiciones para todo el que quiera creer: liberación de hábitos de pecado, prudencia para llevar una vida recta y libertad de los poderes de las tinieblas. ¡El instrumento de muerte ha pasado a ser el vehículo que nos da la libertad y la vida!

¿Quién es Jesús para ti? ¿Qué significa para ti aceptar la cruz? Las dos preguntas van de la mano, porque un Mesías crucificado ha de tener seguidores crucificados. ¿Asumes tú la batalla interna de decir “no” a los razonamientos de egocentrismo o prepotencia del mundo para avanzar en la vida espiritual enraizada en la realidad? ¿Crees en las verdades de tu redención y le pides a Dios fortaleza para vivirlas en la práctica? ¿Haces oración diaria teniendo la mirada fija en Jesús, tu Salvador crucificado?

Permite hoy que el Espíritu Santo te conduzca a la cruz, para que allí sane tu corazón y se renueve tu mente para que actúes conforme al maestro de la vida.  

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