jueves, 31 de agosto de 2017

Era ateo militante, pero tras leer el diario espiritual de su mujer se convirtió y se hizo dominico

Elisabeth Arrighi Leseur (16 de octubre de 1866 – 3 de mayo de 1914) fue una mística francesa conocida por su diario espiritual y por la conversión de su marido, Félix Leseur (1861-1950), un médico y conocido líder del movimiento anticlerical y ateo francés. Su causa para su beatificación se inició en 1934, tal y como señala. 

Elisabeth nació en París en una adinerada familia francesa de origen corso. Cuando era pequeña tuvo hepatitis, enfermedad que volvió a lo largo de su vida con ataques de gravedad variable.
En 1887, conoció al médico Félix Leseur (1861-1950), también nacido en una rica familia católica. Poco antes de casarse el 31 de julio de 1889, Elisabeth descubrió que Félix había dejado de ser católico practicante. El Dr. Félix Leseur se hizo conocido más tarde como materialista y colaborador de periódicos anticlericales en París.

Rica por su nacimiento y por su matrimonio, Elisabeth formaba parte de un grupo social cultivado, educado y generalmente antirreligioso. El vínculo matrimonial era fuerte, aunque oscurecido por la falta de hijos y por su desacuerdo religioso creciente.

Luchando contra la fe
El Dr. Leseur hizo todo lo que pudo para extinguir la fe de su esposa; la impulsaba a leer obras de autores racionalistas como ‘Los orígenes del cristianismo’ y ‘La vida de Jesús’, de Ernest Renan.

Sin embargo, Elisabeth percibió la fragilidad de las hipótesis de Renan y quiso confrontar la validez de sus argumentos dedicándose intensamente al estudio de la religión, del Evangelio y de santo Tomás de Aquino.

De una religiosidad convencional en su juventud, Elisabeth Leseur fue motivada por los ataques de su marido contra el cristianismo y la religión a sondear más profundamente su fe. Así, tuvo una conversión religiosa a los 32 años de edad.

Rezando por la conversión del marido
De ese momento en adelante, consideró su principal tarea rezar por la conversión de su marido, permaneciendo paciente ante los constantes ataques sobre su fe.

Cuando podía, trabajaba en proyectos de caridad para las familias pobres y fundó algunas actividades caritativas. Su marido desconoció su vasta correspondencia espiritual durante muchos años. Ella se preocupaba por los “pobres”, pero su salud que se deterioraba restringía su capacidad de responder a esta preocupación.

En 1907 su salud se deterioró de tal forma que se vio forzada a llevar una vida sedentaria, recibiendo a visitantes y dirigiendo su casa desde un sillón. En 1911 sufrió una cirugía y radioterapia a causa de un tumor maligno, del que se recuperó y después tuvo que permanecer en cama hasta julio de 1913. Murió de un cáncer generalizado el 3 de mayo de 1914.

Espiritualidad
Desde el principio, organizó su vida espiritual en torno a un patrón de disciplina de oración, meditación, lectura, práctica sacramental y escrita. La caridad era el principio organizador de su ascetismo. En su abordaje de la mortificación, ella seguía a san Francisco de Sales, que recomendaba moderación y estrategias internas ocultas en lugar de prácticas externas.

Legado
Después de su muerte, su marido encontró una nota dirigida a él en la que ella profetizaba sobre su conversión y que se convertiría en sacerdote.

Para librarse de esas “supersticiones”, el Dr. Félix fue al santuario de Lourdes queriendo exponer los relatos de las curaciones allí como falsos. En la gruta de Lourdes, sin embargo, pasó por una conversión religiosa.

Posteriormente, el Dr. Félix publicó el diario de su esposa, Journal et pensées pour chaque jour (Diario y pensamientos para cada día). Debido a su recepción favorable, un año más tarde publicó algunas de las cartas de su esposa bajo el título Lettres sur la Souffrance (Cartas sobre el sufrimiento) y La Vie Spirituelle (La vida espiritual), en París en 1918; y finalmente Lettres à des Incroyants (Cartas a los incrédulos), tres años después.

En otoño de 1919 se convirtió en novicio dominico, y fue ordenado sacerdote en 1923. El Padre Leseur pasó la mayor parte de sus restantes 27 años de vida hablando públicamente sobre los escritos espirituales de su esposa. Él colaboró en la apertura de la causa de beatificación de Elisabeth en 1934.

Muchos han sido los que han seguido la estele del padre Leseur, y entre ellos uno de excepción que hizo un retiro con él en 1924, Fulton J. Sheen, quien más tarde se convertiría en arzobispo y una figura popular de la televisión y la radio americanas.

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