viernes, 21 de octubre de 2022

Viernes de la 29ª semana del Tiempo Ordinario

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,1-6):

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

Palabra de Dios

Salmo 23,R/. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor

 Santo Evangelio según san Lucas (12,54-59):

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»

Palabra del Señor

Compartimos:

Vivimos en un mundo inimaginable hace unas décadas, gracias a los avances radicales y fulgurantes de la ciencia y la tecnología. Disponemos de mecanismos asombrosos para detectar supernovas en el espacio exterior y predecir la posibilidad e intensidad de muchas catástrofes terrestres. Sin embargo, cuando se trata de convivir como comunidades humanas pacíficas, no aprendemos de nuestros errores y fracasos pasados. Incluso cuando sabemos que en la guerra no hay vencedores, seguimos gastando millones de dólares en preparación militar, dinero que podría utilizarse para erradicar el hambre en el mundo. Además, cuando se trata de discernir los asuntos del espíritu, vivimos negando la existencia de Dios o vivimos como si nuestra vida terrenal fuera a ser eterna, sin acumular tesoros en el cielo. Jesús pide un mejor discernimiento hoy.

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