martes, 15 de agosto de 2017

BEATO MANÉS DE GUZMÁN,O.P

Nació en Caleruega, alrededor del año 1170. Se cuenta de él que pudo entrar en un monasterio cisterciense en la comarca de Caleruega. Estuvo presente en la dispersión de los frailes dominicos el 15 de agosto de 1217. Él fue enviado a París junto a otros frailes españoles y allí colaboró a la fundación del convento de Saint Jacques (Santiago). El viaje a España para consolidar y afianzar las nuevas casas, dispuso Domingo que lo realizara con fray Miguel de Fabra. Desde 1219, le fue encomendada por su hermano Domingo, la atención de las monjas del convento de Madrid. Tras la canonización de su hermano (3 de julio de 1234, marchó a Caleruega para proponer la construcción de una iglesia en el lugar de nacimiento del santo, lugar que más tarde sería monasterio de contemplativas. Murió en el monasterio de san Pedro de Gumiel de Izán y allí fue enterrado.

Semblanza espiritual

Todas las fuentes destacan en Manés (Mamés o Mamerto) su carácter recogido y contemplativo. Dando por hecho que fuera el segundo de los tres hermanos, y en función de los roles asignados en la época, el lugar de Manés en la familia Guzmán y Aza pudo ser en ocasiones más discreto que el de los otros dos hermanos que tuvieron más protagonismo en función de su condición de primogénito (Antonio) y de la trayectoria del pequeño (Domingo). Habría pues que preguntarse si el rol familiar de Manés en la familia forjó su carácter discreto y sencillo, o bien si éste fue reforzado por dicho rol.

En la personalidad de Manés podemos adivinar rasgos comunes con Domingo: austeridad, sobriedad y rudeza del varón castellano. También coinciden en la inclinación y curiosidad por ir más allá de los amplios horizontes de Castilla. Su espíritu de servicio y acoplamiento al proyecto fundacional de su hermano muestra que tiene talante de gregario y hombre de segunda línea y no por ello menos importante.

Igualmente, Manés deja entrever un talante comunitario, obediente y en función de la misión que se le presentaba. Su forma de ser y su manera de hacer muestra un destello dominicano: hacerse a sí mismo mientras se hace la comunidad y viceversa, hacer la comunidad mientras se hace uno mismo.

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