El vicario del Vicariato Antón Montesinos predica sobre la compasión en los días finales del Capítulo de Cracovia
El pasado 4 de agosto, en el Capítulo General de Priores Provinciales que se celebra en Cracovia, fue fray Leoncio Vallejo Benítez, O.P. —vicario del Vicariato Antón de Montesino (Provincia de Hispania)— quien presidió la eucaristía y pronunció la homilía del día, centrada en el evangelio de la multiplicación de los panes y los peces (Mt 14, 13-21).
En su predicación, fray Leoncio propuso una reflexión sobre la compasión como punto de partida de la misión. “Dadles vosotros de comer”, recordó, subrayando que Jesús se deja mover por la necesidad de quienes le siguen. A partir de ese gesto, invitó a los hermanos a revisar su respuesta ante las necesidades de los demás y a confiar en la providencia, también cuando los recursos son escasos. “Como dominicos, no solo estamos llamados a predicar, sino a cuidar, consolar y acompañar”, afirmó.
El predicador destacó también la importancia de la vida comunitaria y la colaboración fraterna como signos visibles de la presencia de Dios: “Nuestras comunidades deben ser un lugar donde otros puedan encontrar consuelo y esperanza”.
La predicación tuvo lugar en los últimos días del Capítulo, que concluirá este 8 de agosto, solemnidad de santo Domingo de Guzmán. Desde su inicio el 18 de julio, los frailes capitulares han compartido jornadas de trabajo intenso, oración, deliberación y vida fraterna.
Además de las sesiones dedicadas a temas clave como la predicación, el gobierno, la formación o la vida comunitaria, los participantes han disfrutado de tiempos de descanso y fraternidad. Entre las actividades destacadas figuran la visita a los santuarios de Kalwaria Zebrzydowska y de Jasna Góra, un descenso en balsa por el río Dunajec, la visita al campo de concentración de Auschwitz y varios espacios informales de conversación entre hermanos de distintas provincias y culturas.
Las crónicas reflejan un ambiente de escucha, sencillez y corresponsabilidad, donde se han compartido no solo decisiones, sino también sueños, preocupaciones y esperanza para el futuro de la Orden. Como ha quedado claro en estos días, el Capítulo no busca uniformidad, sino una comunión que respete la diversidad y renueve el impulso evangelizador de la familia dominicana.
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